Entrevista | Rosa Cobo Teórica feminista, profesora en la Universidad de A Coruña

Rosa Cobo: «Una triple penetración a una mujer no puede ser un trabajo»

Figura referente del feminismo académico en España, Cobo ha impartido esta semana en Palma la conferencia inaugural del XVII Encuentro de Unidades de Igualdad organizado por la Universitat. Convencida abolicionista, lamenta que no haya salido adelante la propuesta de ley socialista contra la prostitución, que consideraba "insuficiente, pero extraordinariamente necesaria".

Cobo, en el edificio Sa Riera de la UIB el pasado miércoles.  | DM

Cobo, en el edificio Sa Riera de la UIB el pasado miércoles. | DM

Redacción

PREGUNTA: ¿Cuáles son los debates del feminismo de la cuarta ola?

RESPUESTA: Su principal cuerpo vindicativo, el corazón de la cuarta ola, es la violencia sexual (y aquí entran la prostitución, la pornografía, las agresiones sexuales...). Es lo que sacó a millones de mujeres a la calle. Otro asunto, quizá menos visible pero también crucial para la agenda feminista, es la lucha contra la precariedad laboral: lo que tiene que ver con los trabajos de las mujeres en el mercado laboral (menos cualificados, con menor salario, menos derechos...) y en el hogar, como el trabajo de cuidados y el reproductivo. Es la primera vez que se ha entendido de forma muy clara que el capitalismo es una fuente inagotable de explotación para las mujeres.

¿La prostitución genera un debate interno importante?

La prostitución ocupa un lugar central de la agenda feminista. No solo porque la mayoría del movimiento feminista sea abolicionista sino por la cantidad de connotaciones materiales y simbólicas que tiene la prostitución para todas las mujeres. Porque la tasa de hombres que acuden a la prostitución en España (cuatro de cada diez) es muy alta. Sobre la pornografía no están claras las tasas, pero sabemos que entre los adolescentes de 14 y 15 años es del 90% ¿Por qué las feministas hemos colocado la prostitución en un lugar central de la violencia sexual? Porque el consumo de pornografía y de prostitución en buena medida determina la mirada masculina sobre las mujeres.

Esta semana el PSOE ha fracaso en su intento de sacar adelante su ley contra la prostitución, ¿qué opina?

Un disgusto, yo estaba a favor de esa proposición aunque fuera insuficiente. La abolición se apoya sobre cuatro patas. La primera, indudablemente, es perseguir un negocio que mayoritariamente es ilegal, subterráneo, y supone una acumulación de dinero rapidísima e intensísima. Hay que perseguir el proxenetismo, una industria criminal. El segundo elemento: si quieres acabar con un fenómeno social que es una fuente de opresión para las mujeres es lógico penalizar la demanda. La tercera cosa, que me parece que es la que cuesta más dinero y la que tiene menos presencia en este proyecto, es qué hacemos con las mujeres que están en prostitución. Esto es crucial, entre otras razones porque la mayoría de ellas, el 90 %, son muy vulnerables, migrantes, que vienen de situaciones de pobreza extrema... Entonces falla que la ley no recoja soluciones habitacionales, una renta mínima, cualificación profesional, formación cultural, terapia para ellas, que son extraordinariamente golpeadas física y psicológicamente, y sus hijos... Después, la cuarta pata debe ser sensibilizar a la población. Niños y niñas tienen que ser educados en la idea de igualdad. Están aumentando las agresiones sexuales de chicos menores a chicas, algo por supuesto muy relacionado con la pornografía, paso previo a la prostitución. Entonces, la ley se queda corta, pero era muy muy necesaria.

¿Cree que esas carencias no justifican la falta de apoyo de Sumar?

Sumar ha traicionado al feminismo y a las mujeres. Es incomprensible, ciencia ficción, que quienes tendrían que comprender con mayor facilidad la explotación económica y sexual que entraña la prostitución no estén dispuestos a penalizar al proxenetismo. Ahora quizá, y lo digo por el PSOE, durante una campaña electoral, no era el mejor momento de presentarla. Esto lo tienen que hacer el PSOE y el PP, los únicos que tienen una masa crítica abolicionista. La izquierda a la izquierda del PSOE, con todo el dolor de mi corazón, nos ha dejado a muchos en situación de orfandad.

¿El modelo sueco abolicionista cree que realmente es extrapolable a España? Allí hay una conciencia social que quizá aquí no existe.

Yo llevo investigando este tema desde 2013 y desde entonces ha crecido la masa crítica abolicionista. España está en una situación muy oportuna para esta ley, creo que tendría éxito una ley como la sueca, que no va a acabar con la prostitución, pero va a disuadir muchísimo la demanda. La periodista Kajsa Ekman me dijo que en Suecia a ningún chaval de 18 años se le ocurre ir a la prostitución, está fuera de su universo. Es uno de los efectos. No creo que se haya producido ningún fenómeno social civilizatorio de tanto calado como la lucha contra la violencia sexual.

Hay mujeres que dicen haber elegido libremente dedicarse a la prostitución. Se plantea el debate de quiénes somos nosotros para decirle a una mujer qué tiene que hacer.

Siempre hay gente dispuesta a abdicar de algunas de sus libertades y de espacios de igualdad por razones que creen justificadas. Dos reflexiones. La primera, el abolicionismo no es prohibicionismo, no va a perseguir bajo ninguna circunstancia a ninguna mujer que quiera ejercer libremente la prostitución. El objetivo es la industria ilegal y los puteros, eso es lo criminal. Segunda reflexión: como sociedad, ¿queremos que todo esté en el mercado? Yo creo que ni la sanidad, ni la educación, ni las pensiones ni el cuerpo de las mujeres tienen que estar en el mercado. Una triple penetración anal, vaginal y oral no puede ser definido como un trabajo. El cuerpo de las mujeres no es un lugar de trabajo, no es lo mismo que trabajar con las manos ni con la cabeza como hacemos todas. Eso no quita que haya mujeres que consideren que en determinados momentos eso les va a proporcionar mucho dinero (aunque cada vez menos: ha bajado de una manera escandalosa). Pues muy bien, que lo hagan, no se les va a penalizar. Pero para el feminismo la prostitución es una vulneración de los derechos humanos y una manifestación extrema de violencia sexual.

Algunas chicas cuelgan sus fotos desnudas en OnlyFans y lo defienden como una decisión feminista, que las empodera, ¿qué replicar?

Es algo bastante habitual. A ver, hay fuerzas sociales muy interesadas en construir un nicho laboral con lo que algunas autoras han denominado el capital sexual de las mujeres. Es la idea de que mi sexualidad se puede convertir en un ascensor social una fuente de beneficios para mí, algo analizado por autoras como Hakim, Kaplan o Illouz. El capital sexual tiene muchas manifestaciones: ir con un escote a firmar un contrato, la prostitución, la pornografía, Onlyfans.... De nuevo: ¿puede hacerse de la sexualidad de las mujeres una mercancía? El capital sexual es algo que tenemos las mujeres porque estamos sometidas a procesos permanentes de objetualización y de cosificación. Yo no puedo decir a una mujer si se siente empoderada o no, es un proceso subjetivo, el asunto es si como sociedad debemos tomar decisiones que en este caso concreto conciernen, por ejemplo, a mi hija, y yo no quisiera bajo ninguna circunstancia que ella se plantease su sexualidad puede ser una mercancía y que a ella la pueden comprar de la misma manera que yo me compro una camiseta. Plantearse eso, si lo querrías para tu hija, es una buena guía.

Machismo y juventud

Las encuestas muestran un avance de actitudes y pensamientos machistas entre los varones jóvenes, ¿cómo combatirlo?

Una de las cosas que más daño nos ha hecho en los últimos años es cómo el discurso de la extrema derecha, que niega la desigualdad, ha permeado en la sociedad general y entre los chicos jóvenes. Es bastante usual, y va al alza, el discurso negacionista en los institutos. Algunos creen que el feminismo les quitará unos privilegios, que ellos, por estos discursos que les llegan, consideran derechos. También tiene que ver la pornografía, que les forma en la idea de que la sexualidad se impone unilateralmente, lo que está configurando una nueva forma de relacionarse sexual y sentimentalmente.

Otro debate interno surgió con la ley trans, ¿cuál es su postura?

Hay un intento de fusionar dos agendas diferentes, la feminista y la agenda sexual, que está impulsada no solo por el movimiento LGTBQ+, sino también por la nueva izquierda y otras fuerzas sociales, algunas creo que un poco oscuras. Son dos teorías, dos movimientos y dos agendas diferentes. Cuando esté claro esto, todo ira más fluido. Lo que me preocupa es que se vende que somos lo mismo y no lo somos: una cosa es defender la libertad de sexualidades y otra cosa defender los derechos de las mujeres. ¿En algún momento podremos ser socios preferentes? Probablemente sí.

¿Estos debates internos auguran la bajada de esta cuarta ola?

Yo me lo planteé... pero entonces va y sucede el beso de Rubiales, que nos recuerda que la lucha contra la violencia sexual es una vindicación muy poderosa, casi de vida o muerte, y las chicas jóvenes la van a seguir sosteniendo. Hace diez años ese beso no hubiese sido relevante, un ‘se ha pasado’; hoy ha sido definido socialmente como una agresión. La cuarta ola no está declinando, están mutando sus luchas y tácticas.

«Una triple penetración a una mujer no puede ser un trabajo» | DM

«Una triple penetración a una mujer no puede ser un trabajo» | DM / REDACCIÓN

La actual ministra de Igualdad, Ana Redondo, dijo que venía «a recomponer el feminismo». ¿Hay un feminismo integrador frente a ese feminismo que Pedro Sánchez dijo que hacía que algunos de sus amigos se sintiesen amenazados?

A ver, lo que creo que ella quiso transmitir es que no va a trabajar en la línea de introducir conflictos dentro del feminismo. Yo estoy en desacuerdo con esa idea de que tiene que haber un feminismo de mayorías, para todos, es una concepción populista y que se usa desde algunas fuerzas políticas para fagocitarlo. Un movimiento social que apunta a desactivar los cimientos del propio sistema, que es fuerte y transformador (que no transgresor), no puede ser un movimiento para todo el mundo.

En redes, en concreto en Instagram, se promueve la figura de mujeres que eligen quedarse en casa y ser mantenidas por sus parejas y no ir a trabajar (las ‘stay at home moms’ o ‘stay at home girlfiends’), ¿una amenaza para los avances del feminismo, volvemos para atrás?

Ante todos los movimientos sociales reivindicativos siempre ha habido partes que no estaban de acuerdo con el cuerpo central de las reivindicaciones. Y no pasa nada. Siempre ha habido quien escogía elecciones de progreso y otras más conservadoras. Lo nuevo es la instancia fundamental de legitimación de nuestras elecciones individuales, una idea radicalmente neoliberal. La idea de libertad ilustrada, que se ensancha con la igualdad y es una conquista colectiva, está en crisis. La idea es que la libertad es individual y vinculada a los deseos y, aunque depende de los recursos y poder de cada uno satisfacerlos y muy pocos lo lograrán, esa idea ha calado mucho.

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