Menos cemento y más naturaleza en los patios escolares de Baleares

Arquitectos y maestros acuden una jornada en el Parc BIT sobre espacios exteriores educativos en las islas

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Baleares persigue que los patios de los colegios dejen de ser un espacio de cemento en el que el fútbol es el rey y la educación física la única actividad. El recreo, como el resto del centro, también debe ser considerado tiempo de aprendizaje. Y como tal, ha de incluir elementos pedagógicos e inclusivos.

Esta ha sido una de las principales ideas que han transmitido este lunes los arquitectos Mariona Genís y Jordi Planelles, especializados en infraestructuras educativas, y los maestros Carme Cols y Pitu Fernández, asesores sobre espacios exteriores escolares e impulsores de la web 'El Safareig'. El Instituto Balear de Infraestructuras y Servicios Educativos (Ibisec) ha convocado esta mañana en la Fundación BIT una jornada orientada a los técnicos del organismo para tratar esta materia.

"Durante mucho tiempo se ha entendido que los patios escolares son simplemente pistas. Pero han de ser mucho más que eso", ha reflexionado la arquitecta Genís. Sin llegar a caer en el "hiperdiseño", la profesional ha insistido en que estos espacios tienen que ser entendidos como "una extensión del interior del centro hacia la ciudad".

Aunque no hay una receta para construir el patio ideal, puesto que cada escuela alberga una comunidad distinta, la arquitecta ha señalado que la naturaleza no puede faltar en estos espacios, con el fin de garantizar el bienestar y consolidar la estrategia climática del colegio.

Algunas de las propuestas que se han hecho en este sentido es plantar vegetación autóctona adaptada al entorno y sobre todo diversidad de especies, como árboles, arbustos o herbáceos que fomenten la biodiversidad. También se ha aconsejado implantar suelos adaptados a la permeabilidad y a la estrategia climática, así como incorporar el agua a través de fuentes, sistemas de riego o pequeños estanques, siempre y cuando no se malgaste.

Los niños jugando en la escuela de verano del CEIP Alexandre Rosselló.

Varios niños juegan en la escuela de verano del CEIP Alexandre Rosselló. / Paula Darder

Diseñar el patio de un colegio es toda una ciencia. La normativa europea insta a construir estructuras estables, sin aristas ni aperturas, y distribuido de manera que las caídas no sean superiores a los 60 centímetros. Aún así, se deben permitir los movimientos dinámicos de los niños, como saltar, escalar o hacer equilibrios. Además de estas directrices orientadas a los espacios de juego, los niños también deberían disfrutar de zonas calmadas donde poder relacionarse e interactuar entre ellos, ha recordado Genís.

Por su parte, la maestra y asesora Carme Cols ha apuntado que lo ideal es que los escolares puedan tener "tanto elementos estructurales como efímeros": "Por ejemplo, que los niños puedan imaginarse una cabaña y construirla entre todos". También es positivo que haya espacios para todo tipo de actividades más allá de los juegos, como dibujar o leer.

Pitu Fernández, también asesor en esta materia, ha lamentado que la idea convencional de patio sea un espacio conflictivo. "La escuela del siglo XXI, por suerte, se está transformando". El parque Krekovic o el de las Estaciones, en Palma, son algunos de los mejores ejemplos para ilustrar cómo debería ser un patio escolar, según el maestro.

Los técnicos del Ibisec han tomado nota de las recomendaciones de cara a los futuros proyectos del organismo. "Se nos ha dicho que a veces construimos patios rígidos porque hay mucho cemento", ha admitido el director general de Planificación, Ordenación y Centros, Antoni Morante.

El responsable ha recordado que en 2016 desde el Ibisec se definió un centro escolar tipo que ha sido la base de las nuevas construcciones educativas que se han hecho desde entonces. Este modelo, según Morante, se ha demostrado funcional en aspectos como la eficiencia climática o la sostenibilidad.

Sin embargo, aunque hay que cumplir la normativa, el director general ha considerado que hay elementos que se pueden dejar a criterio del centro para que los adapten a su proyecto educativo y contar así con opciones más polivalentes.