La venta de tabaco vuelve a bajar en Baleares tras romperse la tendencia alcista durante el verano

Durante los siete primeros meses de este año se han vendido en las islas 40,8 millones de cajetillas de cigarrillos lo que supone 55.500 menos que en 2022

La AECC advierte del peligro que supone en aumento del vapeo entre los jóvenes

El Bar Bosch ha optado por mantener la prohibición de fumar en su terraza

El Bar Bosch ha optado por mantener la prohibición de fumar en su terraza / Guillem Bosch

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

Baleares era en mayo la única comunidad autónoma con un aumento en las ventas de tabaco. Al cierre de julio, las islas han logrado doblegar ese crecimiento, aunque por un bajísimo margen, y han dejado de ser la ‘oveja negra’ española en el este apartado. Si durante los cinco primeros meses de este año se habían vendido en las islas 25,4 millones de cajetillas de cigarrillos, aproximadamente medio millón más que en el mismo periodo de 2022, al cierre de julio el acumulado de 2023 ha sido de 40,8 millones, con solo 55.500 cajetillas menos que durante el pasado ejercicio, pero al menos han roto la tendencia alcista.

Un aspecto a tener en cuenta es que la situación balear se ve afectada por las compras que realizan los turistas en los estancos, principalmente de las zonas de costa, pero una vez superado el primer tramo del verano se ha conseguido esta ligera reducción. Sin embargo, no se trata de una tendencia general en todos los productos relacionados con el tabaco.

Ventas registradas

Este descenso aparece en los cigarrillos, que son con diferencia los que muestran un mayor volumen de ventas, y se ve acompañado también del que se da en los cigarros, que pasan de los 24,5 millones vendidos durante los siete primeros meses de 2022 a los 23,4 millones del mismo periodo de este año.

Sin embargo, hay un aumento en las picaduras, tanto para liar como de pipa. Así, las ventas de la primera han ascendido de los 162.332 kilos de 2022 a los 165.908 del presente ejercicio, mientras que de la segunda se ha aumentado de los 23.733 a los 26.679 kilogramos.

El presidente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en las islas, José Reyes, aplaude el recorte en el consumo de cigarrillos por lo que supone de cambio de tendencia, que achaca a la creciente concienciación sobre la vinculación existente entre el tabaco y el cáncer. Sin embargo, advierte del peligro que supone el que ese consumo tradicional de tabaco se esté viendo sustituido por los cigarrillos electrónicos, con la implantación del vapeo especialmente entre los más jóvenes, y subraya que los daños que ambas prácticas generan son equiparables.

Bajada sin restricciones

Esta reducción se registra pese a que a principios del verano se levantó la restricción que se aplicó al fumar en las terrazas de bares, cafeterías y restaurantes durante la pandemia, lo que llevó a la AECC y a la patronal Restauración-CAEB a promover que los propietarios de estos establecimientos declararan, de forma voluntaria, sus espacios exteriores como zonas libres de humo, manteniendo la citada prohibición.

Según el presidente de esta última organización, Alfonso Robledo, el seguimiento de esta propuesta ha distado mucho de ser mayoritario, ya que la práctica totalidad de los establecimientos de barrio están consintiendo que sus clientes fumen en sus terrazas.

Sin embargo, Robledo defiende que hay un número elevado de establecimientos, especialmente en algunas zonas turísticas y en el centro de Palma, que han optado por aplicar voluntariamente esa prohibición. En muchos casos, se trata de negocios de nivel alto que esgrimen ese veto al tabaco en sus terrazas como un plus de calidad, un aspecto que también apunta Reyes, citando como ejemplo al Bar Bosch, aunque reivindica que la prohibición de fumar en esos espacios sea permanente con un cambio de legislación.

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