Manacor activa su fervor ‘santantonier’ con el multitudinario 'Primer Ball de Dimonis'

Cuando la ilusión de un pueblo se desata ya no hay quien la pare. Y más si esta viene provocada por una espera de casi un año, el tiempo que pasa desde cada 17 de enero, Sant Antoni, hasta que vuelve a llegar el Primer Ball, una semana antes de la víspera. Así esta noche del martes ha sido como si Manacor jamás hubiera perdido el pulso de su fiesta más señalada, aquella que venera el campo y sus criaturas, esa que los vecinos desde hace más de dos décadas han reconvertido en su tabla de ‘manacorinitat’ favorita.

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Será el ritmo, será la cadencia de la música, las llamas, las naranjas o el humo provocado por las primera longanizas o ‘botifarrons’. Se puede culpar al todo y a la nada al mismo tiempo, pero cuando los cuernos del Dimoni Gros y sus secuaces salieron por la puerta del conservatorio de música, el microcosmos local volvió a explotar en su particular big bang. Flashes como fogonazos y recorrido entre codazos para llegar a la plaza Ramon Llull, a escasos 50 metros del vestuario.

Y la música sonó y el júbilo desbordó. En su mayoría juvenil. Devotos cada vez más primerizos, cada vez más ataviados y resguardados del frío en las sudaderas negras del Patronat, jalearon los compases, cantaron cada letra como si fuera el último éxito. Así una vez tras otra, en todos los bailes que Sant Antoni y los dimonis vinieron a bien interpretar durante más de una hora.

De hecho, este Sant Antoni 2024 vendrá marcado en Manacor por el estreno en este Primer Ball de parte de la colla que se renueva. Cabe recordar que el pasado sábado el Patronat de Sant Antoni de Manacor rindió homenaje a Antoni Puigserver, el Dimoni Gros de los últimos 39 años. Así, en este Primer Ball de 2024 la colla ha estado formado por Antoni Juan y Joan Antoni Sunyer como dimonis petits. Antoni Lluís Reyes ha debutado como Dimoni Gros y Bernat Aguiló, como Sant Antoni.

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A partir de las 20,30 horas, esas miles de personas, encendieron las torradores hechas con medio bidones repartidas por todo el espacio, y se pusieron a cenar. Familias enteras provistas del alimento típico de matanza defendiendo su territorio conquistado a base de fuego y carbón. Primeras hierbas dulces contra las bajas temperaturas a la espera del júbilo.

Magdalena Pérez

Quien sin embargo no estuvo en este Primer Ball fue Magdalena Pérez, la primera mujer en vestirse de dimoni en la historia de las fiestas campesinas de Manacor, quien por problemas de agenda no puedo enfundarse el traje de dimonió. "Por mala suerte no he podido arreglarlo en el trabajo y este año no podré participar", confirmaba unas horas antes. Aunque tranquilizaba después, recordando que lo hará durante los dos días más importantes de la celebración, los próximos 16 y 17 de enero.

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Así, y como cada año este solo es el prólogo de una semana larga que incluye, entre otros actos, el Assaig dels Goigs de Sant Antoni en la plaça de la Concòrdia de Fartàrix, a partir de las 21 horas de este mismo viernes. Otro punto álgido, esta vez con glosada y torrada popular, pero sin ninguna figura del averno a la vista.

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