OPINIÓN

El PSOE ya tenía asimilado el adiós

Pedro Sánchez decide continuar al frente del Gobierno

Pedro Sánchez decide continuar al frente del Gobierno / Borja Puig de la Bellacasa

Mateu Ferrer

Mateu Ferrer

Tras la conmoción inicial provocada por la carta de despedida de su líder, en contra de lo esperado el PSOE reaccionó. Más que un funeral desolador, el comité federal del sábado en Ferraz fue catártico y revulsivo: María Jesús Montero ya se proclamó la sucesora in pectore, en la calle la izquierda gritó unida por la democracia y los socios de legislatura pactaron seguir adelante. Pedro Sánchez parecía amortizado, de repente había salvación. 

Con su ‘no me voy, me quedo’, el presidente truncó ayer la movilización in crescendo contra la ola extremista de la derecha. La puesta en escena de Sánchez deja un regusto amargo entre numerosos cargos socialistas, también militantes de base, a los que no gusta el postureo. 

La connivencia policial con Vox y los jueces que sienten que gobiernan no son fenómenos nuevos. El PSOE y la mayoría de intelectuales afines prefirieron obviar que los porrazos del 1-O no eran un golpe al independentismo. Que Pedro Sánchez solo haya olido las cloacas cuando el hedor ha llegado a la Moncloa dice muy poco a su favor. El propio Gobierno ha explotado la baza sentimental con el fisco y la pareja de Ayuso. Las líneas rojas deben servir para todos. 

El órdago de Sánchez ha sido mayúsculo; una vez lanzado, su desenlace no era quedarse de tapón.

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