Fútbol. Primera División

El Mallorca logra la permanencia virtual en Primera División

El triunfo ante Las Palmas (1-0), con gol de Gio González, deja a los bermellones a nueve puntos del Cádiz, que juega este domingo ante el Getafe

Los de Javier Aguirre hacía casi dos meses que no ganaban en Son Moix

Los futbolistas del Mallorca celebran el gol de Gio ante Las Palmas.

Los futbolistas del Mallorca celebran el gol de Gio ante Las Palmas. / RCDM

Redacción

El RCD Mallorca ya roza la permanencia con los dedos. Tras el sufrido triunfo ante Las Palmas gracias un gol de Gio González, el conjunto bermellón se aleja a nueve puntos del Cádiz, que todavía debe jugar mañana ante el Getafe. Si los cadistas pierden, la salvación ya será virtual al quedar solo tres partidos por disputarse.

Había que ganar como fuese. Todo un cúmulo de malos partidos ha llevado a días como el de hoy y a los nervios que se han vivido todo el encuentro. Pero por suerte, el tanto de Gio ha ayudado a controlar a un conjunto canario que acumula ocho derrotas consecutivas y que hace tiempo que desean que acabe el campeonato.

Javier Aguirre ha recurrido a la vieja guardia para el partido ante los de García Pimienta. Tan solo Samú Costa y Larin como únicos fichajes de este año en el once, buscando un carácter en el campo que se había perdido. Y desde el minuto uno ha quedado claro quien necesitaba la victoria y para quien este partido era un trámite.

La primera acción del saque de centro, con Antonio buscando el disparo tras una conducción, avisaba de las intenciones de los de Javier Aguirre. Durante la primera parte la UD Las Palmas, que hace tiempo que ya se desconectó de la Liga, ha omitido cualquier intento de acercamiento al área de Rajkovic. La misión era defender, perder tiempo y que no pasara nada.

Los de Aguirre eran quienes tenían la posesión, cargando mucho el juego por las bandas, pero sin acabar de encontrar rematador. Mientras que Muriqi se fajaba con los centrales, Larin, que sigue desubicado, no atinaba a adivinar dónde caería el balón o leer bien los balones al espacio.

Una tarjeta a Gio por protestar ha encendido los ánimos de Son Moix, que sabían lo que estaba en juego. Ni las altas temperaturas ni una hora para jugar que no gusta a nadie les ha frenado para venir a animar a los suyos. Mientras Rajkovic vivía tranquilo, el ímpetu inicial de los mallorquinistas dejaba paso a un juego de paciencia, de encontrar el hueco y desarmar a un equipo al que le iba bien el empate. Antonio estaba por todo, incluso donde no tocaba, pero ha sido uno de los mejores.

Pero en el minuto 29, en una gran jugada, al fin ha llegado el gol. Un envío largo de Rajkovic lo ha ganado Raíllo, que se había descolgado en una jugada anterior. El central ha abierto a Jaume Costa, cuyo centro ha sido demasiado largo. Pero ahí ha aparecido Gio González para empalar una volea que ha entrado en la meta defendida por Vallés tras rozar en Suárez.

Lo más importante y lo más difícil ya estaba hecho. Tras el tanto el ritmo ha bajado. No había motivos para arriesgar, aunque marcar el segundo era obligación para no sufrir. Y así, sin que nada más pasara, se ha llegado al descanso. Quince minutos necesarios para coger aire.

La segunda mitad ha arrancado con el susto de Raíllo, que ha necesitado de la entrada de los servicios médicos para unas molestias. Las Palmas, que ha arrancado con la novedad de Moleiro, ha empezado a inquietar el área. El joven mediapunta, con un disparo ajustado en el minuto 60, ha obligado a lucirse a Rajkovic. La reacción de Aguirre ha sido quitar a Larin y Antonio y meter a Morlanes y Abdón.

Con el paso de los minutos, el nerviosismo se iba apoderando de todos. Ganar era firmar la permanencia virtual, sumar un punto acercarse, pero alargar el sufrimiento. Los tres puntos no se podían escapar de Son Moix bajo ningún concepto.

García Pimienta metía a Sandro y Munir para intentar rascar un punto y cortar su racha de siete derrotas consecutivas. Faltan poco menos de veinte minutos y el partido se iba a hacer muy largo. El Mallorca jugaba con fuego y los jugadores daban señales de estar muertos de miedo, con Aguirre pidiéndoles calma desde la banda.

Un remate del exbermellón Cardona encendía a la grada, que se debatía entre silbidos y aplausos. La entrada de Mascarell y Nacho Vidal por Muriqi y Gio González a siete del final mandaba la orden de defender como se pudiese.

Ha sido cuando ha aparecido la figura de la afición para alentar a los suyos. Y con ello se ha llegado al final. El Mallorca alcanza los 35 puntos y ahora le toca esperar al resultado del Cádiz para saber casi con seguridad si el año que viene seguirá en Primera División.