Opinión

De penalti, otra vez, por Antoni Ruiz

Kang In Lee conduce el balón ante el Girona.

Kang In Lee conduce el balón ante el Girona. / MANU MIELNIEZUK

Antoni Ruiz

Queda medianamente claro, después de cuatro jornadas, que el Mallorca ha construido un entramado defensivo difícil de superar. De hecho no hay ningún equipo que haya logrado marcarle un gol de jugada al equipo de Aguirre. Tampoco fue el caso del Girona, que apenas puso en apuros a Rajkovic. La asignatura pendiente de esta zaga tan sólida son las jugadas que acaban en penalti, tres en lo poco que llevamos de Liga, ayer sin discusión posible. A evitarlos es donde se deben aplicar Copete y compañía.

La pena máxima de ayer lo fue más que nunca porque el partido ya parecía decantado a favor del Mallorca, cuando Raíllo puso por delante al equipo en uno de los pocos remates entre palos que tuvieron los locales. El empate no fue un resultado injusto, pero provoca una gran frustración porque la primera victoria en Son Moix del curso parecía atada. No se explica cómo pudo Samu Saiz filtrar una pelota como la que envió a Manu Vallejo, cuando el Mallorca debería estar mordiendo al rival, como hizo en la mayor parte del partido y basta ver la estadística de faltas. El horario y el calor no son los mejores para jugar al fútbol, pero el Mallorca lo intentó con orden y sin precipitación. No basta, se precisan muchas más ocasiones de las que se gozaron para llevarse un partido. El argumento ofensivo no se puede ceñir solo a Muriqi, aunque Aguirre fuera más intrépido que otras veces y acabara jugando con dos delanteros y un centro del campo con más perfil ofensivo, con Grenier y Galarreta. Habrá que ver si con Kadewere aumentan las opciones.