Fútbol

Darder y Greif clasifican al Mallorca para la final de la Copa del Rey

Los bermellones vencen en la tanda de penaltis a la Real Sociedad con un gol decisivo del artanenc y un Greif magistral, deteniendo el primero a Oyarzabal y uno a Brais durante el partido (1-1)

Los bermellones estarán en la Supercopa de España de Arabia Saudí el año que viene

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

No es un sueño. El RCD Mallorca está clasificado para la final de la Copa del Rey. Sí, estará el 6 de abril en La Cartuja en busca de su segundo título. Los de Javier Aguirre se meten tras vencer en la tanda de penaltis a la Real Sociedad tras acabar en empate a uno el partido con goles de Gio y Oyarzabal. Greif detuvo el primero al capitán de la Real y los bermellones estuvieron magníficos desde los once metros, con un Sergi Darder que marcó el decisivo para hacer estallar de alegría a los mallorquinistas. 

Pase lo que pase, estos jugadores ya son eternos. Lo es Greif, que detuvo un penalti a Brais durante el partido y cuya parada en la tanda allanó la victoria. Lo es Darder, con un gol que ya justifica los diez millones que se pagaron por él. Y lo es la afición desplazada a San Sebastián, que sufrieron de lo lindo en un partido tenso, inmensamente igualado y en el que la fortuna estuvo de su lado.  

Muriqi, en el banquillo

La alineación de Javier ya fue sorpresiva. Nastasic, autor del gol del empate ante el Alavés, y Muriqi comenzaban en el banquillo, dejando su lugar en el once a Copete y Larin. Morlanes, de lo mejor de los bermellones en Vitoria, también esperaría su oportunidad desde el banquillo. 

En un ambiente espectacular en el Reale Arena, el Mallorca se marcó un objetivo muy claro para la primera mitad: resistir. Y lo hizo. Lo mejor fue el 0-0 con el que se llegó al descanso. Aguantar el envite inicial de los locales se antojaba fundamental. Un tanto en los primeros minutos podía determinar el sino del partido. Pero la Real Sociedad, inmersa en problemas de juego, tampoco puso en demasiados apuros a la defensa bermellona. El balón era suyo, pero no se concretaba en ocasiones. 

Aguirre modificó la presión de sus futbolistas en la parte de ataque y retó a Alguacil. En cada saque de puerta de Remiro, Valjent, Raíllo y Copete se emparejaban con Zakharyan, Silva y Kubo. Una maniobra arriesgada que obligaba a los centrales del Mallorca a estar soberbios en el corte o tendrían todo el espacio a su espalda. 

Monólogo blanquiazul

En el Mallorca, cuya consigna era errores cero, el balón quemaba demasiado en los pies de los que tenían capacidad de decisión. Samú Costa perdía cada pelota que tocaba, Dani aparecía mediante chispazos y Antonio prestaba más atención a la defensa que al ataque. El partido fue un monólogo blanquiazul, pero pasaban los minutos y nada sucedía. De hecho, la primera ocasión de los locales fue en el minuto 29, con un disparo muy lejano de Zhakaryan. 

En la portería de Remiro no llegó hasta diez minutos más tarde, con un disparo mordido de Abdón, que se precipitó cuando tenía a Jaume Costa de cara. 

El partido se encaminaba al descanso y parecía que solo un error podía desnivelar la balanza. Y si no llega a ser por Dominik Greif, así habría sido. Un penalti por manos de Raíllo tan claro que nadie protestó hacía temer lo peor. Brais fue el ejecutor, pero buscó el centro de la portería y se encontró con los pies del eslovaco, que le dio una vida extra a los suyos. Greif vivió su primer gran momento de la noche con el Mallorca. 

Muriqi por Abdón

Real Sociedad-Real Mallorca: Las mejores fotos de la decisiva semifinal de Copa del Rey

Real Sociedad-Real Mallorca: Las mejores fotos de la decisiva semifinal de Copa del Rey / EFE

La segunda parte arrancaba de la mejor manera posible. En un saque de banda sin aparente peligro, el balón acababa en Larin. Esta se la cedía a Dani, que buscaba a Jaume Costa, que metía un centro soberbio al segundo palo para que Gio solo, batiese a Remiro con un cabezazo picado en el 51. Fueron minutos de incertidumbre mientras el VAR revisaba un posible fuera de juego del canadiense. Pero el tanto subió al marcador y la afición mallorquinista estalló de alegría. Por delante, cuarenta minutos de puro sufrimiento. 

El Reale Arena apretaba más que nunca y los futbolistas de la Real daban un paso hacia adelante. Aguirre respondía metiendo a Muriqi por Abdón, buscando protegerse de los centros al área de los txuri-urdin. La entrada de Oyarzábal hacía estallar de alegría al estadio, pero un mano a mano de Larin, anulado por fuera de juego, les enmudecía. El partido entraba en un momento en que en una contra bien tirada por los bermellones podía decidir la eliminatoria. 

Oyarzabal empata

Pero todo era demasiado bonito como para ser cierto. Si en el Mallorca está Abdón, en la Real está Oyarzabal. Tras una pérdida en el centro del campo, un pase al hueco de Brais le llegaba su derecha, cruzando el balón y haciendo inútil la estirada de Greif, poniendo el empate en el marcador. Morlanes entraba por Antonio y la eliminatoria se reiniciaba.

Fueron los peores minutos para el Mallorca, encerrados por una Real que amenazaba por todos los flancos. El agobio iba pasando y el reloj se acercaba al minuto 90. Jaume Costa, en el 89, desaprovechaba una clara ocasión en el área tras un resbalón de Traoré.

Las mejores fotos de la proeza histórica del Mallorca, que jugará la final de la Copa del Rey

Los jugadores del Mallorca saludan a los aficionados en Anoeta / EFE

Los cinco minutos de añadido pasaron como horas. Los saques de esquina en contra se amontonaban uno tras otro, pero el Mallorca resistió hasta el final, preparado para la prórroga. 

A pesar del evidente cansancio de futbolistas como Dani o Samú, Aguirre se resistía a hacer cambios. El portugués, por dos veces, salvaba el gol. Primera con la pierna y luego con el pecho. Otra vez incertidumbre para saber si la pelota había entrado o no. La suerte volvía a sonreír de nuevo al Mallorca al marcar Gil Manzano que no.  

Prórroga

El primer tiempo de la prórroga se consumía sin que ocurriese nada más. Quince minutos por delante y si nadie lo resolvía, la fatídica tanda de penaltis. Mascarell y Radonjic eran los últimos cambios de Aguirre para el partido. 

Los nervios, el cansancio y el miedo a perder atenazaron a los dos equipos, que se jugarían el pase a la final desde los once metros. 

El gol de Darder

Oyarzabal fue el primero en tirar, pero se encontró con un fenomenal Greif. Muriqi marcó el suyo y la presión era para los de Alguacil. Turrientes no perdonaba en el segundo. Morlanes tampoco. En el tercero, Olasagasti traspasaba la presión a Mascarell, que engañaba a Remiro. Zubimendi hacía lo propio con Greif y le tocaba a Radonjic, que la colocaba en la escuadra. Si Becker fallaba, el Mallorca estaría en la final. No lo hizo, y todo recayó en Sergi Darder. El de Artà, el fichaje más caro de la historia, tenía en su bota derecha la posibilidad de meter al Mallorca en la final. Lo hizo, y a partir de ahora, será historia. Los bermellones estarán en La Cartuja el 6 de abril y regresan a una final de la Copa 21 años después.