Apesteguia: "Prohens ha decidido ser la versión dos de José Ramon Bauzá y volver a 2011, así que le auguro que volverá a tener un 2015"

Lluís Apesteguia augura una derrota de los ‘populares’ en 2027 como le sucedió al expresidente por la crispación que generará el pacto con Vox

El portavoz de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia.

El portavoz de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia. / DM

Guillem Porcel

Guillem Porcel

La izquierda salió ayer en tromba a criticar el acuerdo entre PP y Vox que incluye más de 100 medidas programáticas para que Marga Prohens gobierne en solitario, previa cesión de los consells insulares de Mallorca y Menorca, donde sí entrarán dirigentes de la ultraderecha. Además, todos los partidos de la oposición coinciden en que el documento no se centra en los «problemas reales» de la ciudadanía de Balears.

El portavoz de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, fue el más contundente de todos al asegurar que «con el pacto entre PP y Vox, Marga Prohens ha decidido ser la versión 2.0 de José Ramón Bauzá» y auguró que «si el PP quiere volver a 2011, nosotros volveremos a 2015», en referencia a la derrota que sufrió el expresidente del PP después de generar una crispación social insostenible que llegó a reunir más de 100.000 personas en una manifestación.

Asegura que no haber excluido a Vox de la gobernabilidad de las instituciones es «un error histórico» que tiene como única culpable a Prohens e incidió en que en países como Francia, Bélgica o Alemania «la extrema derecha está aislada por parte del resto de partidos políticos».

En este sentido, lamenta que los ‘populares’ hayan dado «carta de naturaleza» a la presencia de Vox en las instituciones y propone una reflexión que incluye al PSIB-PSOE después de negarse a facilitar un Govern en solitario de Prohens: «El peso de Vox en el Parlament nos tendría que haber llevado a un escenario extraordinario para llegar a grandes acuerdos, incluso asumiendo grandes contradicciones».

Sobre el documento, Apesteguia incide en que «confirma los peores augurios» porque durante la campaña electoral Prohens prometió «por activa y por pasiva» que no gobernaría con Vox: «Ahora hemos podido confirmar que se ha vendido a los postulados de la formación de ultraderecha solo para conseguir cuotas de poder». Así, denuncia que las medidas acordadas van «en contra de los derechos de la ciudadanía de esta tierra, de su autogobierno, de la normalización de la lengua propia de nuestro país y del cambio económico que necesitamos».

Por su parte, el portavoz adjunto del PSIB-PSOE, Marc Pons, anunció que los socialistas votarán en contra de la investidura de Prohens porque «en 30 días hemos retrocedido 30 años, con un pacto que está ligado a la decisión de aceptar todos los postulados de Vox por parte del PP, cambiando sillas por derechos».

Además, considera que se trata de una «mala decisión» porque el acuerdo supone «un retroceso después de ocho años de avances que nos habían permitido mejorar los servicios públicos, una economía que estaba funcionando en una sociedad plural y diversa». Ahora, incide, cambiará todo: «La comunidad autónoma coge un camino diferente que plantea grandes retrocesos».

También acusa a los ‘populares’ de aceptar la «destrucción de consensos históricos que habían permitido una buena convivencia a lo largo de los últimos 40 años» en temas como la lengua, la diversidad o la integración: «El PP había formado parte de todos ellos y ahora se rompen de forma unilateral».

Por su parte la diputada de Unidas Podemos, Cristina Gómez, criticó que la bandera LGTBI no fuera expuesta este año en el balcón del Parlament por orden del nuevo presidente de la cámara, Gabriel Le Senne (Vox), y considera que el acuerdo es «involucionista» ya que quien «pone la música y la letra es Vox» con un programa político de extrema derecha que ha «impuesto al PP».

Sobre esta cuestión, Pons explicó que había pedido al presidente del Parlament el motivo por el cual había decidido no colgar la bandera LGTBI con motivo del Orgullo. La respuesta de Le Senne fue, según afirma, que era «una decisión personal sobre una bandera que es excluyente», algo que demuestra «una visión cerrada y casposa de nuestra sociedad».