Fútbol

La opinión de Sebastià Adrover: Javier Aguirre no ha matado a Kennedy

No es cuestión de ser desagradecidos con un técnico que no es el único responsable de que la temporada se esté haciendo eterna

Su ciclo en el Mallorca ha terminado porque ya no va a mejorar lo que ha hecho

Javier Aguirre se queja de una acción durante el partido del sábado ante Las Palmas.

Javier Aguirre se queja de una acción durante el partido del sábado ante Las Palmas. / Cati Cladera / EFE

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

Tres salvaciones seguidas, con una brillante novena posición en una de ellas y una final de la Copa del Rey. Cualquier mallorquinista, incluidos los que ocupan la planta noble de Son Moix, hubiera firmado con sangre estos resultados cuando se fichó a Javier Aguirre. La situación era muy delicada y el técnico mexicano fue capaz de dotar de estabilidad a un proyecto que lo necesitaba. Vaya por delante que soy de los que opina que su ciclo en el banquillo de Son Moix ha terminado. Y la argumentación es sencilla. Ya no va a mejorar lo que ha hecho y, como en la vida, hay veces que es mejor irse a tiempo antes de que la relación se desgaste todavía más. 

Incluso el director deportivo, Pablo Ortells, perdió una gran oportunidad hace una semana en Campos al no profesar su amor eterno a Aguirre cuando fue cuestionado por IB3 sobre el futuro del técnico. Prefirió no disimular y quedó claro que la pregunta le incomodaba. Como se suele decir, blanco y en botella...

No obstante, no es cuestión de ser desagradecidos. Hay un sector de la afición que ha sido especialmente crítica con el ‘Vasco’ al considerar, con razón, que este equipo tendría que haber encarrilado la salvación mucho antes y, sobre todo, que debería haber realizado un juego que no supusiera una visita al dentista. 

Muchos de los comentarios son acertados, por supuesto. Este final de temporada se está haciendo eterno y, después de La Cartuja, todo está costando mucho más. Y estas ansias por acabar, por pasar página, han enrarecido un ambiente que tampoco ha sido idílico desde julio.

No hay que engañarse, el gran papel en la Copa del Rey ha tapado los defectos de una campaña más que irregular que obliga a no mirar hacia el otro lado una vez termine. Mucha de esta responsabilidad recae, por supuesto, en la figura del entrenador, pero estas últimas semanas se han oído y leído comentarios tan injustos como desagradables sobre su papel.

Aguirre no ha matado a Kennedy y en los males de esta temporada, que se certificará esta semana con la permanencia matemática, los focos no solo deben centrarse en él. El flojísimo rendimiento de muchos de los jugadores que estaban llamados a ser importantes también debe estar sobre la mesa. De los nuevos, por supuesto, pero también de algunos de los que ya estaban. 

Y eso implica una reflexión todavía mayor que invita a no caer en la hipocresía porque el llamado ‘entorno’, genial palabra acuñada por Cruyff, aplaudió hasta con las orejas cuando se fichó a Larin y Darder, por ejemplo. Y sí, su decepcionante nivel mostrado también puede ser culpa del preparador, pero sería infantil recurrir a ello para justificarlo. Llegará el momento de tomar decisiones, aunque no hay que olvidar que seguir en Primera es un éxito, por muchos ‘peros’ que haya.

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