Boulevard: Los médicos no van a Rioja, Extremadura y Castilla y León, será por la lengua propia

Canarias le arrebata a Mallorca la bandera de la decencia, al salir masivamente a la calle para denunciar que el exceso de turismo es tan peligroso como el turismo de excesos

Imagen de archivo de un examen MIR en Santiago.

Imagen de archivo de un examen MIR en Santiago. / XOAN ÁLVAREZ

Matías Vallés

Matías Vallés

Nos ceñiremos a los datos (ya era hora, ¿ha seguido un proceso de reflexión personal de cinco días con peeling incluido?). España cuenta con tres comunidades que no han podido cubrir ni la mitad de plazas MIR, para adquirir la especialidad de Médico de Familia. Como todos ustedes imaginan, se trata de Castilla o León, Extremadura y La Rioja. Las dos últimas solo reciben a uno de cada tres licenciados en Medicina ofrecidos.

El rechazo de los médicos a castellanos, leoneses, extremeños y riojanos no se debe a que estas poblaciones enfermen más, o a que padezcan dolencias de mayor gravedad. Se corresponde sin duda con las dificultades para entender el idioma propio de dichas regiones, que en Mallorca se nos sigue insistiendo en que es la barrera fundamental que frena la llegada de doctores. Los facultativos temen con buen criterio la discriminación lingüística que sufrirán en los enclaves citados, focos nacionalistas. De hecho, hay trece comunidades con plazas desiertas, número que coincide como todo el mundo sabe con las autonomías donde se habla catalán. Y conviene recordar que los renuentes prefieren examinarse de nuevo del MIR o dedicarse a otra cosa, antes que ocupar la plaza que han ganado.

Mientras tanto, los médicos que se equivocaron de destino y se quedaron en Mallorca empiezan a comprobar que la conselleria de Sanidad emite las mismas falsedades desde diferentes labios. Verbigracia, los anestesistas han puesto al corriente a este Govern de que es ilegal contratar a especialistas no homologados en Can Misses, una ocurrencia que ya padecieron con el PP de Aina Castillo. Al denunciar, pudieron comprobar como su interlocutora y antigua miembro del comité ejecutivo del Sindicato Médico balbuceaba incoherencias propias del Govern Armengol. Sic transit.

Elegimos para nacer una isla pasiva, que se hizo masiva pero nos desmintió el escepticismo en «Qui estima Mallorca no la destrueix», o contra el TIL del inefable José Ramón Bauzá. Desde entonces, un silencio de camposanto, estamos muy atareados vendiendo las últimas joyas a extranjeros. Canarias nos ha arrebatado la bandera de la decencia, al salir en tromba a la calle para denunciar que el exceso de turismo es tan peligroso como el turismo de excesos. Y aquí no solo sufrimos ambas pandemias a la vez, sino que encima las promocionamos.

Estos canarios no aguantan nada. Veo pancartas de «Récord de turistas, récord de pobreza», tan próximos a nuestro eslogan de que el turismo destruye riqueza. Y como hoy nos ha dado por el mapa regional de España (¿a eso ha dedicado su maldita reflexión personal?), vamos a citar las cuatro comunidades que más tráfico turístico atraen: Balears, Cataluña, Canarias, Andalucía. Descartaremos a los catalanes, no por su colonialismo sino porque poseen todavía una economía diversificada. ¿Qué tienen en común los focos de captación turística balear, canario y andaluz? En efecto, las tres autonomías se encuentran en la mitad inferior de la tabla española de riqueza per cápita. A menos turismo, más bienestar social y económico.

Para seguir ceñidos a los datos, en la foto que hoy nos ilustra se resume el turismo que nos merecemos. Dos espléndidos ejemplares extranjeros duermen en una habitación con vistas de la Playa de Palma, el viernes 19 de abril por la tarde, a esto lo llaman crecer en calidad. El colchón de la acera es ideal para mantener una espalda recta, no criticamos los calcetines con chanclas porque son ahora mismo la última moda en New York.

El turismo que nos merecemos, durmiendo en una habitación con vistas de la Playa de Palma el viernes 19 de abril por la tarde, a esto lo llaman crecer en calidad.

El turismo que nos merecemos, durmiendo en una habitación con vistas de la Playa de Palma el viernes 19 de abril por la tarde, a esto lo llaman crecer en calidad. / DM

Hablando de turistas de calidad, el pasado viernes desembarca en Mallorca Federico Jiménez Losantos el Conquistador. Obliga a Marga Prohens a engullir el idioma propio de las comunidades rechazadas por los médicos con ambiciones. El exmarxista más temido en Génova confiesa frente a la presidenta de Balears y en territorio Escarrer que lee este periódico y a su seguro servidor, «porque creo que el Mal existe en el mundo» (la mayúscula es propia). Nos han descubierto, esta vilificación me obliga a reabrir un nuevo proceso de reflexión personal. ¿Merece la pena todo esto? Estoy profundamente enamorado de Sophie Marceau, que nunca ha respondido a mis mensajes, y ahora esta iniquidad fangosa en público. Cancelo mi agenda y el próximo domingo daré a conocer mi situación. O dimite Federico o dimito, tendrán que elegir ustedes en manifestaciones públicas en Punta Ballena. De momento, miles de personas me paran por la calle para preguntarme cuál es el edificio más antiguo del parque inmobiliario de 19 mil millones de euros de Amancio Ortega. Muy sencillo, Can Nobis del Carrer Caputxines de Palma, siglo XII.

Reflexión dominical (y personal) laborable: «No es lo mismo la semana de cuatro días que la semana en cuatro días».

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