El Dimoni Gros, Toni Lluís Reyes: «Sant Antoni de Manacor no es una fiesta de los 40 Principales. Tiene esencia»

Toni Lluís Reyes (Manacor, 1985) se convirtió este martes en el nuevo Dimoni Gros de Manacor. Aunque los días 16 y 17 de enero será substituido por Antoni Bassa, nadie le quita la ilusión de haber entrado a formar parte de un club exclusivo. El año que viene más.

¿En qué momento empieza su relación con la fiesta?

Desde pequeño siempre bailaba junto a la colla de dimonis del Patronat. No de manera oficial claro, pero mi madre me había hecho un traje y con él me ponía a bailar junto a ellos cada 16 de enero. Pedíamos permiso y nunca hubo ningún problema. De hecho tengo una foto posando junto al Dimoni Gros de Manacor, Antoni Puigserver. Siempre tuve ese fervor, esa curolla.

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¿Cómo le comunican que va a ser Dimoni Gros?

No sabía si alguna vez llegaría a bailar. Sí que varias personas estábamos avisadas con el fin de que estuviéramos pendientes estos años de cara a poder participar. Pero estos días insisto en que yo no soy el protagonista, sino un instrumento para que todo fluya y vaya bien, como siempre. Las figuras son lo verdaderamente importante, no yo en este caso.

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¿Usted ya participó del curso para poder formar parte de la colla, no es así?

Ya había participado en el taller que el Patronat organizó en 2019 con el fin de crear una cantera de personas que supieran bailar de cara a posibles suplencias por enfermedad o lesión de algún miembro de la colla titular. En cuanto lo supe me apunté. De hecho hubo poca gente. A veces se critica al Patronat por no abrirse a la regeneración del grupo, pero creo que después de años grises y los posteriores de recuperación, donde varias familias tuvieron un papel muy importante en la preservación de la fiesta tradicional, había que calibrar el momento justo y oportuno. Antes no hubiera sido una buena idea.

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¿Qué hay que tener para poder, algún día, participar del grupo?

Todo el mundo puede ser Dimoni, Sant Antoni o Baciner, pero no todos tienen las cualidades necesarias para ello, sino que pienso que hay que tener unas mínimas capacidades físicas para poder interpretar las distintas figuras. Yo puedo ser Dimoni Gros por mi estatura, pero nunca un dimoni petit o viceversa. En el caso de las mujeres, es evidente que hay igualdad de oportunidades de salida, pero como las puede haber para poder llegar a ser un buen físico o matemático. No me mal interprete, todo el mundo debe participar de la cultura y tradiciones populares, pero para ser Dimoni Gros no se puede medir 1,60 metros. Hay unos condicionantes. El Baciner debe tener espalda, por ejemplo. Simplemente es un respeto estético a la figura que se debe representar.

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Usted es alto pero no fornido como se le presupone a un Dimoni Gros, ¿O es sólo una concepción?

No creo que eso tenga importancia. De todas formas llevamos un forro debajo del traje. Pienso que en mi caso lo importante es saber bailar. Es cierto que cada uno tiene un estilo propio y lo hace a su manera, pero siempre siguiendo un ritmo de jota, que es lo que la música santantoniera es en realidad, un punto de jota: un, dos, tres; un, dos, tres…

¿Volverá a bailar el año que viene?

No lo sé y no me importa. Como le decía lo importante aquí son las figuras, no quienes estemos dentro. Me han preguntado que si conmigo habrá Dimoni Gros para 40 años más, como en el caso de Antoni Puigserver (este año retirado tras 39 de servicio), pero ni me veo bailando con 80 años ni pienso que a partir de ahora deba ser así. He participado del Primer Ball, pero no lo haré ni el 16 ni el 17 de enero. A partir de ahora será un proceso más participativo donde entrará más gente cada año. Entiendo que esto sea noticia como lo fue que el año pasado Magdalena Pérez fuera la primera mujer dimoni, pero simplemente es cuestión de tiempo. Dentro de tres años todos estos cambios y relevos periódicos pienso que serán normales.

¿A quién agradece estos momentos?

Hay que dar las gracias a toda la gente del Patronat de Sant Antoni de Manacor que ha preservado lo que hoy tenemos y que en su momento evitó que todo acabara. Por eso es importante que aún estén, para que aporten y transmitan información y conocimientos.

¿Cómo ve la fiesta? ¿Se nos ha ido de las manos?

La veo bien. Sant Antoni en Manacor sigue siendo una fiesta con raíces. Es una manacorinitat que atrae a mucha gente de fuera, es cierto, pero al mismo tiempo sabe atraer a un público cada vez más joven, que ama también la fiesta a su manera. Lo mismo pasa con la población llegada desde otros países durante los últimos años: para ellos Sant Antoni es significado de fiesta, pero tal vez diferente a la de otros manacorins, y todo es lícito y respetable. Todo cabe en Sant Antoni. Esta fiesta, tal y como es y como nos ha llegado, es única y exclusiva de Manacor. A lo que me refiero es que no es una fiesta de los 40 Principales. Tiene sus señas de identidad alejadas de la globalización. Tiene esencia.

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