Pilar Bonet se niega a declarar ante el juez por el desfalco en Globalia

La exconsellera insular de Hacienda y su hija comparecieron ayer en calidad de investigadas en el juzgado que investiga el caso en Palma

Pilar Bonet en el exterior de la sede de Vía Alemania.

Pilar Bonet en el exterior de la sede de Vía Alemania. / B. P.

B. Palau

B. Palau

La exconsellera insular de Hacienda y Función Pública del PP, Pilar Bonet, se acogió ayer por la mañana a su derecho a no declarar ante el magistrado de Palma que investiga el supuesto desfalco millonario en Globalia. Bonet compareció en el edificio de Vía Alemania a primeras horas de la mañana en calidad de investigada y descartó prestar declaración ante el juez.

Su hija también había sido citada como investigada dentro del mismo caso. Tras la breve comparecencia de la política de Llucmajor en la que guardó silencio, fue el turno de la joven. Sobre las diez de la mañana, la hija de Bonet entró en el despacho judicial para declarar y al cabo de unos 20 minutos salió.

La joven negó los cargos y se desvinculó de la operativa que llevaba a cabo su madre. Además, alegó que en las fechas en las que supuestamente ocurrieron los hechos ella era menor de edad y no sabía nada. La joven aparece en varias cuentas corrientes que están siendo rastreadas por los investigadores. Según su versión, cuando su madre abrió algunas de las cuentas bancarias ella aún era menor y desconocía que ella figurara. La joven destacó que no sabía que su progenitora hubiera abierto esas cuentas.

Madre e hija están siendo investigadas por el juzgado de instrucción número 1 de Palma, a raíz de la querella interpuesta a principios de este año por Globalia, donde ambas habían trabajado. La empresa sostiene que Bonet se habría apropiado de al menos 2,7 millones de euros durante más de una década utilizando una doble facturación, aprovechándose de que en esos años ella era la responsable del departamento de Contabilidad y Control. Según la querella, la política de Llucmajor presuntamente desvió el dinero de Globalia a cuentas corrientes suyas y de su hija.

Las dos querelladas acudieron ayer por la mañana a la sede judicial de Palma. El trámite fue muy breve. Pilar Bonet fue la primera en abandonar el edificio de los juzgados y su hija salió posteriormente, pasadas las diez y media de la mañana.

La querella presentada en febrero apunta que los hechos podrían ser constitutivos de cinco posibles delitos: estafa, apropiación indebida, administración desleal, falsedad en documento mercantil y falsedad en documento privado.

Precisamente, la denuncia de Globalia supuso el cese de Pilar Bonet el pasado 8 de febrero como consellera de Hacienda y Función Pública en el Consell de Mallorca. Cuando el presidente de la institución insular, Llorenç Galmés, fue informado del presunto desfalco en Globalia, forzó su dimisión. El cese de Bonet fue disfrazado como una dimisión por motivos personales en un comunicado de prensa que difundió el Consell de Mallorca.

Además, tras la salida forzosa de la entonces consellera insular de Hacienda, se aprobó una Proposición No de Ley para que la Sindicatura de Cuentas audite los contratos y gestiones realizadas por Pilar Bonet cuando fue regidora de Hacienda en el Ayuntamiento de Llucmajor durante la legislatura de 2019 a 2023. Por su parte, el Consistorio aprobó una auditoría externa para fiscalizar toda su gestión en su etapa como concejala de Recursos Humanos, Hacienda, Contratación Pública y Mantenimiento Urbano.

El escándalo económico se destapó después que el pasado verano Bonet pidiera una excedencia en su empresa para desempeñar el cargo de consellera ejecutiva de Hacienda y Función Pública en el Consell de Mallorca. La persona que la sustituyó detectó que las cuentas no cuadraban e informó de las supuestas irregularidades a sus superiores. Globalia entonces revisó de nuevo la gestión de Bonet y analizó las operaciones que esta llevó a cabo en los últimos años. Se sospecha que en 2011 ya había irregularidades y que el desfalco incluso pudo iniciarse antes.

Pilar Bonet empezó a trabajar en esta empresa a principios de los años 90 y acabó como responsable del departamento de Contabilidad y Control, por lo que gozaba de la máxima confianza de la propiedad después de 30 años vinculada a la entidad. En cambio, su hija inició su relación laboral con esta empresa a principios de 2023, por lo que apenas estuvo un año. El montante del desfalco podría ser mayor. Aún se están revisando las operaciones.

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