Entrevista | Entrevista

Juan Pedro Yllanes: «Aquí no cabemos todos, jamás aceptaré que el futuro deba ser gestionar el éxito»

«Muchos países que nos envían turistas pasarán seguramente un otoño e invierno con situaciones muy serias, el sector se puede resentir»

El vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes.

El vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes. / B.RAMON

Guillem Porcel

Guillem Porcel

No será el candidato de Podemos al Govern en 2023 pese a que era el preferido de las direcciones estatal y autonómica. La llamada de su secretaria general y ministra, Ione Belarra, para tratar de convencerle no sirvió de mucho. Esto precipitó el anuncio de Antònia Jover, actual coordinadora del partido en las islas. 

La semana pasada anunció que no sería el candidato de Podemos en 2023. ¿Por qué? 

Se puede separar esta decisión de que nos quedan diez meses intensos de legislatura en los que voy a estar al frente de la conselleria de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática. Cuando entré en política, Podemos era muy estricto en el tema de no profesionalizarse en el ejercicio de la política y que ocho años eran un tiempo razonable para el ejercicio político activo. Sigo convencido de eso y, además, la edad también influye. Tendré 63 años al finalizar la legislatura y me planteé qué significaba continuar. Seguiré preocupándome por la política, pero es el momento de que otras personas puedan asumir esas responsabilidades. Ha sido una legislatura enormemente complicada y no podemos perder la perspectiva de que los diez meses que quedan serán complicados. Ha reclamado un sobreesfuerzo y me apetece hacer cosas diferentes. No me he planteado qué haré con la judicatura. La política absorbe mucho, sobre todo si gobiernas.

Desde Podemos te pidieron constantemente que repitieras como candidato y suponían que serías tú. ¿En algún momento pensó en alargar?

La decisión estaba meditada y consultada con la gente que debía. Pero es verdad que haber recibido la llamada de la Secretaria General de Podemos, Ione Belarra, para pedirme que fuera el candidato fue una satisfacción. O que mis compañeros de Balears me dijeran que me querían como candidato. Se ha hecho un buen trabajo y se puede poner en valor. Estaré dispuesto a colaborar con Podemos para que el resultado en 2023 sea el mejor posible, pero fuera de la primera línea.

P. ¿Ha acabado cansado de la política?

R. Esta legislatura ha desgastado a cualquiera. Podría haber sido una legislatura con el conflicto político habitual en el que tomar decisiones en un contexto de enfrentamiento político normalizado, pero de repente se convierte en la legislatura de la pandemia. Cuando ya hemos salido y con condiciones acertadas del Govern, estalla la guerra de Rusia contra Ucrania, tenemos un problema energético anunciado por todos los expertos y asegurado para otoño e invierno. Hay que reconocer que si ha habido una legislatura complicada en la democracia española ha sido esta. Estar en primera línea ha sido desgastador. Coincido con el conseller de Educación, Martí March, porque cuando estás cansado, debes dejar la política. Intelectual y físicamente estoy en mi mejor momento, pero debemos dar la oportunidad a personas que tienen una capacidad política importante encabecen el proyecto de Podemos.

P. Un juez ejerciendo la primera línea política. ¿Existe la división de poderes?

R. Estoy absolutamente convencido de que sí. Lo que está ocurriendo con el Consejo General del Poder Judicial y que llevemos cuatro años para renovarlo no ayuda. Puede haber la percepción entre la ciudadanía de que el poder judicial está intervenido por el poder político. La judicatura en España no es el CGPJ, sino los miles de jueces y juezas que se levantan cada mañana para ofrecer un servicio público.

P. ¿La tendencia a la división de la izquierda perjudicará al Pacto?

R. Los partidos de izquierda tenemos una cultura de confrontación importante, pero coincido con la presidenta del Govern, Francina Armengol, que pese a la insistencia de la portavoz de Cs -un partido que se está disolviendo y está desapareciendo- en el Pacto confrontamos pero somos capaces de resolver los problemas. Han ocurrido desencuentros puntuales durante esta legislatura. Todas las adminsitraciones gobernadas por la izquierda durante esta etapa se merecen un voto de confianza por parte de los ciudadanos para que, en una legislatura normalizada, puedan seguir desarrollando políticas.

P. ¿Antònia Jover es una buena candidata?

R. Hay una característica que la identifica muy bien: su asombrosa capacidad de diálogo. Que sea ella quien encabece la lista después de cuatro años de experiencia en el Congreso significa que habrá más facilidades para poder consensuar y presentar un programa de progreso para la próxima legislatura. Considero un acierto su decisión por su talante negociador.

P. Aún no ha decidido si volverá a la judicatura pero ¿el hecho de haber sido vicepresidente del Govern le plantea algún dilema personal?

R. Haber estado activo en política no me influiría en absolutamente nada en mi trabajo como juez. Esta cuestión se ha repetido durante toda la legislatura con frases como: «espero que usted no se vuelva a poner una toga» o «en ese caso le recusaremos sistemáticamente». Las causas de recusación de los jueces están tasadas en la Ley Orgánica del Poder Judicial y, que yo sepa, haber ejercido previamente la política no es una causa de recusación. Hay caso como el de el exministro de Interior Toño Alonso o el exministro de Justicia Juan Alberto Belloch, entre otros. O incluso la actual ministra de Justicia, Pilar Llop, una mujer joven que fue mi alumna en la Escuela Judicial y seguramente volverá a la judicatura. Al final son profesionales de la judicatura y no hay ningún impedimento legal. Los que venimos del Poder Judicial pensamos en la política como un impasse y estamos legitimados y capacitados para volver. Si volviera, estaría totalmente tranquilo y sabría que no concurriría en mi persona ninguna causa de recusación. Podría ejercer sin problema en el juzgado de lo penal número 7 de Palma.

P. Este ha sido un verano turístico de récord, con temperaturas nunca vistas, sobrecalentamiento del mar o problemas con los recursos hídricos. ¿Balears se acerca al colapso si siguen estos datos?

R. Tenemos que reducir de forma seria el nivel de las temperaturas. Todos hemos percibido muchísimos días de calor, noches tropicales durante casi todo el verano y un aumento inopinado de la temperatura del mar que genera problemas con la posidonia, las especies o fenómenos meteorológicos adversos. La presión humana que recibe Balears es insostenible. No solo por la llegada de turistas. El turismo seguirá siendo el principal motor económico de las islas y tendremos que ser eficaces a la hora de gestionarlo. Un lugar de tanto éxito provoca un efecto llamada para que vengan a vivir aquí. Dentro de muy poco seremos un millón y medio de habitantes, y no tenemos ni energías renovables, ni agua ni recursos naturales suficientes para atender a esa gente. Además, los picos de visitantes nos sitúan ante un panorama complicado. Jamás aceptaré que el futuro tenga que ser «gestionar el éxito» porque, en el fondo, lo que hay detrás de ese lema es que vengan todos los que quieran que no hay ningún problema. Y lamentablemente me temo que no cabemos todos, ni los que quieren venir a vivir aquí ni los que nos visitan.

P. La saturación genera una experiencia turística cada vez peor. ¿Puede ser contraproducente para las islas?

R. Muchos turistas se han ido de Balears quejándose de la temperatura del agua. Ya no solo somos nosotros, que estamos acostumbrados al Mediterráneo. Estoy convencido de que no ha debido ser una sensación placentera meterse en el mar a 30 grados. Saturación en los aeropuertos, hay tanta gente que mucho turista se habrá planteado si resulta cómodo venir a veranear a Balears. Además, hay que tener en cuenta que muchos de los países que nos envían turistas van a pasar este otoño e invierno por situaciones mucho más serias que la nuestra. El turismo se puede resentir. Grandes expertos ya afirman que el turismo de masas se resentirá. Quien haya venido aquí y se haya encontrado con temperaturas extremas, tanto en el mar como ambiental, se pueda plantear en un futuro que Balears ha dejado de ser ese destino placentero al que venían hace unos años. Este año, muchos de ellos habrán tenido la sensación de que el cambio climático ha modificado el bienestar de sus anteriores vacaciones.

P. Fue muy crítico con la ley de Turismo e, incluso, abandonó el pleno durante su votación. ¿Los hoteleros siguen teniendo tanto poder como creemos?

R. Negar que el lobby hotelero es poderoso en Balears sería negar la evidencia. Una parte importante del PIB depende del sector turístico. Cuatro cadenas con origen mallorquín están entre las más poderosas del mundo. Tendríamos que haber sido más valientes y haber obligado al sector turístico a dar un paso más reforzado en transición energético. Seguimos hablando con ellos para ofrecerles soluciones y ayudas estatales. Una parte del sector ya lo tiene claro, pero hay que convencer al gran núcleo del sector. Esta temporada estaban más preocupados por recuperarse económicamente. Ahora se ha visto esta recuperación y deben apostar por la transición energética. No se fue insistente con el sector turístico para que se uniera a la apuesta que hacía el Govern.

P. ¿Podemos ha moderado el discurso?

R. Hemos cambiado el objetivo y nos preocupamos de temas mucho más trascendentes como la transición energética, la recuperación de la memoria, la energía, el abaratamiento de la factura de la luz o la vivienda. Este último seguimos sin resolverlo y hay que insistir en que es estratégico. Tener una vivienda digna es un derecho fundamental y los poderes públicos deben protegerlo. No nos olvidamos de nuestras banderas del pasado, pero tenemos nuevas para el presente y el futuro.

P. ¿Podemos debería concurrir a las elecciones junto a Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz?

R. La unión de todas las fuerzas de progreso, no me refiero solo a Podemos y Yolanda Díaz, puede significar cuatro años más de políticas progresistas en este país.

«El PP ha convertido el recurso al Tribunal Constitucional en una especie de juego trivial»

El conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática habla sobre lo que puede suceder en 2023 con su trabajo.

¿No se ha hablado demasiado de la responsabilidad individual y se ha obviado la responsabilidad de las grandes empresas en el cambio climático? 

Es un trabajo combinado. Si nosotros no apostamos por la transición energética, difícilmente se lo vamos a poder pedir a la ciudadanía. La población está especialmente implicada en esta transición. El verano ha registrado un consumo energético desaforado que no nos podemos permitir. Las administraciones deben dar el primer paso. Tenemos que conseguir que el sector turístico se una necesariamente a la transición energética. Ya hay cadenas que han dado pasos en este sentido, pero hay que pedirles un esfuerzo redoblado. Son los primeros interesados.

En caso de que gobierne la derecha en 2023, ¿teme una regresión en transición energética o políticas de cambio climático?

El PP empieza a tener claro que no hay vuelta atrás en toda la cuestión del cambio climático y la transición energética, aunque luego planteen soluciones diferentes. Su gran problema es que en Balears tendrá que gobernar con la extrema derecha, y a ellos no les interesa ni el cambio climático ni se han informado sobre el tema. Hay cuestiones incontestables: hay emergencia climática y hay que ir hacia la soberanía energética. Puede haber políticas de regresión. El avanzado progresista Alberto Núñez Feijóo anunció que iban a derogar todas las leyes que tienen recurridas en el Tribunal Constitucional. Han conseguido convertir el recurso ante el TC en una especie de juego trivial, sin darle la importancia que tiene a recurrir como inconstitucional una norma emanada de un gobierno legítimo. Parece evidente que quieren regresar, no varios años, sino varios siglos. No le dan las cuentas y deberán gobernar con Vox. Si me preguntaran qué diferencia hay entre Pablo Casado y Biel Company o entre Núñez Feijóo y Marga Prohens diría que la diferencia es nula. La regresión forma parte de su filosofía política y un cambio de ciclo en Balears significaría un retroceso. En temas como memoria democrática vendrían tiempos complicados en el caso de que pudieran gobernar.

Suscríbete para seguir leyendo