Análisis

El conseller de Turismo se responsabiliza de Koldo

Iago Neguerela.

Iago Neguerela. / B. Ramon

Matías Vallés

Matías Vallés

La presidenta mallorquina del Congreso debe comparecer ante una comisión de investigación del Congreso para responder sobre el mayor caso de corrupción de la década, la compra por parte de su Govern de cuatro millones de euros en mascarillas fraudulentas y que nunca fueron utilizadas. El ejecutivo de Francina Armengol no reclamó el reintegro del dinero, aunque tuvo tiempo para felicitar encarecidamente a la trama socialista de los suministradores, ahora sospechosos de conformar una organización mafiosa.

Armengol sostiene que no sabe nada de un contrato por debajo de sus competencias presidenciales, pero que el contrato del que todo lo ignora se tramitó a la perfección. En una primera comparecencia atropellada de cuatro minutos en los pasillos del Congreso, acompañó su «asco» de la confesión inesperada de que había recibido llamadas del ministerio de Fomento para aceptar las mascarillas que rechazaron otras comunidades socialistas. En la posterior rueda de prensa lacrimógena, ya no mencionó al ministerio de su gran amigo José Luis Ábalos.

Armengol será precedida o mejor acolchada en el Congreso por Iago Negueruela, a la sazón conseller de Turismo y de Trabajo. Aun admitiendo que el político gallego canalizaba el grueso de la actividad del Govern para que sus compañeros se dedicaran a fotografiarse, es evidente que el responsable turístico no contrataba mascarillas. Por tanto, su función ante el Congreso consiste en enmascarar la dudosa intervención de su presidenta y la ausencia de Patricia Gómez, presunta consellera de Sanidad.

Nadie alberga una duda razonable sobre el grado de ignorancia de Gómez respecto a los asuntos de su conselleria, lo cual nunca le impidió cobrar el sueldo correspondiente y ser destacada por la Guardia Civil como la presidenta del Ib-Salut que compró y felicitó en lugar de reclamar. Si no sirve ni para dar explicaciones, una conclusión de amplio consenso que comparte con su sucesora Manuela García Romero, ¿por qué continúa okupando un escaño del PSOE en el Parlament? Mientras Catalina Cladera pugna por asaltar el trono de Armengol y Negueruela tapa un agujero de cuatro millones, el PSOE balear depende del cumplimiento de la ley del silencio por otro compareciente, el inefable Manuel Palomino que silenció el desastre. n

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