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Se vende plaza de garaje en Palma por solo 110 mil euros

Las grúas y las pilastras demuestran que el aeropuerto del Gobierno de Vicenç Vidal de Més también se acondiciona para el inevitable decrecimiento de Mallorca, una vez que Prohens ha llegado al límite.

Las grúas y las pilastras demuestran que el aeropuerto del Gobierno de Vicenç Vidal de Més también se acondiciona para el inevitable decrecimiento de Mallorca, una vez que Prohens ha llegado al límite. / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

«Nada estaba preparado para la guerra que todo el mundo esperaba». Lo dejó escrito Tolstoi en sus monumentales Guerra y Paz, pero sospecho que anticipaba la situación actual de la Mallorca en pie de colapso. Por ejemplo, no hay forma de aparcar en el centro de Palma. Nada de expertos, que pronto habrá más que turistas, aquí aportamos soluciones. Idealista.com oferta ahora mismo una plaza de garaje en Sant Jaume por solo 110 mil euros. Abonando esta modesta suma, dispondrá usted de un parking cubierto de casi trece metros cuadrados, «en una de las zonas más codiciadas de Palma». Dan ganas de mudarse de inmediato, y dejar el coche en cualquier sitio.

Lamento informarles de que Mallorca no será jamás devuelta por PP/PSOE a su dimensión humana. Al revés, será promocionada a su dimensión alemana, los socialistas le vendieron su sede a un teutón. «Nos queda Més», señalan desde el fondo. En efecto, es reconfortante escuchar a los ecosoberanistas exigiendo la limitación de vuelos a Mallorca y la capacidad de decidir sobre Son Sant Joan, la famosa cogestión. Este alegato contra el Gobierno central queda aguado al recordar que Més gobierna España en coalición junto a Pedro Sánchez, con el voto cautivo de Vicenç Vidal. Si desean liberar el aeropuerto, los nacionalistas solo han de ordenarle a su congresista que le retire el voto al esposo de Begoña. Pero quia. Tienen más poder en Madrid que Marga Prohens, y ni siquiera amagan con ejercerlo.

A propósito, ya sabrán que Prohens ha llegado «al límite». Lo repite cada semana, consciente de que sus súbditos nunca le harán demasiado caso. Cuando se alcanza esa situación extrema, solo cabe retroceder, así que también aquí tenemos buenas noticias sin salir de Son Sant Joan. En la foto actual que hoy nos ilustra, las grúas y las pilastras demuestran que el aeropuerto del Gobierno de Vicenç Vidal también se acondiciona para el inevitable decrecimiento de Mallorca, antes de que se hunda la isla entera. Sin duda, se está procediendo a derribar los edificios vigentes para racionalizar el entorno aeroportuario, por sospechosos que resulten los hormigonados.

Si el caso Koldo ha de quedar en manos del juez Ismael Moreno y del fiscal Juan Carrau, mejor abortar el despegue antes de que todos nos pongamos a llorar. Las lágrimas nos conducen inevitablemente a Sóller y a uno de los pocos entes a la altura de Aena, la Dirección General de Tráfico que prohíbe a los contribuyentes de Mallorca circular por el VAO (Vía para Automóviles Oficiales), visitar Formentor y ahora cruzar el Túnel que esconde más corrupción del planeta.

La doctrina del sufrimiento equitativo exige la libertad de circulación por todas las carreteras pública de Mallorca, la democratización de los atascos sin privilegios para los treinta terratenientes de Formentor. Que den vueltas, todo el mundo es libre de malgastar la vida a su libre albedrío. Le cuesta entenderlo al alcalde Miquel Nadal, uno de esos independentistas sobrevenidos del PP como su colega de Campos. El primer edil solleric persigue un cierre selectivo de la carretera, porque «la gente que vive en Sóller no tiene ninguna culpa de la gente que viene». Magnífico, un político de derechas que defiende que la gente que «viene» no crea riqueza, en contra de la doctrina oficial de su partido. Y si los clientes no «vienen», de qué vivirá la villa que el clarividente desea convertir en balneario claustrofóbico.

Seguro que el democrático alcalde de Sóller concederá la misma validez a su axioma cuando se enuncia que «la gente que vive en Palma no tiene ninguna culpa de la gente que viene», por lo que la tesis de Nadal autoriza a los palmesanos a cerrar su carreteras a otros municipios, Sóller incluido. Y no queremos ni imaginar que la cosmovisión del alcalde se centre en los centenares de afortunados con casa en Palma y en Sóller, que gozarían del premio adicional de utilizar todas las carreteras. Como se quería demostrar.

Ningún pueblo de Mallorca subsistiría sin Palma, pero los palmesanos son los únicos mallorquines que no pueden sugerir el cierre selectivo de sus carreteras. ¿La ingenuidad del alcalde llega al extremo de ignorar quién abonaba el canon del Túnel cuando era gratuito para sus vecinos? Por no hablar de la candidez de pago de PSOE/Més, que denuncian la saturación que implantaron al crear un peaje gratuito para coches de alquiler, y todavía hay a quien le extraña que fueran desalojados.

Siempre junto al PSOE en la lucha contra el proxenetismo, seguro que los socialistas condenarán al alto cargo del Cort socialista que transformó los prostíbulos chinos en peluquerías, y a las autoridades policiales que mantuvieron abiertos esos centros de ocio 24 horas al día durante la pandemia. Eso cuesta mucho dinero. Y para una vez que se ve a Policías Locales en la calle, están manifestándose por sus sueldos.

Reflexión dominical somnolienta: «Cuando despertó, la pesadilla todavía estaba allí».

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