Palma en el ciclo Jane's Walk: De ruta marina por una ciudad también de pescadoras

Palma celebra el fin de semana del movimiento global en honor a la activista Jane Jacobs con diferentes recorridos guiados por voluntarios que redescubren los barrios con un espíritu de reflexión y reivindicación

La guía voluntaria Marta Albo Puigserver durante sus explicaciones en el Moll Pesquero.

La guía voluntaria Marta Albo Puigserver durante sus explicaciones en el Moll Pesquero. / DM

Redacción

Mientras los operarios se afanaban en desmontar las casetas de la feria náutica celebrada la semana pasada en Palma va creciendo el grupo de ciudadanos inquietos que ayer acudieron a la llamada de una de las rutas de Jane’s Walk. El punto de encuentro, el secadero de redes, junto a sa Llonja. Una cincuentena de palmesanos tuvieron la suerte de descubrir De la mar al mercat , nueva ruta dedicada solo al mar. La convocatoria fue todo un éxito guiada por las voluntarias Marta Albo Puigserver y Ariana Domínguez.

Este fin de semana, coincidiendo con el cumpleaños de la activista estadounidense Jane Jacobs, Palma acoge, hasta hoy, el ciclo de rutas guiadas y gratuitas Jane’s Walk, que se empezaron a celebrar en 2007, al año siguiente de su muerte. El festival que da voz a los ciudadanos para observar el urbanismo con un espíritu crítico, y reivindicativo, empezó en Toronto y se ha convertido en un movimiento global en el que participan más de 200 ciudades. 

Secaderos de redes por el paseo Marítimo

Mano a mano las dos guías se van pasando el megáfono para compartir la historia de la Palma que mira al mar. La humanista Ariana Domínguez, luchando contra la contaminación acústica del tráfico, explica cómo a principios del siglo XX se va modernizando la flota pesquera y se necesitan infraestructuras más grandes. Para los secaderos de redes hacía falta mucho espacio y antes de que existiera el paseo Marítimo se usaba ese espacio, hasta el Cappuccino, y la plaza del Vapor para tal fin. La pugna existente entre los pescadores del Puig de Sant Pere y los de Santa Catalina solo se rompía por esto motivo y los segundos permitían acercarse a los primeros hasta la plaza del Vapor para extender sus redes, desvela Ariana. La guía, que desde el inicio remarca que «el debate y la reflexión» conducirán este paseo, añade otro tesoro por descubrir: «No quedan registros, pero eran las mujeres las que confeccionaban las redes más pequeñas». Lo hacían en sus casas. 

«No quedan registros, pero eran las mujeres las que confeccionaban las redes más pequeñas en sus casas»

El grupo, identificado con la imagen de la activista Jane Jacobs que lleva la arquitecta urbanista Maria Gómez, miembro de la organización, se dirige al Moll Pesquero, al que ayer se permite acceder por este ciclo de rutas. «La náutica está desplazando a los pescadores». No pagan «la barbaridad» de tasas que abonan los yates, dice Marta Albo, la investigadora del Centro Oceanográfico de Baleares, y deja caer que la feria náutica se celebra en «un espacio público usurpado para uso privado». 

Discriminación para ser patrona

Va desmenuzando los tipos de barcas que hay y los peces de temporada. «La llampuga solo se come en Mallorca, ¿por qué?». «Por cultura», le responden. 

Apenas queda una docena de barcos en Palma y en toda Mallorca, 150. En los 80 solo en Ciutat había 110

«Por el problema del relevo generacional muchos oficios están desapareciendo», continua Marta. Tras ella una embarcación luce un cartel de «se vende». Apenas queda una docena de barcos en Palma y en toda Mallorca, 150. En los ochenta solo en Ciutat había 110. 

El grupo identificado con la imagen de la activista Jane Jacobs.

El grupo identificado con la imagen de la activista Jane Jacobs. / Redacción

La profesión de pescador se ha vinculado solo a los hombres. «No es así», dice Marta. En Palma desde 1900 hasta ahora se cuentan 26 pescadoras «oficialmente». Ellas no se registraban y tampoco las permitían ser patronas. El paseo sigue por sa Llonja rompiendo tópicos y generando debate, hasta el mercado de Santa Catalina.