Crisis en la Conselleria de Educación: Vera la apuntala para evitar el colapso y apagar fuegos

El jueves de la semana pasada, apenas 24 horas de que se hiciera público y oficial vía BOIB extraordinario, Antoni Vera convocó a su equipo para anunciarles una gran reestructuración de la conselleria de Educación y Universidades, que implicaba la creación de una Secretaría Autonómica, la salida de tres directores generales (Antoni Alcover, Rafael Maura y Salvador Ruiz) y la entrada de otros (Sebastià Massanet, Isabel Salas y Catalina Ginart).

La reorganización es importante: ‘sobreviven’ dos directores generales de los cinco iniciales; llega después de que varios servicios ya han sido cambiados de departamento (algunos más de una vez) a lo largo de estos meses, y se ha acometido muy pronto. El equipo llevaba solo siete meses nombrado y no llegaba ni al segundo trimestre escolar.

Casi nadie se lo esperaba, aunque Vera llevaba tiempo gestando la idea en su cabeza, no por el tema lingüístico como han dicho algunos, sino por las necesidades que le exponen los centros, los fuegos diarios, las polémicas (ahí sí entra el componente lengua) y ante la aplastante evidencia de que estar en Educación supone trabajar mañana y tarde.

La Conselleria debía apuntalarse para evitar un colapso general y personal. El conseller necesitaba un hombre de confianza en el que delegar. «Si sigue así acabará yendo a las revisiones de examen», bromeaba un alto cargo en el Consolat de Mar.

Antoni Vera necesitaba «un Toni Morante», coinciden varias personas del sector, recordando la dupla que hacían durante el Pacte de Progrés el ex conseller Martí March y el ex director general de Planificación, Ordenación y Centros. Así, el escudero de Vera será Mateu Suñer, gerente del IBISEC y ahora Secretario Autonómico de Desarrollo Educativo (idea y nombre que por cierto le planteó a Marga Prohens en mayo una persona vinculada al PP y a la educación que ha quedado otra vez fuera del organigrama).

¿Quién es Mateu Suñer, el nuevo hombre fuerte de la conselleria de Educación y Universidades?

El conseller conoce a Suñer desde hace tiempo y confía en la capacidad resolutiva de alguien conocido por los centros y los municipios, con un perfil técnico y no político, y que lleva años trabajando con el tema de las infraestructuras (aunque en época de Bauzá poco hizo por la falta de presupuesto).

Cabe recordar que antes de llegar a Educación Vera estaba en la empresa privada y de primeras no quería volver al ruedo político (y menos a ‘la bestia’ que es Educación: otra cosa sería el Institut d’Estudis Baleàrics), pero su perfil (profesor de la concertada, filólogo catalán y experiencia apagando fuegos) le hacía ‘demasiado’ perfecto para el puesto más comprometido de un nuevo Govern del PP, ahora no condicionado por el déficit de 2011 pero sí por Vox.

Su aterrizaje fue abrupto, y cerrar el equipo (Ismael Alonso fue el primer nombre rápidamente confirmado) y definir la estructura tuvo sus dificultades (y algunos errores de recién llegados).

Tener que organizar la gratuidad de la etapa 0-3 en tres meses fue un ‘marrón’ inicial que implicó activar el modo ‘hombre-orquesta-multitarea’ desde el principio. Además, le tocó responder antes de lo que se esperaba a las exigencias de Vox sobre la elección de lengua (intentando mantener vivo mientras su lema de apuesta por el consenso, mantra obligado tras el trauma de la legislatura del TIL).

La directora general de Primera Infancia, Neus Riera, le respondió con el reto de la gratuidad del 0-3 y se ha quedado tras la reestructuración. El otro superviviente es Alonso, descabalgado de Planificación, Ordenación e Infraestructuras y ahora al frente de una dirección general idónea para el exsecretario general de USO, que conoce bien a los compañeros sindicalistas y a las patronales : la dirección general de Personal Docente y Escuela Concertada.

Que la red concertada ascienda al nombre de la dirección general inquieta a sindicatos como STEI y UOB, pero en la práctica el cambio no supone más que oficializar lo que ya venía haciendo el ejecutivo de Prohens, que desde el minuto uno ha manifestado su apoyo a la concertada con palabras y medidas concretas.

Tras este terremoto organizativo, Educación empieza apuntalada el segundo trimestre del curso, en el que deberá sacar adelante su nuevo decreto de escolarización, concretar el millonario plan de libre elección de lengua y, en general, organizar el curso 2024-2025, cuya planificación ya tendrá el sello del PP (con ribetes de Vox).