Un bar de Palma acumula 24 denuncias de vecinos por ruidos, suciedad y peleas

La Policía Local ha levantado varias actas de infracción, cinco expedientes y se ha ordenado el cese de su actividad

Casi toda la actividad del bar, ubicado en la calle Guillem Massot, se lleva a cabo en el sótano.

Casi toda la actividad del bar, ubicado en la calle Guillem Massot, se lleva a cabo en el sótano. / DM

Redacción

Un bar de Palma, situado en la calle Guillem Massot, acumula 24 denuncias de los vecinos y varias intervenciones de la Policía Local y del área de Sanidad del Ayuntamiento. La intención de Cort es cerrarlo por las numerosas irregularidades que comete; desde 2023 la Patrulla Verde ha abierto cinco expedientes que se están tramitando en Sanidad, pero los residentes de la zona llevan años sufriendo ruidos de madrugada, suciedad, discusiones y peleas en la calle, desperfectos en los coches aparcados o botellones debajo de casa, según denuncian.

La desesperación de los vecinos, especialmente los de la misma finca o de los edificios contiguos, llega hasta tal punto que han elaborado un informe para las autoridades que detalla las molestias que sufren y todas las actuaciones que han llevado a cabo. Desde que en 2018 un vecino interpuso la primera, hay 15 denuncias en el departamento de Actividades de Cort, 7 en el de Sanidad y otras 2 en el formulario de Demanda Municipal de Servicios.

Lamentan, entre otras cosas, que muchos clientes pasan tiempo fuera del bar fumando, gritando y poniendo música con el volumen muy alto, que cuando el local cierra de madrugada algunos se quedan haciendo botellón en la calle o que en varias ocasiones ha habido discusiones y peleas entre los clientes.

Los vecinos aseguran que por las noches la calle acaba llena de cristales rotos, botellas, vasos, colillas o chicles, y algunos clientes orinan en la vía pública. Además, se quejan de que a la hora de cerrar, sobre las tres de la mañana, los camareros tiran las botellas de vidrio al contenedor y hacen mucho ruido. Con todo, aseguran que de madrugada los clientes tocan los interfonos de los edificios para despertar a los vecinos, y que algunas noches incluso consumen droga frente al bar.

A todo esto se le suma que en el subterráneo del local hay música hasta altas horas de la noche, según los vecinos por encima de los decibelios permitidos, y las vibraciones afectan a las viviendas. Además, según el informe, han instalado una máquina de extracción de humo que, de manera presuntamente ilegal, sale por varias aperturas, una de ellas en la fachada, y el humo acaba en el interior de las casas del edificio. En el documento también ponen de manifiesto su preocupación porque el local, pese a tener un aforo de cerca de 200 personas, no tiene salidas de emergencia.

Un grupo de vecinos lleva años intentando mitigar las molestias sin éxito. Además de las denuncias, han creado un canal de YouTube en el que documentan con vídeos los gritos y las peleas en la calle, las celebraciones multitudinarias de noche o la música a un volumen excesivo.

«Hemos llamado muchas veces a la Policía, pero no se presentan o llegan tarde, cuando ya no hay ruido», lamenta uno de estos vecinos, que pide no dar su nombre ni mostrar su imagen por temor a las represalias: «Nos sentimos desamparados ante esta situación, no sabemos qué más hacer. Tenemos la sensación de que los encargados del bar actúan con impunidad», señala. Asegura que una vecina del mismo edificio llegó a marcharse a otra vivienda harta de este problema.

Los afectados se han reunido en varias ocasiones con el anterior coordinador de Distrito Norte y con el actual para explicarles la situación, así como con la asociación de vecinos de la zona. Fuentes del Ayuntamiento de Palma consultadas por este diario confirman que la Patrulla Verde ha actuado en numerosas ocasiones en este bar, llamado Millenium Sport, y que hay varios informes y actas de infracción sobre la actividad que lleva a cabo, además de cinco expedientes que están en manos del área de Sanidad.

Por lo menos uno de estos cinco expedientes constata la ineficacia de las declaraciones responsables que presentó el bar para iniciar su actividad, y por todas las deficiencias que se han detectado, además de las denuncias de vecinos que acumula, Cort ha ordenado el cese de su actividad. La pregunta ahora es cuándo cerrará: «Nos alegramos de que el Ayuntamiento haya tomado esta decisión, pero no podemos esperar más. Llevamos años en una misma situación límite», urgen los vecinos.

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