Una muestra recuerda el tren que funcionó en Alaró entre 1881 y 1935
La exposición, que podrá visitarse hasta el 25 de noviembre, abrirá este sábado en el casal de Son Tugores
Este sábado abrirá las puertas la exposición ‘Ferrocarril d'Alaró, via al futur’, que recordará el tren que enlazaba el pueblo con la línea Palma–Inca. La muestra se podrá ver en el casal de Son Tugores de Alaró hasta el 25 de noviembre, organizada por el Ayuntamiento y la Asociación Cultural Al Rum y patrocinada por Serveis Ferroviaris de Mallorca. La inauguración coincide con la Fira Gremial que se celebra el domingo. La exposición se podrá visitar de lunes a viernes de 16 a 20 horas y los sábados de 11 a 13.
El final del siglo XIX y principios del XX fueron de un gran dinamismo empresarial y cultural para Alaró. Y una de las iniciativas más curiosas que se desarrollaron fue la construcción de un tren que cubría el trayecto entre la estación de Consell y el pueblo que funcionó entre 1881 y 1935. Según explica el Ayuntamiento, "una de las características que más llamaba la atención es que para el trayecto de subida se empleaban dos mulos y para el de bajada la fuerza de la inercia, hasta que en 1920 se compraron dos tractores para tirar de los vagones".
Mary Stuard Boyd, viajera inglesa, dejó escrita su experiencia en el libro ‘Las islas venturosas’: “La marcha pausada a través de los campos encantadores era tan deliciosa que cuando la línea finalizó repentinamente donde el pueblo empezaba, a todos nos supo mal”.
Al Rum recibió hace un año el archivo de la Familia Sampol de Son Curt relacionado con la empresa ferroviaria. La asociación depositó esta documentación en el Ayuntamiento y ahora formará parte de la muestra. En esta exposición se podrán ver una placa con el nombre de la empresa, planos de los vagones y de las infraestructuras, fotografías -algunas inéditas–, publicidades, tickets, maquetas, libros de cuentas, cronologías, la visión de los viajeros… También se ha reproducido la fachada del vagón imperial -que llevaba pasajeros en el techo– para que los visitantes de la muestra y puedan ‘subir’ y fotografiarse dentro.
A pesar del empujón empresarial y la fuerte industrialización del pueblo –con el nacimiento de la industria del calzado, la primera fábrica de electricidad de Mallorca y las minas de lígnitos– siempre pasó dificultades económicas. Con la llegada del transporte por carretera, la situación se volvió insostenible hasta el cierre definitivo. En años posteriores hubo intentos de resucitarlo. En 1941 se puso la primera traviesa para crear un ferrocarril minero. Los años setenta, con la crisis del petróleo y la compra de las minas por parte de Gesa, se pensó en alargar la línea hasta Alcúdia para transportar el carbón a la central de es Murterar.
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