Las voces del 11M se hacen escuchar contra la mentira

Acaban de cumplirse veinte años del 11 M, el mayor atentado perpetrado en suelo europeo con cerca de 200 muertos y casi 2.000 heridos. La pérdida de vidas humanas, las secuelas de los supervivientes no han sido un impedimento para que determinados sectores políticos y mediáticos hayan seguido alimentando la mentira de la autoría de ETA. Voces del 11 M, víctimas de la mentira (Planeta, 2024) es un libro muy necesario que se publica en una fecha clave. Su autor, Víctor Sampedro, catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública de la URJC, lo presentará mañana, a las 19:00 horas, en el Club Diario de Mallorca, acompañado por Marisa Goñi, directora de esta cabecera.

El porqué de este libro

Dice Sampedro que hay muchos motivos para haber escrito este libro y publicarlo ahora. En primer lugar enumera la responsabilidad que como profesor tiene para con sus alumnos ya que «éste es el peor bulo político que ha existido en una democracia occidental contemporánea. Se acusa a un Gobierno de llegar al poder atentando o dejando atentar contra el electorado, es una losa política que impide a las víctimas cerrar el duelo porque las somete a una autopsia eterna». Además, el periodista advierte que en este bulo está el origen de la situación actual «de mentira política normalizada». 

Sampedro ha querido demostrar a sus alumnos que es posible parar la esperial de mentiras «acudiendo a aquellos que dijeron la verdad desde el primer momento». En efecto, el autor recoge los tetimonios de afectados y víctimas directas del atentado, pero también de policías y periodistas que sufrieron graves consecuencias al no querer participar de la mentira. Así, Sampedro afirma que este libro es una «lección práctica de periodismo» y se reafirma en que «para descubrir la verdad en una masacre de estas características» es necesario «acudir a aquellos que sostienen versiones convergentes, desde posturas completamente diferentes, ya sean víctimas, ya sean servidores públicos como los policías, ya sean periodistas, todos ellos muy diferentes. Hay nacionalistas españoles y abertzale, hay gente de derechas y de izquierdas, hay periodistas de medios de pago y medios gratuitos. Todos ellos pagaron un altísimo coste, o fueron cesados de los medios, o fueron criminalizados como las víctimas a las que se les acusa de encubrir a sus propios asesinos, a sus propios verdugos».

Sampedro lamenta, precisamente, el tratamiento dispensado a las las víctimas del 11M que «no entran dentro del perfil de las víctimas de ETA afines al PP y a Vox. No hay otra. Son las víctimas que nadie quiere tener delante porque son puro contrapoder, señalan la responsabilidad de quienes debieron haberles protegido y la indiferencia de las sociedades que asisten a su masacre».

Ante esta situación Sampedro señala que «el periodismo tiene que saltar las divisiones y los bloques que están enfrentados actualmente y hacer un discurso transversal basado en los testimonios corroborados. Y cuanto más plural es, mejor. Ya está. Nada más. Es nuestra tarea».