Mari, vendedora de pescado en el Mercat de l'Olivar: «El pescado se ha convertido en un artículo de lujo»

«Ya no compramos pescado porque está muy caro», así demuestra una pareja mallorquina el panorama en el que se encuentra el precio del pescado en Mallorca. La gran mayoría de los clientes del Mercat del Olivar coinciden en que el «precio se ha disparado». Existe una contradicción entre las opiniones de los clientes y la de los vendedores de pescado en el Mercat; quienes afirman que «el precio se ha mantenido estable y no ha subido prácticamente».

«El pescado está muy caro y se ha convertido en un artículo de lujo» explica Mari, vendedora de pescado en la pescadería Mari, esto se debe a distintos motivos. Entre estos factores se encuentran algunos que ya son muy conocidos en Mallorca, como son el cambio climático, el turismo, la falta de mano de obra en el sector de la pesca y la limitación de la pesca en la isla.

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Refiriéndose al cambio climático, esto afecta a la pesca en que la temperatura del agua se ha incrementado y en consecuencia los peces se van hacia el fondo para encontrar aguas frías, lo que radica en que las barcas pequeñas que pescan no consiguen apenas captura. Este cambio climático cumple un factor determinante en el precio ya que, «los días que llueve los barcos no salen», explica Mari, eso añadido a que se han reducido los barcos «provoca que el pescado en la lonja se incremente por la ley de oferta y demanda» cuenta. Esta situación empeora con los parones biológicos que los pescadores tienen que cumplir, es decir, que a cada zona de la isla le toca un descanso de salir a pescar.

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En cuanto al sector turístico, otro empleado de la pescadería Mir Vera, explica que «el mallorquín no compra, pregunta el precio y acaba comprando lo barato, mientras que los extranjeros vienen a comprar los pescados más caros». Otra situación que provoca el aumento del precio de este producto es que «los turistas consumen mucho pescado cuando vienen a la isla en los restaurantes», cosa que «añadida a la poca pesca que hay provoca aún más su incremento de coste».

En cuanto a la mano de obra, Mari cuenta que «la pescadería de enfrente lleva tres meses buscando personal y está cerrada». Además de que «cada vez hay menos trabajadores», apunta Mari. Los vendedores de pescado subrayan que otro factor a tener en cuenta y que afecta al precio es el del transporte, en la pescadería Mir Vera, cuentan que «la presa de cigalas vivas vienen desde Escocia y llegan vivas».

Cristina Calvo, trabajadora en la pecadería Beatriz quien afirma que «vende un 50% menos, antes vendía una merluza y ahora vendo media». Calvo enumera los precios que oscilan los productos mallorquines, explicando que «los precios varían mucho dependiendo de varios factores», entre ellos «el tamaño, el tiempo; ya que si llueve los barcos no pueden salir, y finalmente la puja en la lonja». Estas causas provocan que «ayer la gamba mallorquina estuviera a 140 el kilo y hoy casi no ha habido», explica Calvo.

El precio de un caproig de 800 gramos oscila sobre 45 y 48 euros y uno de más de 800 gramos los 60 y 70 euros. El anfós se encuentra en los 70 euros, la dorada los 39 euros y la gamba roja dependiendo del tamaño y el origen de pesca. La gamba roja pequeña está en 28 euros casi llegando a los 30, la gamba mediana llega a los 36 euros, la grande 70 euros y la extra alcanza un precio de120 euros.

Victoria Manuel, una empleada en la pescadería Peixos Blanco saca a relucir que «no viene la misma cantidad de clientes debido a la apertura de puestos de comida en el mercado». Algunas pescaderías comentan que «se sigue comprando producto», mientras que los clientes dicen que «no te queda otra opción si quieres comer pescado que pagar y aguantar».

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