Una aurora boreal en el cielo de Mallorca 86 años después

Una tormenta geomagnética inusual permite ver auroras boreales en numerosos puntos de España y en latitudes bajas del hemisferio norte

La última vez que el fenómeno se produjo con tal intensidad en Mallorca fue en 1938

La aurora boreal vista desde Son Sardina

La aurora boreal vista desde Son Sardina / Twitter @Paco__bailon

Redacción/Agencias

 El cielo de Mallorca y de buena parte de España se ha teñido este viernes por la noche de tonalidades rojas, moradas y anaranjadas. Se trataba de una aurora boreal, un fenómeno extraño en latitudes bajas del hemisferio norte.

Decenas de personas han captado la aurora boreal desde numerosos puntos de la isla.

¿Qué son las auroras boreales?

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha explicado esta madrugada que según la Organización Meteorológica Mundial (WMO según sus siglas en inglés) se trata de un electrometeoro consistente en un fenómeno luminoso que aparece en las capas superiores de la atmósfera en forma de arcos, bandas, cortinas, etc.

Por lo tanto, al contrario que los fenómenos meteorológicos habituales, se forman mucho más arriba de la troposfera, normalmente a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros.

Las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra, según la Aemet. "El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años", ha explicado.

La Aemet ha informado que actualmente estamos cerca del máximo de actividad solar: las manchas solares indican las zonas de actividad magnética solar asociada con erupciones solares atmosféricas y eyecciones de masa coronal.

Las auroras polares se deben a la presencia de partículas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar), que actúan sobre los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial.

El campo magnético de la Tierra canaliza las partículas, principalmente electrones y protones, que colisionan con los átomos y moléculas de los gases de las capas superiores de la atmósfera (termosfera y exosfera).

Esas colisiones provocan que los electrones de los átomos de nitrógeno y de oxígeno asciendan temporalmente a un estado energético superior, "excitado", según la Aemet.

Al recuperarse los niveles de energía normales, se libera energía que se emite en forma de fotones de luz con distintas longitudes de onda. Las auroras polares se observan principalmente en arcos próximos a los polos magnéticos (los óvalos aurorales).

Pero si la actividad solar es muy intensa, como actualmente, las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando una tormenta geomagnética.

Durante estos fenómenos, el óvalo auroral se ensancha temporalmente, lo que permite percibir auroras desde latitudes más bajas.

La última en Mallorca fue en 1938

La última vez que el cielo de Mallorca se tiñó de tonalidades rojas y amarillas con tal intensidad había sido el 25 de enero de 1938.

El fenómeno, que se produjo en plena Guerra Civil, espantó entonces a los mallorquines y alimentó rumores y miedos.