Joven víctima de violencia de género: «Me insultaba y golpeaba. Me daba comida de perro y me ponía a cuatro patas»

Una víctima de violencia de género relata los malos tratos sufridos en un juicio en Palma

El presunto agresor se enfrenta a siete años de cárcel

El acusado, durante el juicio celebrado en la sede de Vía Alemania, en Palma.

El acusado, durante el juicio celebrado en la sede de Vía Alemania, en Palma. / B. Palau

B. Palau

B. Palau

«Me controlaba la ropa que me ponía, me decía que no me maquillara, me prohibía salir a tomar un café, me insultaba y me golpeaba en casa. No le denunciaba porque tenía miedo. No tenía dónde ir. No tengo familia en España. En El Salvador, sí. Yo estaba aislada. Me daba comida de perro y me hacía poner a cuatro patas». Una joven víctima de violencia de género relató hace unos días con estas palabras los malos tratos sufridos en los últimos años durante el juicio contra su expareja celebrado en Palma. «Me llamaba perra, maldita, zorra, puta», recordó la mujer, visiblemente afectada y con la voz entrecortada. Declaró tras un biombo y protegida por una policía.

«Me amenazaba mucho con la Policía y con mis hijos. Me decía que me iban a deportar a mi país», detalló la perjudicada. El último episodio de violencia machista se produjo el pasado 16 de agosto de 2023 de madrugada en la habitación donde residían en Palma. «Él estaba descontrolado, empezó a pegar golpes en las paredes, los niños se despertaron por el ruido y se levantaron. Me dijo que me sentara, vino con un cuchillo y me lo puso en el cuello», manifestó la joven, quien añadió que luego él le pidió que le realizara sexo oral delante de los menores. «Pude activar el teléfono y llamé a la Policía», explicó. Desde entonces, el hombre permanece encarcelado.

Niega los hechos

El encausado negó en rotundo todos los cargos ante la sala. Alegó que los hechos eran inciertos y que ella se los inventaba. La fiscalía y la acusación particular reclamaron para él una condena de siete años de prisión por un rosario de delitos: maltrato habitual, coacciones graves, amenazas y malos tratos. Mientras, el abogado defensor solicitó la libre absolución de su representado.

Los policías que acudieron al domicilio en el que vivía la pareja con los dos niños declararon que ella estaba muy nerviosa, presentaba una rojez en el rostro debido a un presunto golpe y les refirió que había sido amenazada con un cuchillo. Mientras, el sospechoso se encontraba en la cocina muy bebido. Los agentes encontraron el arma blanca encima de un mueble y la intervinieron.

Una psicóloga, técnica de infancia y familia, que tuvo contacto con la joven entre 2021 y el verano de 2023 confirmó que una compañera suya y ella vieron que había maltrato psicológico, económico y físico hacia ella y hacia sus hijos.

La víctima rememoró que ambos llegaron a Mallorca en el verano de 2019, procedentes de El Salvador. «Al principio fue bien. Bueno, al llegar aquí, en el hotel yo me vestí de una manera que a él no le gustó y me agredió en la cabeza. Me insultaba, me decía que solo como puta iba a trabajar y que él sería mi cliente personal. Lo denuncié. Solo estuvo una noche en el calabozo. Regresó al hotel, me pidió perdón y yo retiré la denuncia», admitió la mujer ante la sala.

«Al principio todo iba bien. Fuimos a un centro de acogida en Son Rapinya durante siete meses. Había monitores, trabajadoras sociales y ahí se comportó muy bien. Luego, ya pudimos vivir en un piso. Me decía la ropa que me tenía que poner, siempre me acompañaba al ginecólogo, yo no disponía de dinero ni de nada en casa, él no me permitía trabajar. Encontré un trabajo en un hipermercado y me despidieron por una tontería, porque él siempre se presentaba y me preguntaba que a cuántos hombres había atendido», indicó la perjudicada.

Conducta violenta en el colegio

«Él me golpeaba en casa, me pegaba porque no hacía lo que él quería. Y esto lo veían mis hijos. En el colegio vieron una conducta violenta en el niño. No me atreví a decir nada de lo que pasaba por miedo a que me lo quitaran. Yo tenía miedo en casa», aseguró la joven, que está en tratamiento psicológico y psiquiátrico y reclama la indemnización que le pudiera corresponder por las secuelas que padece.

El acusado negó los hechos de forma insistente. Rechazó haberla maltratado y controlado. «No es cierto eso. No la pegué ni esgrimí un cuchillo contra ella. No tengo ni idea de por qué me ha denunciado. Ella se lo inventa. Yo no le controlaba el dinero, ella tenía capacidad económica», destacó el hombre. Varios amigos del sospechoso apoyaron su versión durante el juicio. El caso quedó visto para sentencia.

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