Los jueves vuelven a estar esta temporada marcados en el calendario para disfrutar de las noches en sa Llonja, sus terrazas y el Consolat de Mar. El emblemático conjunto arquitectónico abrió ayer sus puertas a las 19:30 tras dos veranos sin visitas por las restricciones provocadas por la pandemia, y lo hizo con un éxito rotundo. No solo no había ni una plaza libre en esta primera visita, sino que la web del Govern, que rezaba ayer por la mañana, con enormes letras de color rojo, ‘plazas agotadas’, ha añadido otros cinco días al calendario para que 600 personas más puedan realizar el recorrido.

La primera cita con la sede de la Presidencia de Balears no dejó indiferente a nadie. Antes de entrar, los cuarenta visitantes observaban con curiosidad y asombro el ancla monumental que junto a los dos cañones del siglo XVIII parece hacer guardia en la entrada del Consolat, y cómo no, el característico ángel custodio ‘Defensor de la Mercancía’ que da la bienvenida a quienes atraviesan el portón principal.

Ya en el interior, donde varias maquetas de barcos y diferentes objetos daban fe de una planta baja que hasta 1978 albergó el Museo Marítimo, María Dolores Rosales contó que no era la primera vez que realizaba el tour. «He venido cuatro veces al Consolat de Mar y esta es la segunda que visito la azotea de sa Llonja. La última vez fue antes de la pandemia y ya tenía muchas ganas», expresó. Isabel Pinya, sin embargo, era la primera vez que realizaba el recorrido y aseguró, con cierta emoción, que «después de muchos cursos sobre historia de Mallorca estaba deseando verlo».

Inma fue la encargada de guiar a los 40 afortunados durante la primera visita nocturna de la temporada. Con todo lujo de detalle y atendiendo en todo momento las preguntas de los asistentes, explicó en qué consiste cada una de las estancias de la sede del Govern balear, desde la Sala Huguet Borràs, hasta el despacho de la propia presidenta del Ejecutivo balear, Francina Armengol. Una estancia que a Francisco José Cantera y a Carmen Ibáñez, dos turistas de Santander, les fascinó. «Poder estar donde todo el Gobierno de aquí trabaja y ver el escritorio de la presidenta ha sido alucinante», expresaron.

A la planta noble, en la que se encuentran las dependencias anteriormente mencionadas, se accede por una escalera elíptica en cuyo centro se encuentra, según explicó la guía a los asistentes mientras subían los peldaños, una imponente escultura de Jaume Ferrer, «legendario navegante mallorquín».

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Vuelven las noches de verano en sa Llonja y el Consolat de Mar B. Ramon

La esperada azotea de sa Llonja

Tras atravesar el antiguo jardín de los mercaderes, los visitantes accedieron al edificio de sa Llonja. Nada más entrar el asombro en sus caras era evidente. Las frases «¡qué bonito!» e «impresionante» se sucedieron varias veces entre los asistentes al contemplar las seis imponentes columnas estriadas que suben en espiral simulando un palmeral.

Pero sin ninguna duda lo más esperado, ‘la joya de la corona’, llegó a continuación tras subir por una escalera de caracol marcada con inscripciones: la azotea.

«He venido expresamente para ver las terrazas», señaló Natalia Llabrés mientras observaba cómo el atardecer engalanaba la Catedral y la bahía de Palma. «¡Qué chulo!», dijo Vega Martín, una marratxinera de cuatro años que aunque aseguró que le había gustado «todo, todo», confesó que de lo que más había disfrutado había sido de las terrazas.

Lo mismo opinaron Francisco José y Carmen. «Estar aquí arriba es maravilloso, somos unos afortunados», expresaron. También se sintieron así por haber podido conseguir plaza, ya que solo llevan en la isla desde el domingo y fue cuando trataron de conseguir un sitio.

Cabe destacar que estas visitas nocturnas se compatibilizarán con las diurnas para grupos organizados que se suelen programar durante todo el año.

Según explicaron los encargados de este primer tour, a partir de hoy se amplían las visitas: los nuevos días a los que se pueden apuntar los interesados en el enlace consolat.caib.es son el 9 y 16 de junio, el 14 de julio, el 18 de agosto y el 1 de septiembre.

Según el Govern, desde el inicio de esta iniciativa en 2016, casi 7.000 personas han visitado el Consolat de Mar y la azotea de la Lonja.