Agricultura

Sequía en Mallorca: Así ha afectado la falta de lluvias a la campaña de aceituna

La falta de precipitaciones de los últimos meses ha acabado por pasar factura a los cultivos de olivo

La falta de precipitaciones de los últimos meses ha acabado por pasar factura a los cultivos de olivo

La falta de precipitaciones de los últimos meses ha acabado por pasar factura a los cultivos de olivo / Joan Mora

Joan Mora

La falta de precipitaciones de los últimos meses ha acabado por pasar factura a los cultivos de olivo, ya que aquellos que confiaban en recolectar la aceituna madura (la negra) tendrán problemas para aprovecharla debido a los daños que ha sufrido el fruto.

La principal consecuencia es que el fruto ha perdido diámetro y su piel se ha arrugado, algo que resta calidad a la aceituna que por estas fechas se recolecta para el consumo de mesa. Cuando la aceituna se arruga acaba por desprenderse del árbol.

La falta de precipitaciones de los últimos meses ha acabado por pasar factura a los cultivos de olivo

La falta de precipitaciones de los últimos meses ha acabado por pasar factura a los cultivos de olivo / Joan Mora

El presidente de la cooperativa de Sóller, Miquel Gual, ha explicado que gran parte de la producción de aceituna negra sufrirá estos problemas derivados de la falta de lluvia, algo que espera que podría solucionarse en parte si se repiten las precipitaciones anunciadas para los próximos días.

La cooperativa prevé poder reunir entre 10 y 15 toneladas de este fruto ya madurado para envasarlo en barriles para, más tarde, comercializar el producto como aceituna negra de mesa. “Esta producción dependerá de si llueve o no”, aseveró Gual, que explicó que la situación afecta a la gran mayoría de explotaciones de la Serra de Tramuntana.

Campaña

La campaña de recolección de aceituna se inicia el mes de octubre con la recogida de las olivas verdes. Una parte se guarda en barricas para comercializar la aceituna verde de mesa y la aceituna “trencada”. El resto se dedica a la producción de aceite de oliva que este año ha sido histórica. Pero una parte del fruto se deja en los árboles para que madure, de manera que se recolecta entre enero y febrero. Una parte se dedica al envasado y el excedente a la producción de aceite, que se dedica al consumo familiar al tener un grado de acidez muy superior al que se produce cuando el fruto está verde.