SFM inicia el desmantelamiento del asentamiento chabolista del parc de ses Estacions

Serveis Ferroviaris quiere "recuperar este espacio público para la ciudad", por lo que también retirará las marquesinas de la antigua estación de autobuses

Afirma que los habitantes del campamento han comunicado que se marcharán "voluntariamente" esta semana

Serveis Ferroviaris de Mallorca ha iniciado el desmantelamiento de las chabolas instaladas en la antigua estación de autobuses.

Serveis Ferroviaris de Mallorca ha iniciado el desmantelamiento de las chabolas instaladas en la antigua estación de autobuses. / Guillem Bosch

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) ha empezado a desmantelar el asentamiento chabolista instalado en la antigua estación de autobuses desde hace tres años. SFM quiere "recuperar este espacio público para la ciudad", para lo que también ha iniciado la retirada de las marquesinas que protegían a los autocares aparcados allí.

Los trabajos han empezado esta semana. "Se hizo un vallado de la zona, se informó a las personas de este asentamiento de que se iban a retirar las marquesinas y todos voluntariamente han comunicado que iban a marcharse esta misma semana. De hecho, la mayoría ya se ha marchado", han explicado desde SFM, dependiente de la conselleria de Movilidad del Govern.

Los vecinos llevaban tiempo denunciando problemas de seguridad y suciedad.

Los vecinos llevaban tiempo denunciando problemas de seguridad y suciedad. / Guillem Bosch

"De entrada se ha iniciado la retirada de las marquesinas para poder recuperar ese espacio. Pero estos trabajos tambien responden a una demanda vecinal para mejorar la zona y por cuestiones de seguridad. SFM está barajando diferentes ideas para darle un uso público", subrayan.

Serveis Ferroviaris estima que en este enclave actualmente vivían dos parejas. En todo caso, esta tarde todavía permanecía un nutrido grupo de personas sin techo en la parte de la antigua estación en la que todavía no han empezado los trabajos.

SFM ha señalado que, además del problema de seguridad y salubridad que implicaba la existencia del asentamiento, había un riesgo de incendio y electrocución para los ciudadanos por el estado de las estructuras, las instalaciones eléctricas y el arbolado en un espacio que llevaba años sin un mantenimiento adecuado.

Los vecinos de la zona llevaban mucho tiempo reclamando el desmantelamiento del asentamiento alegando una elevada conflictividad entre sus ocupantes, además de suciedad y ruidos.