Fútbol. Primera División.

Un suplicio de final de Liga

El Mallorca se niega a cerrar la permanencia desaprovechando oportunidades y da señales de ser un equipo agotado física y mentalmente

La victoria del Celta ante el Villarreal deja a los de Javier Aguirre como el equipo a perseguir por el Cádiz

Muriqi conduce el balón ante la tímida presión de Barrios, futbolista del Atlético de Madrid.

Muriqi conduce el balón ante la tímida presión de Barrios, futbolista del Atlético de Madrid. / DM

Redacción

El RCD Mallorca se está deshaciendo a pasos agigantados. La temporada se está haciendo eterna para los bermellones, que imploran que llegue ya el final para echar el telón siendo equipo de Primera División. Una condición que están empeñados en postergar y por la que todavía tendrán que sufrir si no hacen los deberes contra equipos que llevan semanas de vacaciones. El desastre cometido ante el Atlético de Madrid (0-1), en un partido insulso y que mostró las enormes carencias de la plantilla, fue la confirmación de que los de Javier Aguirre ni están ni se les espera. 

A nadie escapa que la temporada del equipo, al margen del oasis de la Copa del Rey, ha sido una decepción mayúscula. Cierto es que no ha pisado ni una sola jornada los puestos de descenso, algo loable, pero tan solo hace falta una para descender a Segunda División. Jugadores lejos de su mejor forma, un sistema de juego que ya no da frutos, una afición aburrida hasta el hartazgo y un Aguirre que está ganando detractores a ritmo frenético. Solo seis victorias y menos puntos (32) que jornadas disputadas (34). 

Frente a los del Cholo Simeone, el Mallorca protagonizó uno de los peores partidos de la temporada. Sin obviar la envergadura del rival que había enfrente, el Atlético de Madrid, los bermellones mostraron una impotencia total durante los noventa minutos. 

Ni un amago de reacción, con decisiones inéditas como situar a Valjent de carrilero durante varios minutos, y dejando claro que la profundidad de plantilla, pese a haber 24 jugadores, no es tanta. El déficit de futbolistas con creatividad es alarmante y la falta de soluciones para modificar el dibujo sin tener que inventar posiciones habla mal de una planificación que no consiguió en invierno traer a un extremo que tuviese posibilidades de ser titular con regularidad. 

Toda la idea que pudiese tener Aguirre en su cabeza se fue al garete en cuatro minutos. Un gol demasiado tempranero de Rodrigo Riquelme que dibujó un partido cómodo para el Atlético, que le cedió el balón a un Mallorca que convirtió en tedio el intentar simplemente llevarlo a la banda, con pases entre centrales que ralentizaron todo y sin ninguna capacidad de sorpresa. El centro del campo quedó desierto y jugar por dentro fue una idea que se desechó desde el inicio. Asimismo ninguno de los delanteros pusieron en aprietos a los centrales colchoneros al estar demasiado alejados del área y recibir una cantidad ínfima de centros desde la banda. 

 A todo ello se le suma que son muchos los futbolistas que han llegado sin gasolina al decisivo tramo final y lejos de su mejor versión. Nastasic, Maffeo, Dani Rodríguez, Muriqi... Muchos jugadores clave en el sistema de Aguirre que han perdido cualquier atisbo de chispa.  

Restan cuatro partidos por delante y la ventaja, gracias a la derrota del Cádiz, se mantiene en seis puntos (más el golaverage general). Pero tras el triunfo ayer del Celta, que se ha marchado a ocho del conjunto gaditano, se ha quedo sin escudo y se ha convertido en el rival a perseguir por los de Pellegrino, que al igual que el Mallorca, tiene por delante encuentros ante rivales que poco o nada tienen en juego. Al mirar el vaso medio lleno, una victoria del Mallorca este sábado ante Las Palmas (14 horas), unida a un triunfo del Getafe en Cádiz, le daría la salvación virtual a los bermellones, quedándose a nueve puntos a falta de nueve.

De nuevo, en Son Bibiloni espera una semana tensa hasta el choque frente al conjunto canario, que acumula siete derrotas consecutivas –la peor racha este curso de cualquier equipo de Primera– y que, tras alcanzar los 37 puntos, hace tiempo que se desconectó del campeonato. Sin embargo, el Mallorca, con solo una victoria en los últimos siete encuentros, tampoco está para tirar cohetes. 

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