Un ocupante de una patera interceptada en Cabrera: “No sé nadar, tuve miedo a morir”

Un testigo protegido identifica al patrón de la barca

El acusado niega los cargos en el juicio: “Todo el mundo conducía la barca”

El sucpuesto patrón, durante la vista oral celebrada ayer en Palma.

El sucpuesto patrón, durante la vista oral celebrada ayer en Palma. / D.M.

Redacción

“No sé nadar, tuve miedo a morir en el mar”. Un ocupante de una patera, cuyo patrón fue juzgado ayer en la Audiencia de Palma, reconoció que temió por su vida durante la travesía de dos días desde la costa argelina hasta llegar a aguas de Cabrera a finales de abril de 2023. Su testimonio se escuchó ayer en la vista oral. El hombre, de origen subsahariano, declaró en un juzgado de la ciudad en calidad de testigo protegido.

“Trabajé durante un año para conseguir el dinero para poder viajar. No había chalecos salvavidas para todos. En la barca había quince bidones de gasolina. Pasé miedo”, aseguró el testigo, quien identificó al acusado cómo el hombre que gobernaba la barca.

Otro testigo protegido ratificó su versión. “Pagué 420.000 dinares argelinos. Zarpamos a las doce y media de la noche. Fueron dos días de travesía. Éramos catorce personas dentro de la barca y no había espacio. Apenas había comida. Los árabes fumaban”, indicó otro ciudadano subsahariano.

La Guardia Civil interceptó la patera el pasado 26 de abril de 2023 a primeras horas de la mañana en las inmediaciones de Cabrera. Según manifestó un agente, en ella viajaban catorce personas, diez de origen subsahariano y cuatro argelinos. “Creo que llevaba un par de menores, una niña y un niño”, detalló el guardia. “La barca solo disponía de un motor fueraborda de 30 caballos, no tenía remos, ni motor auxiliar y no había chalecos para todos. Navegaban en precario. Sobrepasaba el límite de capacidad. Llevaban garrafas de gasolina y la peligrosidad es bastante elevada”, añadió el agente.

Sin reservas de comida ni agua

“No tenían reservas de comida ni agua”, recordó otro guardia civil ante el tribunal de la sección segunda. Tres agentes coincidieron ayer al señalar que el acusado patroneaba la patera. “Interceptamos la barca a las seis de la madrugada. Ya amanecía. Me acuerdo perfectamente quién la tripulaba. Llevaba una cazadora negra y una capucha blanca. Le vi patroneando la barca. Cuando nos acercamos, soltó la caña del motor y se fue a proa”, detalló el guardia. Otro compañero lo confirmó: “En el momento de interceptar la embarcación, él se fue a la proa para pasar desapercibido”.

El encausado, que lleva preso poco más de un año, negó los cargos ante la sala. “Todo el mundo conducía la barca”, alegó. “Cuando nos interceptaron, yo no conducía. Yo hacía fotos y vídeos para mi madre para que se quedara tranquila. Todo el mundo hacía fotos”, se defendió. Sin embargo, poco después se reconoció en varias fotografías que se le exhibieron en las que aparecía en la popa de la nave con el motor. “Yo no traté de ocultarme. Yo llevaba comida y agua de mi casa”, explicó.

Su versión fue totalmente opuesta a la de los dos testigos protegidos. “No pasamos miedo. Todos estábamos contentos, hablando y haciendo fotos”, indicó, al tiempo que identificó a otros dos patrones de la barca. “Yo me quiero ir a Francia a trabajar y mandar dinero a mi familia. No me quiero quedar en España”, destacó ante el tribunal.

Piden seis años de cárcel

La fiscalía solicitó para él una pena de seis años de cárcel por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros por poner en peligro la vida del resto de ocupantes de la barca, ya que no llevaban ningún sistema de seguridad ni bengalas, navegaban con exceso de capacidad, con un solo motor y bidones de gasolina, mientras algunos fumaban y, además, no tenían reservas de comida ni agua. Por su parte, el abogado defensor reclamó la libre absolución de su representado y planteó que se habían vulnerado derechos fundamentales, ya que el hombre facilitó a la Policía unos vídeos cuando declaró en primer lugar como testigo, por lo que no pueden ser tenidos en cuenta para acusarle.

Un inspector de la Policía Nacional declaró que, durante la travesía, tuvieron que parar varias veces la embarcación porque las olas eran muy altas y tenían miedo de zozobrar. El caso quedó ayer al mediodía visto para sentencia.