El luto del Sant Enterrament pone fin a la Semana Santa de Palma

La última procesión desfiló ayer con estrenos como el nuevo paso de La Salle

Parte de la familia March acompañó a la Esperanza en el recorrido

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

La última procesión de la Semana Santa dejó ayer las calles de Palma teñidas de luto y dolor por el entierro de Jesucristo un día después de su muerte (y dos antes de su resurrección). Las 33 cofradías de Ciutat volvieron a desfilar en el Sant Enterrament sin la amenaza de lluvia que obligó a cancelar gran parte de las procesiones en la península.

Pese a que la Semana Santa pone punto y final hasta el año que viene, las hermandades no desaprovecharon la oportunidad de lucir sus imágenes con las mejores galas e incluso estrenar detalles como en el paso de la Agonía: la Virgen de los Ángeles salió por primera vez con su nuevo manto, hecho en Antequera, y una nueva toca de sobremanto.

También la cofradía de La Salle pudo estrenar su nuevo paso de la virgen a costal, Nuestra Señora del Dolor Sereno. La mala noticia la dejó la cofradía de las Angustias, que no pudo sacar a procesionar su paso por una avería en la estructura. La imagen tuvo que quedarse en su iglesia, Nuestra Señora de la Merced.

Los asistentes colocados en la plaza de Santa Eulàlia fueron testigos de uno de los momentos más llamativos, cuando la presidenta del Govern, Marga Prohens, que acudió a la procesión junto a su hija, hizo una ofrenda floral con ramos de rosas a las dos cofradías que este año cumplen su centenario, la Esperanza y la Agonía. A cambio, los cofrades de la Agonía le hicieron entrega de una medalla, un elemento muy simbólico para las hermandades.

En esta procesión, en la que desfilaron más de 4.500 cofrades, también se pudo ver a una parte de la familia March acompañando a la Esperanza, hermandad con la que tienen un vínculo muy estrecho. En cambio, no hubo ni rastro de la Reina Sofía, que en otros años ha aparecido por sorpresa en el Sant Enterrament o incluso en el desfile del Crist de la Sang. La madre del rey Felipe VI cambió ayer su querida Palma por Madrid, donde asistió a la procesión del Cristo de los Alabarderos.

Con todo, la de ayer fue una de las procesiones más multitudinarias y los fieles lo vivieron con mucho fervor. Partió a las siete de la tarde de la plaza de Sant Francesc y concluyó bien entrada la noche en iglesia del Socors, donde tuvo lugar la Solemne Ceremonia del Sant Enterrament.