La 'inoportuna' inversión de 1,8 millones en el nuevo velero del Rey que se ha colado en la investidura de Sánchez

El Gobierno ha preferido paralizar la compra del nuevo Aifos de Felipe VI que tener que dar explicaciones sobre la misma en el Congreso en un momento tan delicado

Defensa justificaba hace solo 15 días la oportunidad de la compra por motivos de seguridad y económicos, sustituir a un buque de 2005 modificado dos veces para seguir en activo

El Gobierno tumba la inversión de 1,8 millones de euros para la compra del nuevo velero de competición del Rey Felipe VI

Miguel Vicens

Miguel Vicens

Miguel Vicens

La inversión pública de 1,8 millones de euros en el nuevo velero de regatas del Rey, publicada por Diario de Mallorca el 31 de agosto, ha llegado al Congreso en el momento más inoportuno posible, cuando el PSOE negocia con todos los partidos con representación parlamentaria en la cámara, salvo PP y Vox, la formación de una nueva mayoría de Gobierno. En este contexto, el Ejecutivo en funciones se ha encontrado con una decisión difícil de explicar a los partidos que tienen que dar apoyo a la investidura de Pedro Sánchez para que pueda revalidar la presidencia del Gobierno. Y ha optado por paralizar a las bravas y sin más explicación el proceso de licitación del buque , asignado a la Comisión Naval de Regatas de la Armada, a la que había dado luz verde hace solo quince días

Podemos, socio de Gobierno de Sánchez, integrado en la formación Sumar, fue la primera fuerza política que se opuso a las intenciones del Gobierno de costear un nuevo velero de regatas para uso privado del Monarca. Y a su oposición se sumó el día siguiente el PNV por iniciativa de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, que trasladó al Gobierno en la cámara baja tres incómodas preguntas sobre la inversión:  «¿Son propiedad del Estado los barcos que utiliza al Rey en competiciones privadas?»; «¿Es cierta la noticia de que la Armada va a gastar 1,8 millones de euros para la construcción y compra de un nuevo barco de regatas para este fin?»; «¿Considera el Gobierno que debe emplearse dinero público para costear una actividad privada del Jefe del Estado?».

Y la respuesta del Gobierno no ha podido ser más contundente: la paralización sin fecha del contrato de licitación que ya se había publicado en el BOE a mediados de agosto con el visto bueno del Ministerio de Defensa, en un periodo en el que todo el Ejecutivo ya se encontraba en funciones. En definitiva, el Gobierno ha preferido paralizar la compra que tener que dar explicaciones sobre la misma en el Congreso en un momento tan delicado.

El Rey Felipe VI, a la caña del Aifos en la última edición de la Copa del Rey de vela, regata que se celebró entre julio y agosto en la bahía de Palma

El Rey Felipe VI, a la caña del Aifos en la última edición de la Copa del Rey de vela, regata que se celebró entre julio y agosto en la bahía de Palma / Maria Muiña/Copa del Rey

Felipe VI está ligado a los distintos barcos de la Armada con el nombre de Aifos desde principios de la década de los noventa en Palma. La denominación de Aifos, invirtiendo las letras, es un homenaje a la Reina Sofía y ahora también a su hija menor, aunque el velero, como todos los asignados a la Comisión Nadal de Regatas de la Armada, cumpla otras funciones formativas y represente a la Armada en las regatas.

La última unidad del velero fue botada en 2005, una antigüedad muy acusada para competir en regatas de primer nivel. Y ha sufrido modificaciones en dos ocasiones, lo que le ha permitido compensar sus prestaciones frente al resto de la flota y seguir siendo un velero rápido bien gobiernado. Prueba de ello es que en la última edición de la Copa del Rey de vela, Felipe VI consiguió el primer podio en la prueba con él a la caña. En el año 2008 se proclamó vencedor de la prueba, aunque en aquella ocasión lo hizo patroneado por el almirante Jaime Rodríguez Toubes . 

Se trata del segundo intento frustrado para conseguir un nuevo velero de competición para el Rey Felipe VI. El primer intento por sustituir el Aifos por un nuevo barco de competición moderno y puntero llevó a la Armada en el año 2019 a firmar un acuerdo con los exclusivos astilleros finlandeses Swan. El contrato contemplada la cesión de un Swan 50 Club a la Armada durante dos años, con una opción de compra al tercer año y con un coste global de un millón de euros.

Sin embargo, los recortes obligados por la crisis del coronavirus en Defensa y la exigencia de austeridad de la Casa del Rey frustraron los planes iniciales y se optó por devolver el exclusivo velero sin ejercer la opción de compra, después de que Felipe VI pudiera estrenarlo en las ediciones de la Copa del Rey de vela de los años 2019 y 2021 (en 2020 la competición no se celebró por la pandemia).

Suscríbete para seguir leyendo