Así puede adaptarse la viña al cambio climático

Un minucioso estudio de la conselleria de Agricultura analiza las ayudas destinadas hasta ahora a la reconversión de viñas y determina las acciones subvencionales que se pueden llevar a cabo para hacer frente al cambio climático

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

La conselleria de Agricultura ha elaborado un estudio en el que analiza las ayudas destinadas a la reestructuración y reconversión de viñas para vinificación en Balears entre 2009 y 2022. Ello ha servido para a partir de aquí, determinar en dicho documento las consideraciones a tener en cuenta para su aplicación en el nuevo periodo 2023 a 2027, una etapa en la que las ayudas de reestructuración y reconversión de viñas serán una de las cinco intervenciones de la nueva Intervención Sectorial Vitícola enmarcada en la PAC que contará con un presupuesto de 200 millones con una inversión anual para dicha subvención de 60,64 millones en el sector del vino. Evidentemente dicha acción llega en un contexto de «mucha variación» debido al cambio climático que provoca un aumento medio de la temperatura y alteraciones en las precipitaciones.

Agricultura en Mallorca: Así puede adaptarse la viña al cambio climático

Agricultura en Mallorca: Así puede adaptarse la viña al cambio climático / RF

Así, el director general de Agricultura, Fernando Fernández, detalla que el sentido del estudio ha sido evaluar el impacto de las ayudas para la reconversión de viñedos entre 2009 y 2022 para saber qué se había conseguido como comunidad autónoma con dicha medida y a partir de conocer lo que se había logrado, determinar hacia dónde se tiene que ir con esta medida de acuerdo al nuevo reglamento europeo y sobre todo en un contexto de cambio climático. 

Desde 2001 hasta 2022 en Balears se ha logrado reestructurar 963, 5 hectáreas, una tercera parte del total de la superficie de viñedo

El director general recuerda que «la medida de reconversión de viñedos es realmente muy importante porque toda España, no solamente Balears, venía históricamente de viñedos muy viejos, poco modernizados y con técnicas de cultivo muy tradicionales». Por lo tanto, durante este periodo sometido a estudio dicho instrumento ha servido «para modernizar la estructura productiva del vino». «Es una ayuda a la que se acogen muchos viticultores nuestros, y de toda España», detalla. De hecho, desde 2001 hasta 2022 en Balears se ha logrado reestructurar 963, 5 hectáreas, es decir, «una tercera parte del total de la superficie de viñedo». 

Agricultura en Mallorca: Así puede adaptarse la viña al cambio climático

Agricultura en Mallorca: Así puede adaptarse la viña al cambio climático / RF

Un 30% de la superficie

«Un 30% de la superficie de viñedo de Balears se ha podido la reestructurar y reconvertir a partir de esta medida. Es un porcentaje bueno, es un porcentaje que está un poquito por encima de la media estatal», hace hincapié. Además, detalla que se han acogido a la medida unos 200 viticultores a lo largo de este periodo que han recibido un valor medio de ayuda por hectárea de unos 5.600 euros de media. En total, en Balears se han abonado 5.396 miles de euros entre 2001 y 2022. 

En cuanto a las variedades, la más sembrada fue Manto Negro, seguida de Merlot y Syrah con un porcentaje de superficie total del 20,6%, 20,5 y 19% respectivamente. El 76,6% se agrupó en cuatro variedades, las antes mencionadas y Prensal. El estudio también determina que se sembraron un 70% de variedades negras frente al 30% de blancas. El mayor porcentaje son variedades de fuera (el 60%) frente al 40% de autóctonas. En este periodo se ha subvencionado la replantación de viñas, la reconversión de variedades y la mejora en las técnicas de la gestión de las viñas. 

Así las cosas, el director general de Agricultura explica que dicha evaluación surge porque cuando se estaba negociando la PAC, todas las comunidades reclamaron «repensar esta medida». «Había que replantear qué es lo que habíamos conseguido con ella, para qué había servido y luego reordenar las actuaciones que se podían subvencionar para que estuvieran más acordes con el cambio climático». Entonces, el acuerdo en el periodo 2023-2027 era que cada comunidad autónoma tenía que elaborar su instrumento de evaluación para definir qué se financiará. De hecho, Balears junto a Murcia, Galicia, La Rioja, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla-León son las comunidades que han cumplido con el estudio.

«Ahora se abre un periodo de debate con el sector del vino para acordar de la forma más consensuada posible qué actuaciones vamos a priorizar»

Consideraciones a debate

Fernández detalla que en el documento se han definido una serie de operaciones que el sector del viñedo tendría que impulsar y que estarían financiadas por esta línea con una justificación técnica y científica de acuerdo al criterio de cambio climático. «Ahora se abre un periodo de debate con el sector del vino para acordar de la forma más consensuada posible qué actuaciones vamos a priorizar». La conselleria debe comunicarlo al Ministerio antes del 1 de mayo, por ello, Agricultura ha planteado un calendario al sector para que a principios de abril se tenga un documento consensuado con las actuaciones a priorizar para la convocatoria de 2024. «Va a ser un debate serio con el sector porque realmente si hay una medida que concentre lo que debe ser la adaptación del sector del vino al cambio climático es la de la reestructuración y la reconversión de viñedo».

Adversidades climáticas

Se explica. «En general, el viñedo es un cultivo que en seguida actúa de forma muy sensible ante cualquier adversidad o cambio en el clima. Entonces los productores de viña siempre son muy sensibles a esto porque el viñedo cambia muy rápidamente. Por lo tanto, todos lo notan. Es decir, las vendimias se han adelantado más de un mes ya y ven cómo los cambios en el crecimiento fenológico de la planta van a una velocidad tremenda. Entonces todo el sector es consciente de que el cambio climático está aquí y le afecta muchísimo».

En general, el viñedo es un cultivo que en seguida actúa de forma muy sensible ante cualquier adversidad o cambio en el clima

Sobre el tipo de actuaciones que plantea el estudio y que se deben debatir, el experto pone unos ejemplos. La replantación con variedades locales es una medida positiva de cara al cambio climático. Otra de las acciones que claramente hay que discutir, desgrana, es que quizás haya que subvencionar la disminución de la densidad de las plantaciones. Se está planteando en el estudio una densidad media de entre 2.500 y 2.645 plantas por hectárea. La media en Balears en este momento está en 3.500. «Objetivamente disminuir la densidad de plantas por hectárea es un factor importante de adaptación al cambio climático porque hace que el suelo esté menos castigado, haya menos exigencia en agua y mayor capacidad de las plantas para aprovechar los nutrientes del suelo. Evidentemente, todo eso hay que discutirlo porque lógicamente tiene repercusiones en el sector», admite. Otra acción que el sector ha pedido es que se vuelva a subvencionar la plantación en vaso porque resisten mucho mejor al cambio climático. 

La replantación con variedades locales es una medida positiva de cara al cambio climático

Otras medidas que se recogen en dicho estudio para reducir el uso de agua es pasar a secano, realizar bancales para reducir la erosión del suelo o implantar un sistema de conducción sostenible para reducir el uso de inputs de producción como el agua.También se contempla replantar con las variedades que mejor se adapten a las condiciones de un exceso de insolación, de temperatura y de sequía. Así, determina el análisis, deberían ser variedades de maduración tardía o de ciclo largo. 

Así, las cosas el director general de Agricultura tiene claro que «hay que reorientar las ayudas al futuro. No podemos seguir subvencionando las mismas cosas de siempre sabiendo que el clima ha cambiado y que luego tengamos que sacar ayudas para la sequía. Son todo este tipo de cuestiones las que planteamos con este estudio, que era un compromiso con el Ministerio, pero que también hay que entenderlo dentro de todo el proceso de trabajo de la comisión de cambio climático», relata Fernández. «El objetivo fundamentalmente de la medida hasta ahora era la modernización de la estructura productiva, ahora se trata de la adaptación al cambio climático», incide. 

«El sector del vino está en un momento de subida, álgido, donde se están aumentando anualmente la superficie de viñedos para vinificación a un ritmo constante y tiene buenas perspectivas comerciales y económicas. Cuando un sector va bien como el del vino, hay que entrar a estos debates», defiende Fernández que ahora abrirá un diálogo con el sector para llegar a un acuerdo. 

A nivel nacional

A nivel nacional, se pagaron 2.485 millones de euros de dicha ayuda beneficiando a 470 miles de hectáreas. Desde que se empezó a aplicar la ayuda en 2001 hasta la última campaña en 2022, Castilla-La Mancha fue la comunidad con mayor importe y mayor superficie subvencionada seguida de Extremadura y Cataluña. Las tres aglutinaron el 71% del dinero y el 72% de la superficie subvencionada del total. Balears se situó entre las últimas.

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