Curso de defensa personal para mujeres en entornos de prostitución: "Gracias a estas técnicas me zafé del último hombre que me atacó"

Cruz Roja ha organizado este año en Palma un taller, dividido en tres sesiones, para que este colectivo vulnerable aprenda técnicas para protegerse de posibles agresores

Así es el curso de defensa personal para mujeres en entornos de prostitución

Redacción

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Las trabajadoras sexuales han de hacer frente, a diario, a un gran número de dificultades y peligros en su entorno de trabajo. Violencia, discriminación, estigmatización y falta de protección son solo algunos de los obstáculos que deben superar para ganarse la vida. En este contexto, la defensa personal emerge como una herramienta fundamental para empoderarlas y brindarles mayor seguridad.

Es el objetivo principal que se ha propuesto Cruz Roja en Palma con su taller de defensa personal dirigido a mujeres que se encuentran en entornos de prostitución. Este curso celebró este jueves, en la Asociación de Defensa Personal Mallorca, su tercera y última sesión del año con el foco puesto en adquirir las técnicas necesarias para escapar de una agresión cuando la víctima cae al suelo.

«Me han atacado muchos hombres, y gracias a las técnicas que aprendí logré zafarme del último que me agredió», se enorgullece Claudia, quien explica que este es el segundo taller de defensa personal que realiza, ya que el año pasado participó en uno organizado en el centro cultural Flassaders, gracias al cual logró defenderse en esta última ocasión. «Un tipo se me puso encima y me agarró del cuello, yo levanté bruscamente la cadera como me enseñaron, le golpeé y conseguí que se fuera», relata.

Claudia ha asistido a dos de las sesiones del taller organizado por Cruz Roja y no tiene duda en afirmar que ha aprendido «muchas cosas que no sabía y que soy consciente de que me van a ayudar en situaciones difíciles».

Susi coincide con su compañera, aunque no tiene claro si llegado el caso será capaz de aplicar lo aprendido. «Supongo que depende de la situación con la que te encuentres y de cómo estés tú en ese momento. Realmente no sabes cómo vas a reaccionar», señala. Aunque eso sí, tiene claro que en estas clases «he aprendido muchísimas cosas que nunca me habría planteado hacer».

En este sentido, describe con todo lujo de detalles las técnicas que el entrenador les ha enseñado, desde el «golpe martillo», hasta la importancia de mantener la distancia con respecto al agresor. Susi lleva un año en España, y aunque destaca que aquí ningún nombre la ha atacado, reconoce que en su país natal, Colombia, tuvo una pareja que lo hacía constantemente: «Me pegaba cada dos por tres y yo no sabía defenderme». Ahora sin embargo, gracias al «gran trabajo» de Félix Rodríguez, instructor del taller de Cruz Roja, se siente «más preparada».

El factor sorpresa, fundamental

Rodríguez ha impartido las tres sesiones del curso, cuyo objetivo principal ha sido «tratar de evitar agresiones». Para ello ha centrado sus clases en enseñar a sus alumnas a guardar la distancia con el atacante y a no mostrar una actitud desafiante, pero también a, si se llegara a una situación inminente, «cómo golpear y defenderse sin son agredidas, cómo soltarse ante agarres, y a cómo reaccionar si caen al suelo». Aunque lo más importante para el instructor es transmitir al agresor que no sabemos pelear, ya que -dice- «el factor sorpresa en defensa personal es fundamental, y si cree esto, no se esperará ninguna reacción por nuestra parte».

Marina Pol, trabajadora social de la entidad, matiza que este taller surgió a raíz de un pequeño curso de defensa que se impartió en la Estación de enlace, itineraris sociales y ante la demanda de las usuarias, pues son muchas las que manifiestan haber sufrido ataques en su trabajo.

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