Primera División

El Real Mallorca, a todo o nada

Los de Javier Aguirre acumulan once partidos consecutivos con victoria o derrota desde que sumaran un punto ante el Espanyol en la primera vuelta -Solo el Barcelona (2) y el Valladolid (3) llevan menos empates en Liga que los bermellones

Copete, junto a Brathwaite, en el partido de la primera vuelta entre Mallorca y Espanyol que concluyó en empate (1-1).

Copete, junto a Brathwaite, en el partido de la primera vuelta entre Mallorca y Espanyol que concluyó en empate (1-1). / Manu Mielniezuk

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Irse con la sensación de haber perdido dos puntos o haber dejado de ganar dos. Dos sentimientos que se dan con frecuencia al terminar un partido cualquiera en empate, pero esa es una sensación que hace ya meses que no vive el Real Mallorca. En concreto, desde el 28 de octubre en la jornada 12, cuando los bermellones firmaron tablas con el Espanyol en Son Moix (1-1). Desde entonces, los hombres de Javier Aguirre, poco amigo de los marcadores abultados, acumulan once partidos consecutivos alternando victoria o derrota. 

Es algo obvio que tres puntos es más que solo uno, pero su importancia radica en especial a final de temporada, que es cuando se decide todo, y ante qué rival se ha conseguido sumarlo, sobre todo si pelea por los mismos objetivos. Como poco, garantiza que la distancia ante ese equipo sea la misma al finalizar la jornada. Y en una Liga en la que el descenso se está empezando a poner tan caro nunca es mala opción. 

El Mallorca ha empatado cuatro partidos este curso –Athletic de Bilbao (0-0), Girona (1-1), Elche (1-1) y Espanyol (1-1)–. Tan solo el Barcelona (2) y el Valladolid (3) han cosechado menos en lo que va de curso. El porqué de esta estadística, una más entre el mar de números que componen cada Liga, se explica con la manera de jugar del Mallorca, sus problemas para marcar y las dificultades de los contrarios para perforar la portería de Rajkovic

El conjunto rojillo plantea, casi siempre, partidos muy cerrados. Tan solo en cinco de 23 encuentros se han visto tres goles o más. Aguirre, siempre empecinado en provocar que no ocurran cosas –y por el momento el desarrollo de la competición le da la razón– es consciente de que la gran fortaleza de su equipo pasa por no encajar y aprovechar alguna ocasión frente a la meta contraria.

Cuando el Mallorca marca primero casi siempre gana, ya que es un grupo muy complicado de superar –solo Real Madrid, Girona y Espanyol consiguieron igualar o superar el gol inicial–. Y por el contrario, cuando el rival se adelanta primero (algo que ha ocurrido en las diez derrotas que acumulan en Liga), el Mallorca solo ha sido capaz de remontar en Mestalla ante el Valencia (1-2) y empatar en el Martínez Valero (1-1). 

La poca capacidad de reacción al verse por detrás en el marcador, en especial fuera de casa, y la poca producción ofensiva han lastrado en exceso al equipo, que se ha mostrado incapaz con frecuencia de darle la vuelta a un marcador adverso para ya no remontar, sino al menos conseguir un punto. 

Esta situación con Aguirre no es tan solo propia de este temporada. El curso pasado, cuando el mexicano aterrizó en la isla para intentar salvar al equipo, tan solo empató uno de los nueve partidos que dirigió. Y su importancia fue capital, ya que se trató de la igualada en el Sánchez Pizjuán en la antepenúltima jornada de Liga (0-0).

Un punto clave para lograr la permanencia en el último suspiro. Y es que los bermellones vivieron una racha todavía mayor que la de esta temporada, con 19 partidos seguidos con victoria o derrota, ya que lo hicieron en la jornada 17 ante el Celta (0-0) y no volvieron a repetirlo hasta la 36 en Sevilla. 

Por suerte, por ahora los empates no se echan de menos porque el Mallorca gana todo lo que pasa en Son Moix mientras pierde todo lo que ocurre fuera de la isla. Una media de tres puntos de cada seis es inmejorable y a final de temporada conduce a una salvación tranquila y una gran posición en la tabla. Si mantiene el equilibrio, como hasta ahora en este 2023, el no conseguir empates no será más que una curiosidad. Pero si cambia la tendencia empezarán a ser importantes. 

Elche: Recurrirá la expulsión de Magallán y la tarjeta amarilla a Helibelton Palacios

Después de un fin de semana de cierto relax para calmar los nervios y los ánimos después de la desastrosa actuación del colegiado gallego Iglesias Villanueva y del encargado del VAR, el aragonés Jaime Latre, en el partido del pasado viernes frente al Betis; el Elche CF, próximo rival del Mallorca en Liga, se puso ayer manos a la obra para intentar reducir los posibles daños colaterales a modo de sanciones, con los que podrían ser castigados algunos jugadores que fueron expulsados o vieron alguna tarjeta. Incluso, el club ilicitano se plantea presentar una protesta formal ante la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y el Comité Nacional de Árbitros. Los abogados de la entidad franjiverde están repasando las jugadas polémicas del encuentro y la redacción del acta para ver por dónde se puede alegar y llegar a buen término. La intención es recurrir la mayor de las acciones y cartulinas posibles. Dos de ellas están muy claras: la expulsión de Lisandro Magallán y la tarjeta amarilla a Helibelton Palacios, por la que el defensor cumpliría sanción este sábado ante el Mallorca. En el Elche confían en que el Comité de Competición, que se reúne mañana, atienda sus recursos y le sean retiradas las tarjetas, aunque, al mismo tiempo, consideran que va a ser complicado. 

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