Conciliación familiar en verano: Llega el final de curso en Mallorca, ¿qué hacemos con los niños?

Al faltar una respuesta universal, asequible y garantizada por parte de la Administración, la llegada del verano evidencia la desigualdad de oportunidades entre familias para conciliar y acceder a una oferta de ocio de calidad a los menores

Niños y monitores de Espiral en una actividad. | ESPIRAL

Niños y monitores de Espiral en una actividad. | ESPIRAL

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Acaba una de las semanas más complicadas para las agendas familiares: esa última semana de junio en la que ya no hay colegio pero aún no han arrancado los campus y escuelas de verano. Es la semana en la que los abuelos (si los hay y si quieren y pueden) dan el todo por el todo. En julio sí explota el festival de actividades veraniegas, cada vez más diversas en temáticas y precios: de campus municipales gratis total (como el impulsado por el ayuntamiento de Binissalem) a campamentos temáticos privados (de la equitación a la robótica) que se van a los 180 euros la semana o más. Multipliquen el gasto en los hogares con más de un vástago.

Justo esta semana el Gobierno estatal ha aprobado el permiso no remunerado de 8 semanas para cuidado de hijos, pero a la espera de ver hasta qué punto las empresas facilitan ese derecho y ante la falta de una respuesta coordinada, asequible y universal por parte de las administraciones a la conciliación en verano, la desigualdad de oportunidades se sigue mostrando en todo su esplendor.

Desde la Federación de Asociaciones de Padres (FAPA), Miquel Àngel Guerrero así lo señala lamentando que medidas como la Mesa de la Conciliación que impulsó el Govern de Francina Armengol hace cuatro años esté hoy paralizada, sin que se haya dado respuesta a cuestiones como ésta.

Final de curso, ¿qué hacemos con los niños?

Espiral ofrece actividades lúdicas siempre «con una intencionalidad educativa detrás». | ESPIRAL

Guerrero señala que hay escuelas de verano que se ofrecen en centros educativos «que no están preparados para las altas temperaturas» y que al final son básicamente servicios de ludoteca sin más. Ahora, para él «es denunciable» que se hable «aparcaniños», un tipo de comentarios que cree que viene «de alguien con mentalidad de funcionario» que olvida la dura realidad de muchas familias trabajadoras que, como todas, «hacen lo que pueden y lo que consideran mejor para sus hijos», más en una comunidad como Balears en las que el verano es el momento en el que miles de personas trabajan sin descanso (literal) para garantizarse el sustento de todo el año.

La Mesa de Conciliación, recuerda Guerrero, preveía entre otras cosas la creación del puesto del agente de conciliación en los ayuntamientos, una figura que venía dotada desde Madrid pero que no llegó a impulsarse. Así, la respuesta de los consistorios es muy distinta de un sitio a otro, en cuanto a oferta, número de plazas y precios.

En Palma, por ejemplo, explica el representante de FAPA, este año se ha cambiado el sistema para los menores que acuden a ‘escoletes’ públicas: antes se centralizaban los campus de verano en algunas de ellas, pero este año se ha decidido no organizar nada y ofrecer a las familias un bono para que contraten el servicio en algún centro privado (lo que está generando dificultades).

Garantizar una respuesta universal y accesible para todas las familias para la conciliación en verano no es únicamente para facilitar a los padres que trabajen: también es para asegurar el derecho de todos los niños a un ocio de calidad (algo que se relaciona también con el aprendizaje). Así lo subrayan desde la Fundació La Caixa, que a través del programa CaixaProinfància pone en marcha campamentos, colonias urbanas y centros abiertos gratuitos en los que participarán un millar de niños de Mallorca en situación de vulnerabilidad, riesgo de pobreza o exclusión.

«El 27,4% de los niños se encuentran en riesgo de exclusión y el verano es una época todavía más compleja para muchos de ellos», argumenta el subdirector general de la Fundació, Marc Simón: «Por eso, reforzamos nuestro compromiso con estas actividades para que los niños puedan desarrollar sus potencialidades y así avanzar hacia la igualdad de oportunidades».

Simón recuerda que el acceso a actividades de ocio de calidad es un factor importante de éxito educativo. Se estima que más de tres cuartas partes de los aprendizajes adquiridos de una persona adulta provienen de fuera del sistema educativo, de la educación «no formal» (cualquier acción educativa estructurada no escolar) e «informal» (la influencia producida por la inmersión en un entorno o ambiente social).

Final de curso, ¿qué hacemos con los niños?

Espiral ofrece actividades lúdicas siempre «con una intencionalidad educativa detrás». | ESPIRAL

En Espiral son muy conscientes de la importancia del ocio de calidad, de ofrecer a los menores, diversión en forma de actividades «con una intencionalidad».

Con Obert a l’estiu La entidad ofrece escuelas de verano en para niños de entre 3 y 12 años en El Molinar, el Coll d’en Rabassa, Els Tamarells y el Arenal de Llucmajor.

Según su director, Xavier Torrens, la idea es «paliar desigualdades, ser abiertos e inclusivos y tener conexión con el territorio».

El perfil de familias es diverso, quiere dejar claro Torrens, es de todos los niveles, pero para facilitar el acceso a los que tienen más dificultades, y que «todos tengan posibilidades», plantean «precios diferentes para situaciones diferentes», dan becas y en el caso de grandes carencias tratan de coordinarse con Servicios Sociales. El servicio de comedor, señala, también es importante para algunos casos de niños especialmente vulnerables ya que es les garantiza al menos una comida al día «en condiciones».

Respecto a las dificultades de conciliación, para Torrens sería importante «crear responsabilidad de manera compartida entre las administraciones y las empresas». Ahora mismo, denuncia, «la respuesta muy pobre». Además, el director de Espiral reivindica fijarse bien, por los derechos de los niños, en qué planteamiento hacen las empresas que ofrecen oferta estival: si su prioridad es económica o social.

En definitiva, la cuestión es pasar del ‘¿qué hacemos con los niños en verano? al ‘¿qué hacemos por los niños en verano?’.

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