El chef mallorquín Andreu Genestra sorprende con sus bombones salados de aperitivo en su nuevo restaurante de Llucmajor

El producto local y la inspiración mediterránea marcan la carta del establecimiento situado en la finca de sa Torre

Montse Terrasa

Montse Terrasa

El cocinero mallorquín Andreu Genestra (Inca, 1983) acaba de abrir Mediterranean, su nuevo restaurante en el Hotel Zoëtry Mallorca, en la finca sa Torre de Llucmajor. La premisa es utilizar producto local, pero con influencias de todo el Mediterráneo, explica el chef, que sigue al frente del bistró Senzill en el Hotel Predi Son Jaumell de Capdepera y del Aromata, en la calle Concepció de Palma.

En Andreu Genestra Mediterranean «hay una evolución, una forma más hedonista de entender la cocina, que se pueda disfrutar más y podamos demostrar más culinariamente, pero no sé cómo etiquetarlo», dice el cocinero de su carta en sa Torre.

Un bombón de chocolate con pan moreno tostado, sobrasada y aceite de oliva; un buñuelo tradicional al estilo de Turquía, relleno de cacahuete y anchoas; un churro de patatas con bolitas de aceite verde o un cheesecake con butifarrón son los aperitivos con los que se comienza la experiencia en el Andreu Genestra Mediterranean.

La intensidad y contundencia de los platos del menú va a más, pero siempre con las verduras como grandes protagonistas y con cruasanes o brioches como alternativas al pan. Las salsas son cremosas, pero ligeras. Las especias son mediterráneas y las preparaciones potencian las texturas del pescado y de la carne. Entre las propuestas, Genestra destaca el serrano imperial, un pescado acompañado de una salsa de tomates verdes algo picante. Considerado como morralla, «era lo más cuando íbamos a pescar», recuerda el cocinero de su niñez. 

Genestra se encarga de servir otro plato estrella: la codorniz rellena de foie y finas hierbas «y mucho amor», acompañada de un ravioli de higo y del jugo reducido de estos frutos, procedentes de Son Mut Nou, la vecina finca con higueras de todo el mundo.

La experiencia hedonista se puede completar en el reservado Krug, marca de champán de la que Andreu Genestra es embajador. Es consciente de que no todo el mundo puede pagar una botella a 300 o 400 euros, pero puede que sí se permita 45 euros por una copa. «Es una de las cosas que quería hacer porque los mallorquines también tenemos que tener estos lujos, una vez al año no hace daño…», señala el cocinero.