Un siglo de la Esperanza: la cofradía de Palma que reformó la familia March

La hermandad cuya reforma costeó la familia March en los cincuenta celebra sus cien primeros años de historia en Palma

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

La cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz cumple su primer siglo de historia. De las 33 hermandades de Palma, es una de las más conocidas por varios motivos: su paso de palio, un enorme conjunto a peso de 1.400 kilos, es uno de los más venerados, y fue la poderosa familia March quien se encargó de costear esta imagen y toda la reforma de la cofradía en los años cincuenta.

Lo explica el presidente de la hermandad, Pedro Barceló, y el historiador del arte Juan José Soler, en un recorrido por la dilatada historia de la Esperanza, fundada en el año 1924 por un grupo de amigos con el objetivo de salir a procesionar el Jueves Santo. La cofradía dio sus primeros pasos con Bartolomé Crespí como presidente hasta que en 1930 se estrenó un estandarte antiguo que todavía se conserva. Sin embargo, la hermandad no tuvo paso hasta los años cincuenta, cuando entró en juego la familia March.

«La mujer de Juan March, Leonor Servera, tenía devoción por la Virgen de la Esperanza porque es la patrona de su pueblo, Capdepera», explica Soler. Su interés por esta figura la llevó a la cofradía de la Esperanza, que para ese entonces ya presidía Ramón Crespí. En el año 1952, Leonor Servera decidió costear una reforma íntegra de toda la cofradía, incluyendo las vestas de los penitentes, el estandarte y un nuevo paso de palio de la Virgen de la Esperanza, cuyo diseño se encargó al delineante e historiador Antonio Jiménez con un presupuesto «millonario».

Con la ayuda de varios artesanos locales y con el apoyo de la familia March, Jiménez ideó uno de los pasos de palio más grandes y valiosos para ese entonces, que se estrenó en 1954 de la mano del reconocido escultor J. Viladomat. Solo un año antes los cofrades salieron a procesionar con unas nuevas vestas, que todavía portan a día de hoy, con capirotes de terciopelo verde y túnicas y capas blancas, además de cíngulos verdes de seda y escudos de plata. La corona es una de las piezas más valiosas de la Virgen junto al manto que porta en sus espaldas, aunque en esta Semana Santa no lo llevará porque se está restaurando, y será sustituido de forma provisional por otro liso hecho a mano. La Mare de Déu va acompañada por cuatro ángeles tallados en madera y escoltada por varios faroles de orfebrería de plata.

En la cofradía de la Esperanza solo tienen buenas palabras para Leonor Servera, que permitió crear una de las imágenes a peso más queridas en Palma: «Lo más bonito del paso es que si estás en silencio y cierras los ojos, escuchas cómo el viento mueve los canutillos de plata del dosel. Es un sonido mágico», comenta Soler, historiador del arte con un estrecho vínculo a esta Virgen y al mundo de las cofradías.

Como parte de los actos de la cofradía para celebrar su centenario, Soler ofrecerá el día 24 de mayo una conferencia sobre la reforma artística que financiaron los March. La hermandad también ha organizado una exposición sobre sus cien años de historia en el colegio de Sant Francesc, que se inaugurará el día 15 de marzo a las 18:00 horas y estará disponible hasta el 17. Además, la cofradía celebrará su aniversario con una misa cuaresmal y un concierto de su agrupación musical el 16 de marzo, una procesión propia el 25 del mismo mes (el Lunes Santo), y otra misa el 17 de abril.

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