Los empresarios advierten que la economía balear vuelve a perder velocidad

La patronal CAEB cifra el crecimiento del segundo trimestre en un 3,9% frente al 6,4% con que se inició 2023

El sector servicios se mantiene como motor económico de las islas

El sector servicios se mantiene como motor económico de las islas / B.RAMON

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

La economía balear ha vuelto a entrar en una fase de desaceleración tras el «breve paréntesis» que se registró durante el primer trimestre del año. Desde la patronal CAEB se señala que entre abril y junio el crecimiento se limitó a un 3,9%, dejando atrás el 6,4% conseguido durante los tres primeros meses del año. Pese a ello, la presidenta de esta organización empresarial, Carmen Planas, apunta que "el buen inicio de la temporada turística nos ha permitido mantenernos mejor que el resto de nuestro entorno competitivo".

Desde CAEB se recuerda que esta pérdida de velocidad se están dando tanto en el conjunto de España como en las principales economías europeas, y en el caso del archipiélago son Ibiza y Formentera las que han presentado el mejor comportamiento, con un crecimiento del 4,3% durante el segundo trimestre de este año, seguidas de Mallorca con un 3,9% y de Menorca con un 3,2%, pese a que son estas dos últimas las que están más cerca de recuperar la riqueza que generaban antes de la pandemia, aunque todavía un 2,2% por debajo.

Todos los sectores se frenan

Esa pérdida de velocidad aparece en todos los sectores, según el informe de la patronal balear. Los servicios, en los que se enmarca la actividad turística, muestran un alza del 4,2% durante el segundo trimestre, aunque durante el primero su impulso había sido del 6,8%, manteniéndose como motor de la economía del archipiélago.

En el caso de la construcción, ese incremento entre abrir y junio ha sido del 3,3%, también con una apreciable pérdida de velocidad frente al 5,8% del trimestre anterior. En el caso de la industria, su alza es del 1%, cuando venía de un 1,9%.

Debilidad del consumo

Un aspecto al que se da una especial relevancia es que ni el buen inicio de la temporada turística ni el excelente comportamiento del mercado de trabajo que se ha dado en las islas han impedido que ese frenazo aparezca también en el consumo privado. Su crecimiento durante el segundo trimestre ha sido del 2,6%, cuando durante el primero se había situado en un 4,7%, y durante el conjunto del 2022 se había cifrado en un 10,4%. Este hecho se explica tanto por la pérdida de poder adquisitivo que se ha producido como por la rebaja en las expectativas económicas generada por el endurecimiento de la política monetaria, todo ello vinculado a la fuerte inflación.

Esta pérdida de fuerza aparece también en la inversión, provocada en parte por las crecientes dificultades para obtener financiación, a lo que se suma el deterioro de las expectativas empresariales. En este caso, se ha pasado de crecer un 3,2% entre enero y marzo para bajar al 1,1% entre abril y junio.

La desaceleración de la inversión es señalada como «el aspecto más preocupante por el lado de la demanda, pues de la evolución de la inversión depende, en gran medida, la capacidad de crecimiento de la economía a medio y largo plazo, sobre todo en un momento como el actual en que se hace necesario impulsar una profunda transformación de la economía».

En este sentido, se añade que «a ello se suman, por el lado de la demanda externa, las primeras señales de atonía, fruto de la ralentización del crecimiento de nuestros principales socios comerciales y de la moderación del ritmo de avance del sector turístico tras haber recuperado sus cotas de actividad prepandemia».

Continuidad de la inflación

La previsión de la patronal de las islas es que esta pérdida de velocidad se mantenga, aunque siempre con aumentos superiores a los del entorno competitivo, gracias al buen estado de salud del mercado laboral de las islas y al soporte turístico.

En este aspecto, se advierte de que la inflación seguirá siendo elevada y el acceso a la financiación todavía complicado.