Así ha sido el retorno a las clases del colegio de Selva Es Putxet desalojado por riesgo de colapso

Tras unas vacaciones marcadas por un traslado exprés, el alumnado puede retomar las clases con «normalidad»

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

Tras unas vacaciones de Pascua marcadas por la incertidumbre y la final decisión de trasladar el alumnado de primaria de Es Putxet de Selva a las dependencias municipales de Es Centre, el tercer trimestre pudo arrancar con normalidad sin perder días lectivos. Es verdad que las aulas están «desvestidas» porque en esta mañana faltaban las pizarras digitales y las estanterías. De hecho, las cajas de mudanza eran un atrezzo más en Es Centre mientras que algunos maestros se afanaban en llenar las estanterías de la nueva biblioteca del colegio. «El cambio ha sido una novedad», confesó Joan Pep Coll, tutor de sexto de primaria, que desveló que lo primero que hicieron en el aula fue dedicar un tiempo a resolver las dudas de los alumnos que querían saber cómo quedaría el horario ahora que de tercero a sexto de primaria están en Es Centre y segundo y primero se han quedado en el edificio de infantil en el aula que era de arte y en otro espacio multifuncional. Otra de las dudas era dónde se realizaría el patio. También aprovecharon los primeros minutos de este retorno a las aulas para repartir el material. 

Y es que el traslado del mobiliario para convertir Es Centre en una escuela provisional se hizo en tiempo récord. Así lo confesó la directora del CEIP Es Putxet, Bel Maria Siquier. «Ha habido mucha comprensión por parte de las familias porque el retorno a las aulas ha ido rodado». Eso sí, han sido días intensos de trabajo. «Avisamos a todo el profesorado que se ha implicado en el traslado», desveló Siquier que agradeció de manera sincera la disponibilidad también de la conselleria, el Ayuntamiento y, por su puesto las familias. Ahora toca volver a empezar como si de un nuevo curso se tratara porque al tener dos cursos de primaria en un centro y el resto en otro con profesores que son tutores e imparten determinadas especialidades, conlleva a confeccionar un nuevo horario y cuadrar las clases teniendo en cuenta los traslados de un centro a otros. «Debemos estudiar cómo poder impartir clases un rato en un edificio y el resto en otro. Nos queda mucho trabajo pero confiamos en que todo vaya bien», confesó Siquier que lo único que buscan es «estar en un entorno seguro». «La escuela es verdad que tiene 90 años pero el pueblo le tiene una gran estima porque es un emblema. No tenemos muchos servicios como un gimnasio o espacio abiertos pero es un edificio de la República.Las aulas tienen 70 metros y unas vistas espectaculares. Ahora una vez se tenga el informe técnico, se tendrá que valorar si es factible arreglarla o apostar por una escuela nueva. Aquí no entro, es cosa de técnicos y del Ayuntamiento. Es verdad que las familias están a favor de una escuela nueva. Nosotros mientras los alumnos estén seguros y que la solución llegue rápido (la de ahora es provisional) estaremos dispuestos a ayudar».

Informe exhaustivo

Este retorno a las aulas estuvo marcado por la visita de la directora general de Planificación y Gestión Educativas, Catalina Ginart, que recordó que tras la inspección ocular de los técnicos del IBISEC, que llevó a desalojar el edificio, están pendientes a un «informe más exhaustivo» que determinará las «opciones más viables» que se debatirán entre Educación, comunidad educativa y Ayuntamiento. El alcalde Joan Rotger agradeció toda la colaboración por hacer realidad este traslado. «Este objetivo esta cumplido, ahora se abre el escenario de qué se hará el curso que viene pero está claro que a medio-largo plazo el Ayuntamiento pide un nuevo centro escolar porque el edificio tiene una ubicación y unas patologías que nos llevan a pedir que el nuevo plan de infraestructuras contemple nuestra demanda».