Primera División

Los primeros brotes verdes en el Real Mallorca

El Mallorca ha terminado la semana mejorando la imagen de Girona, logrando un gran empate ante el Barcelona y acariciando la victoria ante el Rayo

El equipo empieza a mostrar automatismos en ataque y mayor personalidad con el balón

Los jugadores del Mallorca celebran el gol de Muriqi ante el Rayo Vallecano.

Los jugadores del Mallorca celebran el gol de Muriqi ante el Rayo Vallecano. / Rodrigo Jimenez

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Este lunes poco a nada tiene que ver comparado con el anterior para el Mallorca. La semana empieza mucho mejor de lo que acabó la pasada, con la imagen por los suelos tras la derrota en Girona, las dudas acrecentadas sobre la figura de Javier Aguirre y el ojo puesto en futbolistas muy importantes de la plantilla. El empate ante el Barcelona corrigió el rumbo, al menos en cuanto a parecer un equipo de fútbol. Y la casi victoria del sábado ante el Rayo dejó entrever que poco a poco, quizá más lento de lo deseado, el Mallorca que todo el mundo espera está empezando a asomar la cabeza. 

Los primeros brotes verdes del equipo tenían que empezar a llegar. Tanto por el pasado histórico de este grupo el curso anterior y también por la inversión realizada este verano. Es cierto que solo se ha ganado un partido de ocho posibles, un balance muy pobre, pero no lo es menos que en la temporada pasada, idolatrada hasta la saciedad, el equipo sumaba solo dos puntos más a estas alturas.

Hay muchísimo que corregir, sin duda. De nada sirve ser el Mallorca más goleador de las últimos años a estas alturas de Liga pero encajar goles sin ton ni son. La enfermedad que padecía el equipo la campaña pasada, con enormes problemas ante la portería contraria excepto Muriqi, parece haberse corregido, pero ahora se ha resfriado en su propia área con demasiados goles concedidos.  

Pero también se están empezando a mostrar cosas que hasta esta semana el Mallorca no había demostrado. En Vallecas, se comprobó que se puede jugar con defensa de cuatro de inicio en Liga, algo que solo se vio hace ya dos temporadas con Aguirre ante el Alavés (2-1) y el Granada (2-6).

 Frente al Rayo Vallecano, a excepción de la empanada inicial y de un fallo en cadena iniciado por Sergi Darder, continuado por Nastasic y finalizado por Jaume Costa, el equipo estuvo bien. 

No fue un partido brillante, ni mucho menos, pero compitió y solo el penalti de Gio le privó de llevarse tres puntos que habrían sido merecidos. Porque más allá del tanto inicial de Álvaro García, el resto del peligro en la primera mitad lo puso el Mallorca. El Rayo Vallecano apenas propuso y el Mallorca, poco a poco, fue asomando la cabeza en campo rival. 

Pero lo mejor, más allá de las ocasiones de Muriqi y el propio gol del kosovar, fue que el balón ya no quemó tanto. En las primeras jornadas fue desesperante, y el propio Aguirre lo reconoció, ver cómo los bermellones no sabían qué hacer con la pelota, sacándosela de encima a las primeras de cambio. Ante los de Francisco, el equipo no tuvo miedo de crear jugadas, esperar la presión rival e intentar sacar el balón con criterio, con más o menos acierto. 

Y en la segunda parte la tónica fue ascendente. Darder mostró sus mejores minutos desde su llegada, y lo redondeó con una gran asistencia a Antonio Sánchez para poner al Mallorca por delante. Tuvieron ocasiones para marcar el tercero, especialmente en las botas de Amath, que sigue horrible, pero tocó sufrir al final y ser castigados de una forma cruel con el penalti que solo el VAR y Melero López vieron. 

Ahora toca recibir al Valencia en Son Moix. La primera victoria en casa debe llegar ya y alcanzar los diez puntos con nueve jornadas disputadas será un gran premio para un equipo que, poco a poco y con toques de atención, comienza a mostrar su potencial.

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