Antón Gómez-Escolar, especialista en psicodélicos: «Las drogas alucinógenas son muy valiosas para curar la depresión»
«Con supervisión, los psicodélicos pueden hacer más rápida, intensa y eficaz una terapia y que después no sea necesario volverlos a tomar. Es algo revolucionario», sostiene el experto
Antón Gómez-Escolar (Madrid, 1988) ha participado esta semana en ‘La Setmana Saludable i Sostenible’ de la UIB con un claro mensaje para los estudiantes: «El no a las drogas es el enfoque más seguro, pero para aquellos que van a pasar de ese mensaje, que sepan que existen estrategias que les permitirán, dentro de lo que cabe, reducir los riesgos al máximo posible, que es lo importante».
-Es especialista en drogas y psicodélicos, ¿qué son exactamente?
-Los psicodélicos son lo que conocemos tradicionalmente como alucinógenos, una familia de drogas que tienen una serie de características especiales que las están haciendo muy valiosas para el tratamiento de trastornos en salud mental, fundamentalmente la depresión, el estrés postraumático, adicciones y ansiedad, que son las cuatro indicaciones que están más avanzadas en investigación. Y tan avanzado está el tema que ya se está empezando a autorizar para uso médico en muchos lugares. Aquí en Europa, por ejemplo, hemos tenido una reciente autorización de la esketamina para el tratamiento de la depresión. En Estados Unidos están a punto de autorizar la MDMA, también llamada éxtasis, para el tratamiento del estrés postraumático, y en Australia este verano ya han autorizado la MDMA y la psilocibina, que son las setas alucinógenas, para el tratamiento de la depresión.
-Lleva más de diez años centrado en este ámbito, ¿por qué exactamente?
-Yo pasé una depresión bastante profunda y no encontré mejoría con el uso de las terapias convencionales actualmente disponibles en salud pública y en clínicas, pero tuve la suerte de poder entrar en contacto con un tratamiento experimental que estaba basado en el uso de psicodélicos, lo que se conoce como la psicoterapia asistida con psicodélicos, que me permitió en unas pocas sesiones tener una mejoría completa y quitarme de encima esa depresión que no había conseguido quitarme en años de tratamientos convencionales. A raíz de esta experiencia tan impactante, decidí encaminar mi vida a intentar ayudar al desarrollo de estas terapias para que estén disponibles para personas que las necesiten, y por el camino también sacar a la luz todo el tema del mundo de las drogas, que es un mundo muy oscuro desgraciadamente plagado de ignorancia y de mitos.
-El discurso imperante hoy en día es que las drogas son malas. ¿Es esto incorrecto?
-No es que sea incorrecto, es simplista. Las drogas efectivamente tienen muchos riesgos, pueden producir daños, pero eso no quita que también tengan utilidades potenciales. De hecho las drogas legales que conocemos como el café tienen uso en la sociedad a diario y no solamente hablamos de los daños que produce, sino también de sus utilidades. Esto pasa igual con otras sustancias, algunas tienen utilidades medicinales y otras pueden tener utilidades en otros ámbitos, pero no hay que centrarse solo en los riesgos o daños. Las drogas son herramientas, y se pueden utilizar de forma productiva. También pueden ser peligrosas si se utilizan mal, o tremendamente dañinas. Al final la idea es conocer bien cuáles son las utilidades potenciales que pueden tener.
-¿Cuáles podrían ser sus utilidades?
-Fundamentalmente en el ámbito médico, el ámbito clínico, técnicamente hablando. Pero también en otros ámbitos que a día de hoy no se valoran mucho, pero que probablemente en un futuro se valorarán, como por ejemplo, el autoconocimiento, la autoexploración, algo que puede tener un impacto positivo precisamente en la salud mental. De hecho, mucha gente con depresión por la falta de sentido que encuentra en la vida, ha encontrado, mediante experiencias psicodélicas, ciertos elementos en la vida que valorar y en los cuales centrar su existencia y perder así parte de ese vacío existencial.
-Balears ha registrado el mayor consumo de cannabis de todo el país entre sus estudiantes. ¿Qué supone este dato?
-Existe una percepción de riesgo muy baja del cannabis, lo cual es muy peligroso, porque cuando se combina con una edad muy joven, tiende a producir problemas que, en algunos casos, pueden ser importantes en salud mental, ya que se pueden manifestar ciertos trastornos como la psicosis. Es verdad que porcentualmente hablando es poco frecuente, pero puede ocurrir. Entonces creo que habría que incidir mucho en el conocimiento de esta sustancia por parte de las personas jóvenes, que conozcan sus riesgos, y si aun así deciden consumirla, que por lo menos sean conscientes de que la edad es un factor que les va a ir protegiendo si se exponen a ellas más mayores. La idea sería que sepan que hay formas de reducir los riesgos además de la abstinencia. Y eso implicaría, por ejemplo, el no hacerlo a una edad muy juvenil, el asegurarse de que la sustancia que están adquiriendo tiene una determinada calidad, para lo cual pueden acudir, por ejemplo, a servicios de análisis de drogas como los que ofrece Energy Control, que está aquí presente en Mallorca, y hacer todo lo posible por que su consumo sea del menor riesgo posible, que al final es lo importante.
-Hoy [por este jueves] participa en la Semana Saludable y Sostenible de la UIB, ¿qué va a explicar, en este sentido, a unos estudiantes a los que cada día se les dice ‘no a las drogas’?
-Les voy a decir, lógicamente, que el ‘no a las drogas’ es el enfoque más seguro, sin duda alguna, pero que para aquellos estudiantes que, siendo realistas, van a pasar de ese discurso, que van a ser muchos de ellos, les diré que existen estrategias que les permiten, dentro de lo que cabe, reducir los riesgos al máximo posible. Siempre partiendo de la premisa de que el consumo de cualquier droga, ya sea legal o ilegal, implica riesgos. Pero obviamente hay formas menos peligrosas de hacerlo.
-Esta universidad ha dado este año los primeros pasos para producir cannabis medicinal, y Sanidad también ha abierto la mano a regular por ley su uso. Usted habla del renacimiento de los psicodélicos, ¿guarda relación con esto?
-Es un proceso parecido, pero el cannabis y los psicodélicos son sustancias muy diferentes. El tratamiento psicodélico hace referencia a este mismo proceso de uso médico de las drogas psicodélicas que se usaron en el pasado y que dejaron de usarse por motivos más políticos que científicos, desgraciadamente, pero que ahora, desde el año 2000, han empezado a redescubrirse y están demostrando tener una eficacia muy alta en el tratamiento de trastornos que a día de hoy son francamente complejos de tratar y de abordar con las terapias convencionales, como es el caso de la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático o las adicciones. Los psicodélicos en estos trastornos, combinados con psicoterapia, ofrecen la posibilidad de potenciar el efecto de esta y hacer que en unas pocas sesiones se produzcan cambios que perduren en el tiempo. Es decir, no hablamos de tratar estos trastornos dando a la persona psicodélicos durante mucho tiempo, como pasa ahora con los fármacos que existen, sino que hablamos de unas pocas sesiones de psicoterapia acompañada de psicodélicos. Estos actúan como un catalizador de esa terapia, hacen que sea más rápida, más intensa, más eficaz y luego no hace falta que se vuelvan a tomar. Esto es francamente revolucionario, porque es un cambio total en el modelo de tratamiento que venimos viendo, en el cual los fármacos se usan a diario, y con esto estamos hablando de usarlo una, dos o tres ocasiones y ya está. Y la persona estaría en remisión completa, curada.
-Entonces ¿las drogas son malas, pero no? ¿Cuál es el mensaje correcto que se debe transmitir a la sociedad?
-Creo que el mensaje correcto es que las drogas son herramientas que pueden ser muy peligrosas, pero también útiles a nivel medicinal. Es un mensaje que la gente lo puede interpretar como quiera, pero es la realidad. Incluso incluiría la coletilla, para también quitar a los malpensados de la cabeza que las drogas, ya sean legales o ilegales, son herramientas que pueden ser muy peligrosas, pero también pueden tener alguna utilidad. Y ahí metería lo medicinal. Y de hecho, no debemos olvidar que en las farmacias se venden drogas de varios tipos para el tratamiento de diversos trastornos, también tenemos drogas disponibles en supermercados y en muchos sitios. Al final lo importante es cómo se utilicen, quién los utilice y la finalidad del uso, sobre todo. No es lo mismo tomar una droga para pasar el rato, que tomar una droga para el tratamiento de una condición médica en presencia o bajo supervisión de un terapeuta.
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