Primera División

Opinión | Abdón maquilla la debacle

Los jugadores del Girona celebran uno de los goles logrados ante el Mallorca.

Los jugadores del Girona celebran uno de los goles logrados ante el Mallorca. / David Borrat

Toni Ruiz

Han pasado seis jornadas y las sensaciones que desprende este Mallorca de Aguirre son cada vez más funestas. El mexicano cuenta, en teoría, con la mejor plantilla desde que entrena en son Moix y el equipo está ofreciendo el peor juego desde que aterrizó en Palma. Enfrente estuvieron dos conceptos diametralmente opuestos; uno que apostó el mayor tiempo posible por un ofensivo 3-4-3, contra otro que lo hacía por un 5-4-1 ultradefensivo. La salida del Mallorca parecía que desmentiría los puntos de partida, pero curiosamente el gol de Muriqi, tras encontrarse con un penalti a favor, reafirmó a los bermellones en su elección. Fue lo peor que le pudo ocurrir al Mallorca, adelantarse en el marcador. A partir de ese minuto se olvidó de mirar hacia adelante, de querer poseer la pelota y se limitó a esperar.

Y el Girona llegó. En tromba, desnudando en apenas media parte al Mallorca, con un Savio espectacular, con Tsygankov, con Yangel Herrera. Se apropió del balón y castigó a un rival, que pareció un boxeador sonado. Los bermellones eran incapaces de dar tres pases seguidos. Darder pareció un alma en pena. De los otros centrocampistas no hubo noticias. Un baño de fútbol en mayúsculas. Qué envidia ver jugar al Girona en la forma que lo hace, convencido de su fútbol ambicioso

A un lector que no haya visto el partido y que solo tenga que juzgar por el marcador, ese 5-3 le parecerá que ha sido un partido disputado. Nada de eso. En Montilivi solo hubo un equipo sobre el campo, aunque los dos goles de Abdón, cuando el resultado era 5-1 y las estrellas del Girona descansaban, indique otra cosa. Y el martes, el Barça.

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