Agricultura en Mallorca: Estas son las claves para modernizar una finca agraria

Francesc Munar, de Petra, es uno de los premiados del programa Rural’Up con su proyecto Ca’n Munar: «Lo que me atrae del campo es que todo el mundo lo necesita para vivir»

Francesc Munar posa para este reportaje en la finca familiar de Son Dalmau.

Francesc Munar posa para este reportaje en la finca familiar de Son Dalmau. / R. F.

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

El proyecto de Francesc Munar, Ca’n Munar, pretende modernizar la finca familiar de Son Dalmau en el municipio de Petra y mejorar todos los aspectos relacionados con la distribución y la venta de sus productos agrícolas. De hecho, su iniciativa ha sido una de las cuatro premiadas del programa de emprendimiento Rural’Up. En esta segunda edición de los premios de Mallorca Rural celebrada esta semana se han distinguido con 1.000 euros cuatro proyectos de emprendeduría en el ámbito agrario y agroalimentario. Además de Ca’n Munar han sido galardonados ‘Boiet Orgànic’ de Juanjo Servera, ‘Ermita de Betlem’ de la Cooperativa Agrícola d’Artà y ‘Carob Biofer+O3’ de Faustino Villanueva.

En Petra, el joven ingeniero agroalimentario, Francesc Munar, desvela en qué consiste su proyecto premiado. «Es una reestructuración de la empresa. Tenemos una tienda y vamos a ampliar las cosechas consiguiendo producto de temporada para distribuir tanto en nuestra propia tienda como en otros puntos como restaurantes», desgrana. «La tienda Ca’n Munar está en Petra, de ahí surge el nombre del proyecto», explica.

Mallorca Rural premia cuatro proyectos emprendedores en el ámbito agrario

Mallorca Rural premia cuatro proyectos emprendedores en el ámbito agrario / DM

«El proyecto no ha arrancado todavía. La idea es ponerlo en marcha a partir de este año», concreta. «Siempre he querido continuar con el negocio familiar pero quería darle una vuelta. Reestructurarlo y adaptarlo a las nuevas necesidades que hay en la actualidad. Esa es la idea, no es que sea un proyecto muy innovador pero a veces es mejor apostar por un proyecto viable», razona.

Pasos a dar

Ahora los pasos que tiene que dar Francesc Munar transitan por llevar a cabo las siembras de verano para después poder vender los productos tanto en la propia tienda como en otras zonas, por ejemplo, en restaurantes.

Los proyectos que han participado en esta segunda edición de Rural’Up han superado un recorrido formativo de diez semanas junto con profesionales y empresas del sector, que les ha ayudado a definir su proyecto y preparar un plan de negocio. «Los cursos han sido muy útiles», afirma. De hecho, confiesa que estos premios «sirven para motivar proyectos nuevos y también para motivar a gente que no sabe por dónde empezar». «Estos cursos permiten saber hacía dónde tirar, te aconsejan y pones ideas en común, lo que te permite tener el objetivo más claro. Puedes ir modificando la idea hasta el plazo final», agradece. «Personalmente, tenía claro el objetivo pero los cursos me han permitido poder terminar de establecer las bases de mi proyecto. El objetivo es montar el negocio pero he sentado las bases en gestión de empresa y en comercialización».

Atractivos

Y con el proyecto de Ca’n Munar premiado, llega la pregunta del millón: ¿Qué tiene de atractivo el campo? «Del campo lo que encuentro atractivo es que todo el mundo lo necesita para vivir y, al final, es una manera de conservar el paisaje de Mallorca y que sea un reclamo para los que nos visitan». Y en este punto llega la reivindicación. «Eso sí, lo que se debería mejorar es la viabilidad económica porque si fuera más rentable, atraerían a más gente joven. De todas maneras si a uno le gusta fora vila, es agradecido. Si trabajas, sacas un producto de calidad y puedes sacar rendimiento».

Preguntado por sus antecesores, no esconde que tanto sus padres como sus abuelos que han mantenido la finca están muy contentos de la iniciativa del joven ingeniero agroalimentario. De todas maneras, admite que en según qué temas son más escépticos. «Tenemos diferentes visiones», bromea. Sobre todo cuando se pone encima de la mesa nuevos cultivos que quiere implantar. «Demasiado modernos», dice entre risas.

"Hay que intentar buscar una especialización o apostar por cultivos que sean más rentables"

Observando la tierra de Son Dalmau avanza que para este verano apostará por el tomate, que siempre han cosechado, sobre todo, el tomate de ramallet de semilla propia. También berenjena rayada o alguna especialidad como puede ser tomate rosa u otros herbáceos como albahaca.

Preguntado si apostar por el producto local es la clave, responde un sí. «Pienso que sí, tiene mucha salida» pero «al final las grandes superficies acaparan el gran porcentaje de ventas y estas apuestan poco por el producto local», lamenta.

Y tras definir las siembras que marcarán el verano, toca hacer una radiografía hace del campo mallorquín. «Ahora mismo lo veo bastante negro. La situación es bastante crítica. El cambio climático y la sequía no ayuda nada a combatir esta tendencia negativa y los precios últimamente tampoco han sido nada favorables».

«Hay que intentar buscar una especialización o apostar por cultivos que sean más rentables como, por ejemplo, apostar por hortícolas. Este año ha sido el aceite. Los frutales llevan más trabajo pero son más rentables que los cultivos en extensivo. También es por un tema de extensión de la isla, no se puede competir con otras regiones que tienen más territorio», desgrana.

La radiografía que hace es negra pero, sin ninguna duda mantiene el optimismo. «No estaría aquí», confiesa entre risas. Entonces, ¿cuál es el secreto para cambiar de color su radiografía? «Hacer una clara apuesta por el producto local como se ha hecho últimamente y buscar cultivos que tengan un valor añadido o que sean más rentables». «Si el campo es rentable, atraerá a jóvenes. No tiene otro secreto», sentencia.

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