SANIDAD

Uno de cada dos niños que va a un centro de salud no es atendido por un pediatra

Mariana Mambié, presidenta de los especialistas de Primaria, emplaza a los padres a exigir que sus hijos sean vistos por profesionales con la capacitación

Una imagen de archivo de una sanitaria atendiendo a un bebé.

Una imagen de archivo de una sanitaria atendiendo a un bebé. / Ing Image

I. Olaizola

I. Olaizola

«Somos la comunidad autónoma con más plazas de Pediatría en Atención Primaria ocupadas por médicos que no tienen la especialidad requerida para atender a los niños. Entre el 45% y el 47% del total de pediatras que trabajan en los centros de salud carecen de la especialidad. Esto supone que prácticamente uno de cada dos niños que acude a un centro de salud es visto por un médico que no se ha especializado para su atención», comienza Mariana Mambié, presidenta de la Asociación de Pediatría de la Atención Primaria de las Illes Baleares (APapIB). 

Esta denuncia cobra mayor relevancia hoy, jornada que se celebra el Día de la Pediatría, efeméride que quiere resaltar el papel de una especialidad médica que persigue dar a los niños los mejores cuidados y atenciones.

La presidenta de APapIB revela que en otras CC AA como Aragón, Cantabria o Canarias, por poner un ejemplo de un territorio insular como Balears, los porcentajes de plazas de pediatras de Primarias ocupadas por médicos con la especialidad que toca son, respectivamente, del 60%, el 70% y del 76% en el archipiélago canario. Todos ellos notablemente superiores.

Volviendo a Balears, entre los facultativos sin la especialidad que atienden a los niños que entran en un centro de salud, Mambié detalla que aproximadamente la mitad de ellos tienen la especialidad de médicos de familia, un porcentaje similar son médicos formados en países extracomunitarios a los que tan solo se les ha reconocido la categoría de médicos generales mientras que un ínfimo número de ellos sí tendrían la especialidad de Pediatría obtenida en sus países de origen pero que aún no habría sido homologada en este.

Con este panorama asistencial, la presidenta de la APapIB insta a todos los padres de Balears a exigir que sus hijos sean vistos por médicos con la especialidad pediátrica. 

Y explica el por qué. «Durante los cuatro años en los que un licenciado en Medicina se especializa como pediatra rota por casi todos los servicios de un hospital y adquiere muchos conocimientos. De toda su formación, tan solo pasa tres meses en un centro de salud», revela Mambié el proceso formativo.

Especialidad imprescindible

«Por eso, los pediatras de Atención Primaria son una de las especialidades más imprescindibles del Sistema Nacional de Salud (SNS)», subraya su presidenta en Balears recordando que esos conocimientos adquiridos durante cuatro largos años permiten al especialista diagnosticar de una manera más certera qué patología padece su menudo paciente, a qué especialista del hospital debe derivarle o qué prueba diagnóstica es adecuada o cuál no importaría hacerla y evitar así someter al niño a un proceso inútil.

Para revertir la endémica falta de pediatras en la puerta de entrada a la sanidad pública balear, Mambié adoptaría dos estrategias. La primera de ellas, conseguir movilizar a los padres para que exijan que sus hijos sean atendidos por especialistas y obtener de esta manera el apoyo social necesario «para que la gente que se forme aquí, se quede aquí».

Y el reconocimiento social también ha de ir acompañado de otro más crematístico: «Vivir en Mallorca es muy caro, tendremos que mejorar las características de los puestos de trabajo», apunta Mambié.

Más de 1.250 niños por médico

Ya para terminar la presidenta aporta cifras de los cupos que deben soportar los pediatras de Primaria de esta comunidad. Pese a que se recomienda un máximo de 1.000 niños por médico, el 20% de los pediatras (o que ejercen como tales) de los centros de salud de Mallorca atienden a más de 1.250. «Otros 23 compañeros atienden cupos de entre 1.200 y 1.500 niños y hay incluso 5 pediatras que asisten a más de 1.500», revela.

«Y si faltan pediatras, imagina lo que pasa cuando hay que sustituir a un compañero de vacaciones o de baja: que debes asumir a sus pacientes y doblar tu cupo sin ninguna remuneración extra. Con estas condiciones laborales, no es atractivo venir a trabajar aquí», advierte Mambié.

La presidenta revela que en todo el archipiélago trabajan 306 pediatras en los centros de salud y en los hospitales públicos y que de todos ellos, 142 lo hacen en Atención Primaria (el 46%, 71 ellos en Mallorca) y el resto en hospitalaria.

«Una de las causas es que en esta comunidad autónoma hay muchos hospitales públicos (recuenta y salen seis) que chupan a muchos especialistas, tienen una alta necesidad de ellos y sus necesidades no paran de crecer. La otra es que no hay relevo generacional para un buen número de pediatras hospitalarios próximos a jubilarse», detalla.

Y aporta datos que sustentan sus afirmaciones. Así en el periodo de formación 2014/2017 (cada año egresa una promoción de pediatras), tan solo el 38 por ciento de los pediatras residentes eligió trabajar en algún centro de salud de Atención Primaria.

Ningún mir escogió Primaria

Pero en la siguiente promoción que acaba de concluir, la del periodo 2018/2022, ninguno de los médicos que adquirieron la especialidad eligió trabajar en algún centro de salud de las islas. «O se quedan en los hospitales o se van a otras comunidades autónomas», interpreta.

No hay fidelización de los médicos que se especializan aquí con un importante desembolso público pese a que la capacidad formativa de esta comunidad se ha quintuplicado en los últimos años: Si antes se formaba a tan solo dos pediatras, hoy en día el programa de Son Espases especializa a 8 mientras que el de Son Llàtzer forma a otros dos.

Y la formación de estos profesionales como pediatras en un hospital donde pasan por los diferentes servicios (cardiología, neurología...) es fundamental ya que, como concluye la presidenta de APapIB, «solo se diagnostica lo que se conoce».

En los hospitales debe primar la especialización

El doctor Juan Carlos de Carlos es el jefe de la UCI pediátrica de Son Espases pero en esta ocasión habla como presidente de la Sociedad de Pediatría Balear (SOPEBA) y lamenta que en este país no estén reconocidas las aproximadamente 23 capacitaciones pediátricas que sí lo están en los países de nuestro entorno. Esto es, pediatras formados en los específicos problemas cardiacos o neurológicos de los niños.

Esta falta de regulación crea problemas de índole muy seria en los hospitales de esta comunidad y, por ende, de este país.

De Carlos revela una circunstancia que puede darse de manera habitual y que trastoca mucho el normal funcionamiento de un servicio de Pediatría en un hospital de agudos. Así, explica que una pediatra que lleve trabajando en un hospital durante un montón de años con un contrato interino y que se haya especializado en reumatología, por poner un ejemplo, puede ser apartada de su plaza en el próximo concurso oposición por otro pediatra que obtenga una mejor puntuación pero carezca de sus conocimientos y su experiencia en reumatología infantil.

«Todo ello te obliga a reorganizar el servicio médico», lamenta el doctor De Carlos, que apunta a que el principal problema de no regular estas capacitaciones por las que que los pediatras en formación mir suelen decantarse en el último de sus cuatro años formativos es que «no puedes establecer ningún control». 

«Y es que no puedes convocar plazas de pediatría especializadas», lamenta señalando que sigue sin comprender cómo este país sigue sin regular estas capacitaciones fundamentales con la extrema especialización de hoy en día: «Me voy un mes de vacaciones y cuando vuelvo he de ponerme al día porque ya estoy descontextualizado», revela.

Juntando filas con su compañera de Primaria, el presidente balear de la sociedad científica de su especialidad sostiene que el déficit de pediatras es más acuciante en los centros de salud, «en la atención especializada no hay un problema tan claro»,

«Sí puede haber problemas de cobertura de plazas en los hospitales de Menorca o Eivissa y, puntualmente, en algún hospital comarcal de Mallorca por lo que considero que, como en otros múltiples trabajos en los que es difícil hallar personas para que los desempeñen, deberán estar incentivados con algún tipo de plus», sugiere.

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