Fútbol

Un parón lleno de deberes para el Real Mallorca

Convertirse en un bloque compacto en defensa y dinámico en ataque, encontrar la ubicación ideal de Darder y elevar el nivel de los jugadores clave, los bermellones deben aprovechar esta semana sin Liga para trabajar sobre los defectos de este inicio

Samú Costa conduce el balón ante el Athletic.

Samú Costa conduce el balón ante el Athletic. / GUILLEM BOSCH

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

No es una pretemporada, pero como si lo fuera. El Mallorca afronta este parón de la Liga con muchos deberes por hacer. Los dos puntos sobre doce posibles que ha obtenido en estas primeras cuatro jornadas son un pobre botín, pero es que las sensaciones que desprende el juego tampoco están a la altura de las expectativas generadas en verano por los fichajes de Darder, Larin y compañía.

Javier Aguirre necesita que su equipo sea reconocible, tanto a nivel defensivo como ofensivo. Tiene que mostrarse como un bloque fiable y eso pasa por mejorar en todas las facetas. Da la impresión de que queda mucho trabajo en Son Bibiloni para ensamblar todas las nuevas piezas que han llegado. Es un tema de rendimiento de futbolistas, por supuesto, pero también de concepto. El Mallorca debe saber a qué quiere jugar lo antes posible y, lo más importante, tener claro cómo hacerlo. Y hasta el momento no ha sido capaz de demostrarlo. El ‘Vasco’ debe dar con la tecla para que su «puzzle», como lo definió en su comparecencia del domingo, encaje de la mejor manera posible.

Uno de los sellos del curso anterior es que concedía muy poco al adversario. Con las líneas muy juntas, apenas dejaba espacios para los rivales, que se incomodaban al no encontrar huecos para hacerle daño. Y esto ahora no sucede. La buena noticia es que ante el Athletic (0-0) dejó la portería a cero por primera vez, pero parece que los adversarios crean peligro con mucha más facilidad que antes, como ya sucedió en Granada (3-2) o ante el Villarreal (1-0) en casa.

La mejor forma de crecer, con el dibujo del mexicano sobre la mesa, es desde atrás, por eso recuperar la consistencia debe ser prioritario. La ausencia de Raíllo es clave, pero debe tratar de que se note lo menos posible. De hecho, el Mallorca que finalizó noveno el curso pasado, evidenció que estaba cómodo sin balón, esperando al contrario para después hacer daño con transiciones rápidas, tanto por las bandas como en juego por dentro, algo que sigue sin pasar en este arranque. Los carrileros deben tener mucha más presencia a la hora de mirar hacia arriba, sin olvidar que su primer cometido es defender. El problema es que encontrar ese equilibrio es complicado.

No obstante, el gran dilema reside en cómo hacer que el Mallorca sea un equipo fluido y capaz de generar juego, con un centro del campo dinámico y que pueda adaptarse a varios registros para sorprender al adversario. Ya no están Galarreta ni Kang In Lee, figuras estelares el pasado curso, por lo que hallar una forma de elevar el nivel sin ellos es difícil. Lo que es seguro es que esto pasa por encontrarle la mejor ubicación posible a Sergi Darder. «Tengo que sacarle el máximo rendimiento y lo estamos buscando», reconoció Aguirre en la sala de prensa. Frente al Athletic cuajó una mala actuación, muy lejos de la portería de Unai Simón y sin ninguna conexión con los delanteros. Pero el equipo debe hacerse grande con un futbolista de su talento y que hasta el momento no ha tenido el protagonismo ni la influencia esperada. 

Quizá eso pasa por estar más cerca de los delanteros, aunque eso también reside en elegir bien quién le rodea en el centro del campo para tener las espaldas cubiertas y combinar con eficacia. El entrenador tiene numerosas variantes con Omar Mascarell o Samú Costa en el papel de pivote defensivo y Morlanes y Dani Rodríguez, que ha sido indiscutible en este inicio, un paso por delante.

Y después está la punta de ataque. Aguirre está apostando por actuar con dos delanteros. Muriqi, que ha fallado dos penaltis, es indiscutible y lo normal es que su acompañante sea Cyle Larin, que por algo ha costado 7,5 millones de euros, en lugar de Abdón, Amath o Javi Llabrés. Ahora el canadiense tendrá dos semanas para afinar su puesta a punto porque está «a un sesenta por ciento», confesó el técnico. 

El kosovar y el canadiense deben complementarse porque el Mallorca necesita sus goles como agua de mayo. No ha marcado en ninguno de los dos encuentros en Son Moix y, todavía peor, apenas ha creado ocasiones. Por eso este parón, hasta el 16 de septiembre ante el Celta, no viene nada mal. Es obligado mejorar.

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