Lletra menuda
Mondragó, un pequeño alivio para el medio natural
Devolver a la arena y a las plantas el espacio que ocupaba el chiringuito de ses Fonts de n’Alis es algo así como quitar un corsé al paisaje, un tatuaje cicatrizado a Mondragó. También es una corrección de excesos y una pequeña victoria natural que tiene mucho de simbólica y algo, menos, de efectiva. Si se aprovecha bien la coyuntura puede constituir igualmente un nuevo estimulo para mayores protecciones mediambientales, pero no dejemos todavía que los pájaros trinen el logro puntual porque nuevas rapaces del negacionismo desprotector planean sobre el panorama.
Ahora el espacio liberado por lo que han sido 660 metros cúbicos de escombros y su entorno más inmediato, se acota en una especie de área de cuidados intensivos para después emprender lo que debe ser la rehabilitación definitiva. La proximidad humana, especialmente en verano, sigue constituyendo un riesgo de vulnerabilidad. Queda mucho por lograr cuando todavía debe protegerse a la naturaleza de las personas, de quienes deberían ser sus mejores tutores.
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