Los vecinos del Coll denunciaron el chiringuito de El Peñón ante el ayuntamiento de Palma

El regidor se compromete a analizar el caso, pero las autorizaciones se concedieron en la anterior legislatura

Las máquinas trabajando la tarde que se instaló el chiringuito.

Las máquinas trabajando la tarde que se instaló el chiringuito. / DM

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

El chiringuito de El Peñón está en el blanco de las críticas incluso antes de abrir al público. Desde que se instaló el pasado mes de junio, la asociación de vecinos del Coll d’en Rabassa ha repetido una y otra vez su rechazo y malestar frente a esta instalación «en mitad de una playa pequeña, familiar, y que no necesita más servicios de bar». Se lo hicieron saber al nuevo concejal de Medio Ambiente en cuanto tuvieron oportunidad: el pasado 7 de agosto, el presidente de la asociación, Joan Forteza, se reunió con él, le expresó su «máxima preocupación» y le pidió que tome cartas en el asunto para salvar «una de las pocas playas de Palma para vecinos, en la que la gran mayoría de usuarios son residentes».

El titular del área de Cort, Llorenç Bauzá, que también tiene las competencias de playas y zonas de baño, le recordó que las autorizaciones con las que se instaló este chiringuito fueron concedidas en la legislatura anterior por Demarcación de Costas (ahora del Govern) y del antiguo equipo de gobierno en Cort, por lo que su capacidad de acción en el asunto es limitada. Igualmente, ante las demandas de la asociación, se comprometió a analizar el caso para ver si todo está dentro de la legalidad. Como se recordará, el polémico chiringuito lleva cerrado desde que se instaló en la arena, y no parece que vaya a iniciar su actividad cuando la temporada alta encara su recta final.

Ni el ayuntamiento de Palma ni la recién creada conselleria del Mar y Ciclo del Agua se han pronunciado sobre que este chiringuito en el arenal situado entre Ciutat Jardí y Cala Gamba esté cerrado pese a tener el visto bueno de la Demarcación de Costas, pero el presidente de la asociación de vecinos del Molinar recuerda que no es la primera vez que ocurre algo similar.

En julio de 2018, la Policía Local ya clausuró un chiringuito en esta misma zona al detectarse deficiencias y reiteradas denuncias de los vecinos. Tampoco tenía autorización para ocupar este espacio público. Más tarde, en 2019, hubo un segundo intento. La estructura se llegó a instalar, pero igual que ahora, nunca abrió. La preocupación de los vecinos, explica Forteza, es que si finalmente el bar abre sus puertas ocurra lo mismo que la primera vez, o incluso peor. «No necesitamos otro servicio de bar, la zona ya cuenta con el propio bar del Peñón y con el Bungalow. Por eso creemos que este negocio quiere dar otros servicios más enfocados a la venta de bebidas alcohólicas de noche», apunta.

De ser así, comenta, los vecinos temen un «efecto llamada al consumo de alcohol», lo que en otras zonas viene acompañado del consumo de estupefacientes y un problema de convivencia en el barrio. «No creemos que pretendan recuperar la inversión que han hecho para instalarlo, usando gran maquinaria y despliegue de recursos, vendiendo cuatro refrescos», insiste Forteza, que subraya que por el momento la mayoría de usuarios de esta playa son familias vecinas del Coll con niños.

Desde la asociación de vecinos también lamentan, y así se lo hicieron saber a Bauzá (que dijo que desconocía el asunto), que el polémico chiringuito ocupe «unos 150 metros cuadrados de una playa pequeña que mide unos 80 metros de largo por unos 15 de ancho en su punto más amplio, y por tanto el bar ocupa entre un 10 y un 15% de la arena». En definitiva, que el espacio que ocupa sea «excesivamente grande», sumado al temor de que no cumplan con la norma de aguas residuales y acabe habiendo vertidos en la arena de El Peñón.

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