Vivir en una casa-cueva también es cosa de millonarios en Mallorca

Una de las últimas ‘joyas’ que han salido al mercado inmobiliario es una mansión integrada en la roca que está situada en Felanitx y que tiene un precio de mercado de casi cuatro millones de euros

Iñaki Moure

Iñaki Moure

La expresión «vivir en una cueva» se utiliza hoy en día con sentido peyorativo. Un lugar oscuro, de reducidas dimensiones, un cuchitril insalubre, con cero comodidades básicas. Lo cierto es que desde que el hombre es hombre, ha utilizado estos espacios naturales para vivir, buscando una protección ante las inclemencias del tiempo o ante otros humanos.

En Mallorca, un Olimpo inmobiliario por excelencia, vivir en una cueva puede tener otras connotaciones. Las cavidades naturales también son para la gente adinerada. Sobre todo, si vienen acompañadas de interiorismo exclusivo, aire acondicionado, piscina, sala de cine y un jacuzzi.

Así lo demuestra el caso de una de las últimas joyas que han salido al mercado inmobiliario mallorquín: una casa en Felanitx integrada en la roca de la montaña, donde prácticamente cada habitación tiene como fondo una espectacular pared natural.

«Es una casa única no sólo en Mallorca, sino también en el mundo», explica a este diario Tim Bradburn, agente inmobiliario de Balearic Properties, compañía que se encarga de vender esta propiedad por 3,9 millones de euros.

«La casa principal está construida dentro de la cueva y aprovecha las características de la piedra: las salas amplias de la cueva, la forma de la piedra, la temperatura... Las cuevas se conocen por su capacidad de mantener la temperatura, en torno a los 20 grados. En verano, es un lugar muy fresco y, en invierno, mantiene la calidez. Parte de la casa está revestida pintada de blanca y otra parte han dejado la piedra descubierta», apunta.

Además de la principal, tiene tres pequeñas casas, con los nombres de La Pinta, La Niña y La Santa María, en recuerdo a las tres carabelas del viaje de Cristóbal Colón. Los defensores de su origen mallorquín creen que la casa, del siglo XIV, pudo pertenecer a la familia del navegante más famoso de la historia.

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