El verano en el que los excesos de Platja de Palma superan los de Magaluf
El destino calvianer se lleva la fama internacional, pero en la zona con más plazas hoteleras de la isla crece la desesperación ante la dejadez institucional
«La degradación ha sido imparable durante décadas y ahora asistimos a sus verdaderos efectos. El agravio comparativo es brutal respecto a otras zonas de Palma. Ninguna aporta tanto en impuestos y los servicios son los de la República del Congo». Habla una comerciante de Platja de Palma, desde el hartazgo ante el panorama del destino mallorquín con más plazas hoteleras, embrión del turismo de masas. Un destino en el que hoteleros, empresarios y residentes tienen la percepción de que este verano ha sobrepasado en turismo de borrachera al clásico Magaluf, el que se lleva la fama internacional de las vacaciones de desenfreno.
Pedro Marín, presidente de la Asociación de Hoteleros de Playa de Palma, daba la voz de alarma a finales de julio, al asegurar que ya superan al destino calvianer. «La tendencia ha seguido su curso, la nueva Administración tiene que tomar medidas valientes; el abandono va en aumento». Marín alude al incremento de efectivos policiales anunciado por el ayuntamiento de Palma. «140 policías, pero será a finales de 2024, fuera de temporada».
El líder hotelero describe una imagen recurrente en «primera línea de playa. Ha pasado un coche patrulla, había cuatro grupos haciendo botellón —ahora en septiembre son de mayor edad— y no se han parado. Vecinos, comerciantes y hoteleros estamos preocupados; incluso los turistas que no buscan ese ocio».
La comerciante enumera el estado de los contenedores, la basura acumulada, jardines descuidados, el estado del asfaltado y «cada vez que llueve se colapsa la primera línea. Fue la mejor playa de Palma y se ha convertido en un muladar».
«Se ha escalado en el desfase y los excesos en la vía pública, y ya 2022 fue malo», considera Juan Miguel Ferrer. El consejero delegado de Palma Beach, el sello de calidad de la zona que reúne a restaurantes, hoteles, inmobiliarias, oferta de golf o club náutico, dice que el principal problema es «el consumo de alcohol en la vía pública. Se han subido precios en los locales para impedir los excesos y han encontrado el alcohol fuera». Cree que además de «poner más policía —«para las Fuerzas de Seguridad es frustrante encontrarse con reincidentes»— hacen falta normas para que no se vayan impunes». «El Ayuntamiento», prosigue, «está en disposición de escuchar y Emaya se esfuerza, pero sobre todo da pena cómo queda la playa».
«Fue la mejor playa de Palma y se ha convertido en un muladar», lamenta una comerciante
En el otro destino de los excesos esta temporada se respira sin sobresaltos, sin dejar de lado que Magaluf ha sumado dos agresiones sexuales grupales cometidas presuntamente por turistas, y otras más en Platja de Palma.
Refuerzo policial
El presidente de la Asociación Hotelera Palmanova-Magaluf, Mauricio Carballeda, transmite que los meses picos del verano han transcurrido «más tranquilos respecto a excesos». La transformación se palpa tras inversiones millonarias para reconvertir el destino. Lo corrobora la jefa de la Policía Local de Calvià, Esther Ribas. «La percepción generalizada es que la temporada está siendo tranquila respecto a otros años». Hasta ahora se han levantado 236 actas, de ellas 16 por el decreto ley de excesos: 11 por prácticas peligrosas en balcones, 3 por incumplir horarios y 2 por publicidad de bebidas alcohólicas. En el caso de Calvià su ayuntamiento asumió las competencias sancionatorias. Que conste, acota Ribas, «que no hay un afán recaudatorio» porque las elevadas multas que se imponen no van a parar a las arcas del consistorio.
Desde el 1 de junio se han realizado 234 detenciones (un 33,7 % más) por delitos contra el patrimonio y tráfico de drogas y se han levantado 332 atestados (+13,8%) por delitos penales. «Se ha parado mucho la venta ambulante o las masajistas en la playa». La mejoría la achaca Ribas «al refuerzo de la Policía Local; hay mucha presencia en las zonas conflictivas». También están potenciando las actuaciones de agentes de paisano. «Hemos recibido 11.460 llamadas para requerimientos, cerca de 2.000 prioritarias».
Marín y Ferrer coinciden en que el decreto de excesos no ha funcionado en Platja de Palma. La comerciante cree que se hizo «sin pedir opinión» y critica la oferta de la calle del Jamón y los biergarten «que llaman al desfase» a los más jóvenes. Para Miguel Pérez Marsá, presidente de Abone (Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento), estos locales, «que no son baratos, no son el problema, está en la calle, en la oferta ilegal de alcohol». Magaluf, coincide «ha estado más tranquilo. En Platja de Palma hay 60.000 camas, mucha gente y negocios que no se rigen por la normativa».
Ya cada menos para que pasen los excesos de otra temporada turística.
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