Fútbol

Una celebración descafeinada del Mallorca en Son Moix

Alegría contenida entre los futbolistas, cuerpo técnico y afición tras el triunfo ante Las Palmas que encarrila la permanencia en Primera División

Muriqi y Antonio Sánchez celebran el triunfo ante Las Palmas.

Muriqi y Antonio Sánchez celebran el triunfo ante Las Palmas. / DM

Redacción

El horario no ayudaba a repetir las grandes entradas que Son Moix ha registrado esta temporada tras completarse la reforma. Los más de 25ºC que se registraron ayer en Palma a las dos de la tarde rebajaron el listón de veinte mil espectadores hasta los 16.050 y, a pesar de que eran los más fieles mallorquinistas, se notó al final del encuentro al producirse más escenas de desahogo que de euforia. Las cinco jornadas sin ganar del Mallorca pesaban como una losa para certificar una permanencia, a tres jornadas para acabar la temporada, todavía no será matemática este fin de semana.

El hecho de que el Cádiz, equipo que marca actualmente la zona de descenso con 9 puntos menos que el Mallorca, no jugara contra el Getafe hasta hoy (14:00 horas) tampoco ayudó a que la alegría fuese completa. Si bien es cierto que una derrota de los andaluces deja a los de Javier Aguirre a las puertas de la salvación definitiva, el hecho de que el golaverage particular esté empatado, retrasará la consecución del objetivo como pronto hasta el martes cuando los bermellones visiten a Osasuna en ElSadar (19:30 horas).

En cuanto el colegiado Munuera Montero señaló el final del encuentro, tras cuatro minutos de tiempo añadido, el grito unánime de la grada acompañó los abrazos que se sucedieron entre futbolistas del Mallorca que acabaron sobre el campo y los del banquillo. También Javier Aguirre levantó el puño y, tras saludar a su homólogo Xavi García Pimienta, buscó a su esposa en la grada y, antes de felicitar a sus jugadores, se cruzó con su compatriota en Las Palmas Julián Araujo.

Desde los altavoces de Son Moix se pidió a los aficionados que permaneciesen en sus asientos, ondeando banderas y levantando bufandas, para despedir a los futbolistas. Regresando los bermellones al túnel de vestuarios, se les replicó desde la grada de animación L’Infern 1916 que dedicaran un saludo final y correspondieron. 

También algunos jugadores no variaron la tradicional firma de autógrafos para los hinchas más jóvenes a la caza de autógrafos. Samú Costa sorprendió a propios y extraños al abandonar la grada del fondo norte sin camiseta y portando unas modernas gafas de sol. El portugués, en un vídeo subido por el Mallorca en sus redes sociales, dedicó estas palabras a los seguidores: «Mallorquinistas, gran victoria. Lo tenemos. ¡Vamos!».

El final de fiesta como local del Mallorca llegará el próximo fin de semana contra el Almería. Un partido que puede suponer la despedida y cierre no solamente de Son Moix hasta el próximo mes de agosto.